Vámonos pa’l norte: Pueblos Mágicos de Sinaloa, Chihuahua y Coahuila

El norte del país tiene una belleza única que ofrecernos y por ello, recientemente Sinaloa, Chihuahua y Coahuila alojan nuevos Pueblos Mágicos. ¡Conócelos!

Ciudad de México (elsemanario.com).- Tras el nombramiento de 28 pueblos mágicos más que nutren el listado de los mismos en nuestro país, El Semanario ha hecho un pequeño recorrido por algunos de los estados de Chiapas, Quintana Roo o Oaxaca. Pero no sólo en la parte sur del país tenemos pueblos maravillosos, deleite de chicos y grandes, nacionales o extranjeros. México es un país lleno de belleza natural y de arraigadas tradiciones que se sincretizan para bordear los límites culturales, está lleno de exquisitios.

Hoy, exploraremos de manera sintética el norte del país y sus recientemente incorporados Pueblos Mágicos.

Sinaloa, Mocorito

Mocorito se fundó en 1954, por los jesuitas; en la actualidad algunos de sus habitantes hablan un dialecto de lengua cahita. El lugar cuenta con un patrimonio arquitectónico que se corona con el Templo de la Purísima Concepción, lugar que guarda 14 grabados del siglo XVI. Frente a este templo, se encuentra la plazuela Hidalgo, que habría servido en tiempos pasados, como atrio y camposanto.

Mocorito es el cuarto municipio de Sinaloa en recibir la distinción como Pueblo Mágico. Algunos, como Héctor R. Olea, señalan que Mocorito significa “lugar de Gentes que hablan un dialecto de lengua cahita, o donde habitan los indios mayos ó macoritos”. Otros historiadores, como es el caso de Eustaquio Buelna, traducen Mocorito como “Lugar de Muertos”.

Este pueblo, ubicado en la región noroeste de Sinaloa guarda entre sus calles mitos, leyendas e historias fantasiosas, que, como todas estas, pasan de generación en generación; además, es lugar de nacimiento de tres reconocidos personajes: Doña Agustina Ramírez, el Lic. Eustaquio Buelna y el Gral. Rafael Buelna Tenorio, mismos que cuentan con sus estatuas de bronce en “La Plaza de los Tres Grandes”.

Algún tiempo fue considerado como La Atenas Sinaloense, por su vocación a las bellas artes y no sólo eso, sino que ha sido lugar de inspiración para toda clase de artistas; incluso, ese fue el lugar en el que uno de los grandes muralistas mexicanos, David Alfaro Siqueiros, ingresaría a las fuerzas de la Revolución Mexicana.

Mocorito cuenta con un patrimonio arquitectónico que se corona con el Templo de la Purísima Concepción/Imagen: Internet
Mocorito cuenta con un patrimonio arquitectónico que se corona con el Templo de la Purísima Concepción/Imagen: Internet

Chihuahua y sus Casas Grandes

Casas Grandes es otro de los municipios que recibió la categorización como Pueblo Mágico. Se encuentra a 277 kilómetros de Ciudad Juárez y cuenta con atractivos de la talla de Paquimé, zona arqueológica catalogada como Patrimonio de la Humanidad, además de ser también creador y núcleo de alfareros, en Mata Ortiz y su gente productora de cerámica fina.

Sería hasta 1565 cuando Francisco de Ibarra descubriera esta zona, cruzando la Sierra Madre, desde Sonora, donde se había detenido el expansionismo español. Ahí se encontró con Paquimé. El cronista de la expedición no podía estar más sorprendido describiendo una ciudad con edificios imponentes:

parecen haber sido construidos por los antiguos romanos. Es impresionante verlos. Hay muchas casas de gran tamaño, fortaleza y altura (…) Tienen seis y siete pisos, con torres y muros como fortalezas para protección y defensa contra los enemigos (…) las casas contienen grandes y magníficos patios”.

Con el característico ingenio con el que los invasores españoles solían nombrar las cosas, Paquimé como era llamado por sus habitantes, fue bautizado como Casas Grandes.

Esta zona destacó por ser un centro importante de intercambio comercial, ya que surtía la turquesa, de las minas del norte al centro y sur del país. Además de la concha traída en grandes cantidades desde Sonora, Sinaloa y Baja California. Su extraordinaria cerámica también fue utilizada como bien de intercambio.

Paquimé, zona arqueológica de Casas Grandes/Imagen: Internet
Paquimé, zona arqueológica de Casas Grandes/Imagen: Internet

Coahuila con Candela y Guerrero

Con la anexión de dos pueblos mágicos, el estado de Coahuila sigue siendo la entidad de la república con más de estas denominaciones. Candela y Guerrero se unen a Arteaga, Cuatro Ciénegas, Parras y Biseca.

Candela, es reconocido por su naturaleza y por su corredor turístico, que además, cuenta con Los Carricitos, Las Lajitas, El Frentón y Ojo Caliente, que es un balneario de cristalinas aguas termales.

El nombre del ahora Pueblo Mágico se debe a una roca que sobresale entre las montañas desde la carretera y parece una vela o candela gigante.

Está localizado en el centro de Coahuila, es el punto de partida de la llamada Ruta del Desierto y puede ser considerada como una verdadera fortaleza, debido a que en tiempos de la revolución el 90% de sus habitantes eran carrancistas y al mismo tiempo, cuando era necesario, sus hogares eran convertidos en Fuertes. Candela fue elegida por Venustiano Carranza como un punto estratégico, ya que por ahí pasaba los federalistas a la Ciudad de Laredo.

Ojo Caliente en Candela/Imagen: Internet
Ojo Caliente en Candela/Imagen: Internet

Por su parte, Guerrero, tiene atractivos como ranchos cinegéticos y la iglesia de San Juan Bautista. Pero destaca la Misión de San Bernardo.

En el pasado, en 1700, llegarían frailes franciscanos a esta zona con la intención de evangelizar. Para el 20 de mayo de 1702 se terminó la construcción de la Misión de San Bernardo, que se convirtió en un punto principal, ya que desde ahí se trasladaban los frailes hacia el Río Bravo y Texas, con el mismo objetivo.

Misión de San Bernardo/Imagen: Internet
Misión de San Bernardo/Imagen: Internet
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