Comunicación en Internet ha avanzado, pero falta. Asegura experto

En opinión de Trejo Delarbre, la mitad de los integrantes de nuestra sociedad no han superado la brecha digital.

México D.F.- Hoy en día, Internet se entrelaza con diversos aspectos de la vida cotidiana. Amplios sectores de la población se comunican, compran, se enteran e intercambian impresiones mediante la red de redes. A veces se tiene la sensación de que todo mundo tiene algo que ver con esa nueva tecnología, incluso que ésta cambió la vida de mucha gente.

¿Realmente fue así? Para Raúl Trejo Delarbre, estudioso del fenómeno comunicacional, social y cultural que representa la red informática mundial, desde hace poco más de dos décadas la respuesta es positiva.

En Internet –amalgama de lo digital con las telecomunicaciones– los contenidos digitalizados se pueden propagar a distancia, ésa es su gracia y mérito: sirve para compartir una enorme cantidad de textos y audiovisuales a los que antes teníamos acceso restringido, o no lo había.

De acuerdo con el autor de La Nueva Alfombra Mágica (texto que en 1996 representó el primer libro no técnico sobre Internet que se publicó en español), “en México ha habido un avance formidable en la cobertura de la red”.

A mediados de la década de los 90, el servicio no tenía ni el uno por ciento de cobertura en nuestro país; en 2014 tiene entre 40 y 45 por ciento.

Aún más, continuó el comunicólogo, esa mitad no tiene el servicio en sus domicilios. “Mucha gente se conecta en sus escuelas, en sus trabajos, en cafés, y paga por ello. Es decir, contamos con nuevas formas de comunicación debido a los contenidos digitales que se propagan, pero falta avanzar en ese terreno.

En opinión de Trejo Delarbre, la mitad de los integrantes de nuestra sociedad no han superado la brecha digital (la diferencia entre los conectados y los que no lo están). Éste no es el único problema; no basta con estar conectados, pues hay diferentes calidades de conexión. No es lo mismo la banda ancha que se comercializa en México (de mala calidad y costosa) a la de otros países, donde por el mismo precio cubren el servicio de telefonía celular y fija y el de televisión a distancia.

Para el especialista es evidente la revolución informática y apuesta “por un término que se ha vuelto impopular entre mis colegas académicos: ‘sociedad de la información’. Hay quienes dicen ‘es un término que usan los que hacen negocio con la digitalización de los contenidos’. En efecto, pero es innegable que vivimos en una comunidad que está crecientemente digitalizada”.

En referencia a la calidad y confiabilidad de las fuentes que se hallan en la red de redes, consideró que “Internet es una suerte de colección de espejos de la humanidad, formada por muchos sitios en donde colocamos lo que somos, decimos, pensamos, en lo que creemos y sabemos.

“Fuera de línea, tenemos intereses, afectos y emociones; apostamos por la verdad y muchos por la mentira (de manera deliberada o no). Por ello no es de extrañar que en la red haya una enorme cantidad de falsedades”, añadió.

En su cubículo del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, Trejo Delarbre aseguró que no todo lo que circula por este medio es de fiar.

Respecto de la popularidad de Facebook, consideró que con su uso se modifican las formas para socializar. “Una vertiente conservadora en el estudio de estas formas de comunicación sugiere que quienes están embebidos son personas antisociales que no cultivan relaciones fuera de línea.

“Sin embargo, análisis más serios acerca de las redes sociodigitales han confirmado lo contrario: mientras más intenso es el uso, mayor es la capacidad del individuo para socializar fuera de línea”, enfatizó.

Además, las redes implican nuevas formas para socializar. “Debe haber motivo de preocupación en el empleo muy epidérmico, trivial, frívolo y superficial que mucha gente hace de éstas, pero ello ocurre también en cualquier otra forma de socialización. Esos vínculos enriquecen y crean nuevas extensiones para relacionarnos, pero no reemplaza otras formas de relación personal y social”, concluyó.

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