Servicios de salud privados, un atentado contra un derecho humano

La salud es un derecho universal y así está estipulado en la constitución mexicana, pero los servicios de salud privados están ganando terreno.

Ciudad de México.- La salud física, mental y emocional son estados de bienestar, un elemento que el Estado debe proteger y promover en sus ciudadanos. En este sentido, las políticas de salud dicen mucho de lo que un gobierno hace por su población.

Por muchos años el acceso a la salud estaba restringido a ciertos sectores de la sociedad, pues éste estaba condicionado a la situación laboral. Cuando se creó el Seguro Popular, se pensó en atender al sector que no cumplía con estos requisitos, sin embargo, si bien se promulgaba la cobertura universal en papel, en la práctica eso fue más complicado: aumentaron los usuarios, pero no aumentaron los recursos.

De acuerdo con el doctor Jorge Alberto Álvarez Díaz, profesor visitante de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), las “figuras como el Seguro Popular no entrañan el humanismo que debe existir en la atención médica porque la atención a la salud se encuentra restringida mediante un catálogo de prestaciones en el que se determina quiénes tienen el derecho a ser cubiertos por esos servicios y quiénes no, esto indica que un asunto es la afiliación y otro muy distinto la atención a la salud a la que debía tener derecho la totalidad de los afiliados”.

El gasto en salud per cápita en México es de 977 PPA, mientras que el promedio de la OCDE es de 3,322. El porcentaje del PIB destinado a la salud es de 6.2%, porcentajes similares a los de países como Estonia y Turquía, mientras que el promedio de la OCDE es de 9.3%. Estados Unidos, México y Chile, son los únicos países de la OCDE donde menos del 50% del gasto en salud es financiado por el Estado. El resto, está en manos de empresas privadas.

El doctor de la UAM considera que “los sistemas de salud deben dirigirse hacia la socialización y no a la privatización al más puro estilo neoliberal como está sucediendo”, pues opina que esto “contraviene la bioética que debería de regir en las políticas públicas en esta materia”.

El también ganador del Premio World Leader in Medical Sciences for the Benefit of Mankind 2014, sostiene que “en el país las políticas públicas para la salud no cumplen con lo que a nivel global deberíamos de entender y a nivel local deberíamos de aspirar. A pesar de que en el marco vigente se dice que las Comisiones Estatales de Bioética pueden revisar desde el punto de vista bioético las políticas públicas de nuestro país, esto no ha sucedido”.

Por Andrea Jaramillo.

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