Las mujeres pareciera nos enfocamos más en ser un modelo para los hijos y sobre todo para las hijas: “quiero que mis hijas vean que puedo ser exitosa (…)”.
Ciudad de México.- Estas mujeres alemanas, se dedican a probar la eficiencia de distintos desodorantes.
Boris Groysberg y Robin Abrahams, profesores en Harvard Business School, escriben un interesantísimo artículo sobre el balance vida/carrera y me gustaría compartir con ustedes algunos de sus hallazgos:
Cabe notar que es diferente el enfoque dependiendo del género. Mujeres y hombres (como en todo), vemos las cosas de forma distinta. Por algo los hombres son de Júpiter y las mujeres de otra galaxia.
Primera pregunta a responder:
¿Qué significa éxito profesional?
En la encuesta que estos estudiosos hicieron, para los hombres éxito profesional se refiere sobre todo a la obtención de logros personales.
También a nuevos aprendizajes y desarrollo personal y a saber resolver retos difíciles.
No consideran relevante al éxito personal, tener un buen clima laboral o formar equipos de trabajo. Lo que es interesante es que “éxito profesional” no tiene que ver con pasión por el trabajo o el respeto a los demás (según esta encuesta).
Para las mujeres, en cambio, “éxito profesional” está marcadamente relacionado con logros personales, pero relacionando estos logros a marcar la diferencia, haber formado un equipo de trabajo exitoso, a mostrar respeto por los demás y a la pasión por el trabajo que se desempeña.
Los ejecutivos y las ejecutivas encuestados sienten una gran dificultad en poder comprometerse de igual manera en el trabajo y en su vida personal.
Pareciera que no pueden hacer elecciones deliberadas de cómo lograr un balance en ambos aspectos de su vida.
El trabajo y la vida personal y la familia son aspectos que no se pueden separar de la persona y en la medida en que se logra manejar un balance, se consigue mayor satisfacción tanto en el trabajo como en la vida personal.
Interesante también es en términos de género que hombres y mujeres encontramos justificaciones para vivir en un desbalance entre vida personal y trabajo.
La encuesta la hicieron estudiantes del Business School de Harvard, con ejecutivos y ejecutivas en Estados Unidos, sin embargo me parece que los datos no serían muy diferentes en México.
Para los hombres la justificación para pasar poco tiempo con la familia está relacionada con ser un “buen proveedor”, traer el pan a la casa, dar oportunidades a los hijos que ellos no tuvieron.
El hombre maneja la culpa asistiendo a pequeños eventos: “nunca me perdí de un partido de futbol de mi hijo” y hablan de llegar a la casa por las noches y dar unos momentos a los hijos pero que estos momentos son de calidad.
Las mujeres pareciera nos enfocamos más en ser un modelo para los hijos y sobre todo para las hijas: “quiero que mis hijas vean que puedo ser exitosa, que soy un ser completo como madre y como profesionista”.
Esto no impide que para la mujer el manejo de la culpa es mayor que para el hombre.
Una mujer trabajadora al ser madre ontológicamente vive con culpa, culpa si está cuidando a sus hijos por descuidar el trabajo y culpa por trabajar y “perder la oportunidad de verlos crecer”.
Segunda pregunta:
¿Qué sucede con la tecnología?
Yo creo que es muy difícil educar a un hijo a través del Whats App, y lo que sucede es que la atención se divide dejando tanto el trabajo como la familia mal atendidos.
Personalmente me cuesta mucho trabajo al sonar el teléfono poder apartar la vista de la pantalla del teléfono, es una atracción fatal así esté yo delante de un cliente o un hijo.
Las llamadas y mensajes no me dejan participar por completo en ninguna actividad. En la casa veo la tecnología como un invasor y tiendo a desconectarme, pero eso no me quita la sensación de estarme perdiendo algo.
Por esta necesidad de estar permanente conectados al trabajo en la casa, las estadísticas muestran también que el costo de trabajar fuera de casa hace que más altas ejecutivas sean mujeres divorciadas que sus pares hombres. Los hombres tienen dos o más hijos en muchos casos las esposas trabajan medio tiempo o no trabajan fuera del hogar, mientras las mujeres tienden a quedarse con hijos únicos.
Tercera pregunta
¿Qué hacer?
Se piensa que uno de los aspectos que ayudan en este balance vida/carrera, es el saber que la familia ha llegado a un acuerdo de una meta en común, que la visión de la familia hacia el éxito de cada uno de sus miembros es compartida, que el apoyo de unos a otros funciona y que la división de trabajo y responsabilidad dentro de la familia es clara.
También es necesario entender que nadie lo consigue sólo. Sin contar con el apoyo en el trabajo de la casa, de la familia, de una la vida social, difícilmente un ejecutivo logra mantenerse en situación de éxito por mucho tiempo, la vida sigue y posiblemente una crisis personal nos recuerde que hay momentos de analizar prioridades, una enfermedad por ejemplo.
No analices prioridades cuando algo ya no está bien.
Generalmente fin de año se vuelve un tiempo de repensar, evaluar, tomar decisiones y tener buenos propósitos y ver qué sigue.
Aunque hay muchos caminos para el éxito, recuerda que si quieres caminar rápido ve sólo, pero si quieres llegar lejos busca compañía.