¡Inició la grande!

Ciudad de México.- Ya las crónicas con diferentes estilos (aunque la mayoría lacónicas por las limitaciones de los espacios en los diarios para el tema taurino) han ensalzado al unísono y me uno en el reconocimiento, a la triunfal actuación de El Payo ante los toros de Barralva procedencia de Atanasio Fernández; a los detalles de Morante de la Puebla que le bastan para ser un latente integrante del cartel donde lo coloquen, además de que regaló un toro con el antecedente remoto de otro toro de Julio Delgado que obsequió en 2001 y a la tarde sin éxito para Diego Silveti.

También se ha ponderado la asistencia de un buen número de aficionados, da gusto constatar que la afición no se olvida de la tradición desde hace muchos años de asistir a la tarde inaugural. Posteriormente vamos a desear el mismo interés, pues fuera del cinco de febrero o las de la aparición de alguna figura de atractivo para el público mexicano, como Ponce o El Juli o Hermoso de Mendoza, ya será más rudo convocar a tanto público, aunque espero sinceramente equivocarme.

Si acaso comentaré que me parece ilógico llamar a los toros de procedencia española como españoles, cuando fueron criados en México y como ya lo comenté anteriormente, el origen de cualquier bovino en nuestro país (al ser inexistentes antes de la llegada de los españoles a nuestro terruño, es de Europa) pero en fin a muchos les encanta marcar la diferencia y si ese es su gusto, para que enojarnos.

Por cierto, en una barrera de la Plaza México tuve la oportunidad de encontrarme con Juan Pedro Domeq ganadero español de una familia ligada íntimamente al devenir de la fiesta en España y quién vino a México a ver toros como acostumbra cada año y me dio gusto encontrármelo.

Juan Pedro me manifestó su deseo de ser testigo de una gran tarde de Morante de la Puebla y su deseo (como el de muchos) se hizo algo de realidad, al ver torear de capote por chicuelinas con exquisitez al toro de regalo de procedencia San Mateo o tal vez más moderno Garfias. Posteriormente unos doblones majestuosos y luego una serie de derecha de escándalo, para al final con el toro de plano rajado y en franca huida instrumentar pases caminando a favor del trayecto del manso astado, con la magia propia de un torero de inspiración y de técnica (no todo en la vida es perfecto) que la muestra en los ruedos a cuentagotas, cuando anda de vena, vamos.

También a mi pregunta expresa de la compra de Zalduendo a su pariente Fernando Domecq de Zalduendo, por parte del licenciado Don Alberto Baillères me comentó: “me parece un acto de amor por la fiesta de los toros y le estimula la creencia de don Alberto de que la fiesta tiene futuro a largo plazo y que es de agradecerse su genuino interés y generosidad por preservar a los toros en todo el orbe. Es además producto de la decisión de una persona con visión global” Así lo entiende Pedro y refutó a los que en México y en España cuestionan lo que a su parecer “es un claro beneficio para la integración de la afición principalmente entre México y España, producto del amor del licenciado y su familia por el toreo”.

Agradezco a Juan Pedro sus palabras y coincido con sus comentarios, ya lo expresé en este espacio hace algunos meses cuando se hizo oficial la compra de la ganadería española por don Alberto cuya casa de apoderamiento está también muy activa.

En fin, la tarde inaugural de la Temporada Grande nos dio mucha tela de donde cortar.

Por lo pronto el cartel del domingo próximo conlleva el hecho de ver alternar en el cartel a Guillermo Capetillo con José María Manzanares y a Diego Silveti, es de comentarse que todavía no nacían los dos últimos, cuando el 20 de noviembre de 1977, Guillermo tomó la alternativa en San Luis Potosí en la misma fecha en la que lo hizo David Silveti en Irapuato, la friolera de 37 años de alternativa de Memo, para que luego digan que no tienen valor los toreros artistas y así es el toreo que empata generaciones distantes, disputándose las palmas.

Desafortunadamente la muerte de un inolvidable como lo es José María Manzanares pone un crespón de luto en la fiesta a la que tantas tardes de gloria gestó en el ruedo para su historia con letras de oro. En México pudimos ser testigos de su grandeza.

Cierro uniéndome al aplauso cariñoso antes de iniciar el festejo, a la memoria de un buen torero y gran persona que lo fuera en vida física, el matador de toros potosino, Pepe Luis Vázquez que dejo una cauda de amigos, que lo extrañamos y nos dio orgullo escuchar, el rotundo aplauso a su memoria.

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