Nayá es un vehículo que para desplazarse utiliza energía eléctrica generada con hidrógeno, el cual es amigable con el medio ambiente.
Ciudad de México.- Desarrollado por un grupo de investigadores del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav), del Instituto Politécnico Nacional, Nayá (cuyo nombre significa limpio en zapoteco), es un vehículo que se desplaza con energía eléctrica generada con hidrógeno, el cual es amigable con el medio ambiente.
[box type=”shadow” ]Nayá puede alcanzar una velocidad de 35 kilómetros por hora, pesa 180 kilogramos, puede trabajar de forma continua por hora y media, es fácil de manejar, tiene una potencia de 2.5 caballos de fuerza, un chasis de aluminio y una carrocería de vidrio para que sea ligero y pueda moverse.[/box]
Omar Solorza Feria, investigador del Departamento de Química y líder del proyecto, explicó que el vehículo funciona cuando el tanque con hidrógeno alimenta las celdas de combustible donde reacciona el hidrógeno con el oxígeno del aire.
Esta reacción electroquímica produce energía eléctrica, la cual se almacena en el banco de baterías, que a su vez alimenta los dos motores instalados en las llantas traseras del vehículo, para que éste pueda desplazarse.
[box type=”shadow” ]Nayá es un proyecto que inició en 2007, con una tesis doctoral, la cual obtuvo el Premio Nacional de la Juventud.[/box]
Solorza Feria indicó que este prototipo tiene dos patentes nacionales y un diseño industrial, sin embargo, se trabaja en mejoras para hacer una unidad más robusta, la idea es hacer este carro de tres plazas, con una autonomía de tres o cuatro horas.
Se planea que esta nueva etapa inicie a más tardar en septiembre y concluya en tres años, dijo Solorza Feria, quien agregó que el costo del prototipo es de 350 mil pesos, mismo que bajaría si se hiciera masivamente, pero su producción depende de los inversionistas.
Añadió que aunque esta tecnología ya está en el mercado requiere de hidrógeno de alta pureza y de estaciones de servicio donde se recargue para que pueda funcionar, por lo que el apoyo de los gobiernos para impulsarla es fundamental.
Por María Navarro