¿Cada fin de quincena luchas por sobrevivir y siempre terminas con un cuarto lleno de cosas que realmente no usas? La impulsividad al realizar compras es, para muchos, una patología. 

Ciudad de México.- ¿Eres de los que sufren cada vez que cortan su tarjeta? ¿Tienes tres artículos del mismo producto solo por si llega a faltar alguna vez o porque viene en colores diferentes? ¿Tus amigos tienen problemas para sacarte de las tiendas cuando es temporada de ofertas?

Las compras impulsivas, que rebasan el presupuesto personal y que generan abultadas deudas, es uno de los problemas actuales más comunes de nuestra sociedad y ésta necesidad de llenarnos con artilugios varios -aunado a nuestro gran sentido capitalista- se debe a que el individuo busca a través de esto cubrir una falta de atención, cariño, reconocimiento y autovaloración comprando artículos que no necesita hasta llegar incluso a rayar en puntos patológicos, explica la psicoterapeuta y coach Sandra Pérez de la Vega.

Las compras planificadas representan el 45% del total del ingreso en las tiendas mientras que las compras por impulso logran ser la fuente más redituable para la industria, que obtiene el 55% de sus ganancias totales por medio de estas.

Cuando se mantiene más de una tarjeta de crédito, y estas tienden a sobregirarse casi siempre, si se sacrifica el gasto familiar en orden a hacer compras y éstas se realizan al menos cinco veces a la semana, estamos hablando de graves problemas para controlar los impulsos pues el individuo solo desea satisfacer su deseo inmediato sin prevenir las consecuencias de sus actos.

Los compradores compulsivos no entienden la relación que existe entre todo aquello que compran y su malestar anímico individual, de esta forma, alguien que no tiene este problema puede entender que desea emocionalmente un objeto pero no lo necesita funcionalmente, a diferencia de un comprador compulsivo quien intentara justificar de cualquier forma su compra.

Estas compras impulsivas pueden servir al individuo como un medio de escape ante situaciones aversivas, buscan en la compra su transformación, así como bloquear o reponerse de la sensación de depresión, ansiedad o estrés, si un sujeto llega a usar este medio como herramienta para resolver sus conflictos puede nunca encausar verdaderamente todos sus sentimientos negativos.

¿Cuál es la forma correcta de comprar?

1. Planea tu Compra

Toma consciencia sobre lo que verdaderamente necesitas y apégate a eso. Nunca salgas de casa sin haber hecho una lista y mantente firme. Ten en cuenta cuales son tus necesidades reales -como alimento y productos de higiene- y separálas de tus deseos -como el par de zapatos rojos que viste en la vitrina el otro día-.

2. No compres cuando estés triste

O enojado, o alegre… es más ¡deja de usar las compras como reguladores de tu emoción! En su lugar, intenta hablar con alguien al respecto, distraer tu mente o hacer algún tipo de ejercicio.

3. Sal Acompañado

Invita a un amigo o familiar de confianza que te acompañe siempre que necesites ir de compras, explicale qué es lo que deseas adquirir y pídele que te restrinja si te apartas de esa lista.

4. Destina un presupuesto fijo

Si sales a comprar deja las tarjetas en casa y solo lleva en efectivo el monto aproximado de lo que vas a gastar. Esto evitara que te extralimites aún si deseas hacerlo.

5. Deten las conductas acumuladoras

Los compradores compulsivos tienden a comprar muchos artículos iguales o parecidos, bien porque sean de diferentes colores o porque sean ligeramente diferentes, pero detener esta conducta es uno de los principales pasos para aliviar tu impulso por comprar.