La mayoría de los investigadores de inteligencia artificial se enfocan en desarrollar tecnologías que puedan beneficiar a la sociedad, aunque en manos equivocadas podrían traer consecuencias terribles.
Ciudad de México.- En los 40´s, cuando empezaron a funcionar las primeras computadoras, que más bien parecían un monstruo de bulbos se les llamaba popularmente “cerebros electrónicos”. Desde entonces, la gente se creaba grandes expectativas sobre entablar una conversación con alguna máquina. El cine, dibujos animados y la televisión se encargaron de hacer esto posible, aunque para muchos otros esto sería imposible en la realidad, actualmente se está consumando la denominada inteligencia artificial como algo tangible y muy cercano.
La inteligencia artificial (IA) puede definirse como el medio por el cual las computadoras, los robots y otros dispositivos realizan tareas que normalmente requieren de la inteligencia humana. Por ejemplo, la resolución de cierto tipo de problemas, la capacidad de discriminar entre distintos objetos o el responder a órdenes verbales.
La IA agrupa un conjunto de técnicas que, mediante circuitos electrónicos y programas avanzados de computadora, busca imitar procedimientos similares a los procesos inductivos y deductivos del cerebro humano. Se basa en la investigación de las redes neuronales humanas y, a partir de ahí, busca copiar electrónicamente el funcionamiento del cerebro humano.
En este sentido, se han creado diversos dispositivos que cuentan con Inteligencia Artificial. En Japón, hay un hotel atendido enteramente por robots, sin un solo empleado humano a la vista. He na Hotel es un establecimiento ubicado en el suroeste de Japón, dispone de 72 habitaciones y busca ofrecer una experiencia diferente.
En el caso de México, egresados del Instituto Politécnico Nacional (IPN) desarrollaron el Asistente Móvil Electrónico para Invidentes (AMEPI), un robot que funciona como si fuera un perro guía para personas con discapacidad visual. El robot tiene la capacidad de guiar a personas invidentes gracias a sensores ultrasónicos, cámaras de alta definición, e inteligencia artificial en dos vertientes: la lógica difusa y el reconocimiento de patrones.
Por otro lado, hay quienes pretenden utilizar a esta tecnología como armas, personajes como Stephen Hawking, el cofundador de Apple, Steve Wozniak y el director de Tesla Motors y Space-X, Elon Musk coinciden en que la humanidad (como lo hemos visto) es capaz de desarrollar dicha tecnología, por lo que advirtieron que si es usada en la industria militar conllevaría grandes peligros.
Para ayudar, destruir o divertir, la inteligencia artificial ya es una realidad. Poder canalizar en positivo sus alcances podrá ser benéfico para todos, aunque la historia nos cuenta que, hay veces que algo es inventado con una buena intención y termina acabando con la vida de muchos.
Por María Navarro.