Francisco Toledo entregó hoy al INBA el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) y la colección José F. Gómez, que en total reúnen más de 30 mil obras.
Ciudad de México (elsemanario.com).- Este día, el artista plástico Francisco Toledo entregó al INBA un acervo de más de 30 mil obras de arte que pertenecen al Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) y al Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo. La colección comprende obras literarias y gráficas que van desde diversas pinturas de Alberto Durero, del siglo XVI, pasando por el Don Quijote de Ibarra, edición especial también del siglo XVI, hasta grabados de Pablo Picasso, Francisco de Goya, fotografías de Manuel Álvarez Bravo, Edward Weston, Nacho López, obras de José Guadalupe Posada, entre muchas otras.
En un evento histórico y en compañía del gobernador de Oaxaca, Gabino Cué y del presidente de Conaculta, Rafael de Tovar y Teresa, el artista firmó el documento que acredita la donación del IAGO al Instituto Nacional de Bellas Artes. Rodeado de sus hijos, que firmaron el documento como testigos de la cesión del acervo, de medios de comunicación y personalidades de la esfera intelectual, le agradecieron al Maestro Toledo su enorme contribución a la vida cultural de Oaxaca y de México.
La donación de este archivo significa mucho para México, ya que este acervo constituye un porcentaje rico en materiales de gran importancia para el arte nacional y mundial.
Francisco Toledo nació en Juchitán, Oaxaca, el 17 de julio de 1940. Inició sus estudios hacia la década de los 50 en el taller de grabado de Arturo García Bustos y después viajó a la Ciudad de México para ingresar al Taller Libre de Grabado de la Escuela de Diseño y Artesanías del Instituto Nacional de Bellas Artes. A partir de entonces, su vida se volvió un constante viajar por el mundo, siendo Estados Unidos el primer país extranjero en el que exhibió sus obras. En 1960 se mudó a Europa para conocer y participar de la élite intelectual que se concentraba en esa ciudad, es ahí donde estudió con el pintor británico Stanley Hayter y pudo conocer a Octavio Paz y a la pareja Tamayo, que lo apoyaron en varias ocasiones, ya que no contaba con los recursos suficientes para permanecer en la ciudad por mucho tiempo.
A pesar de su éxito en París, en 1965 volvió a Juchitán para realizar pintura, litografía, grabado, escultura, cerámica y diseñó tapices con los artesanos de Teotitlán del Valle, para el año de 1977, había vivido de nuevo en París, en México y se mudó por un tiempo a Nueva York, a donde regresa en 1981-1982 para hacer cerámicas. Continuó trabajando en Cuernavaca, en la ciudad de México y en Oaxaca hasta el año de 1984, cuando se instaló en las ciudades de Barcelona y París, donde realizó pinturas, esculturas y grabados.
Actualmente sus obras son exhibidas en museos renombrados de todo el mundo, entre ellos Museos de Arte Moderno de México, París, Nueva York y Filadelfia, en la New York Public Library, la Tate Gallery de Londres y la Kunstnaneshus de Oslo.
Su marcado interés por la difusión de la cultura y las artes lo ha llevado a fundar diversas empresas culturales, como Ediciones Toledo, el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) y el Centro de Artes San Agustín (CASA), estos últimos se han consolidado como centros culturales en Oaxaca y ofrecen una amplia gama de servicios para todo el público.
Se podría decir que su fértil imaginación se alimentó de la naturaleza que lo rodeó durante su infancia, sus obras muestran una presencia preponderante de animales. Asimismo, su trabajo se alimenta de colores vivos y texturas increíbles que ofrecen al espectador una experiencia única del imaginario del artista, que logra resultados increíbles en diversas técnicas como la pintura, la fotografía, la gráfica, la escultura y la cerámica y que constantemente se renueva con la experimentación.
Su trabajo rebasa el quehacer artístico, Francisco Toledo siempre ha mostrado su preocupación por los sucesos que marcan a la sociedad a la que pertenece. En varias ocasiones ha hecho sentir su voz respecto a temas coyunturales en el país, sus protestas y comentarios sobre temas como la escalada de la violencia en en México o la presencia de empresas transnacionales que afectan a las tradiciones de Oaxaca, hacen de él a un artista comprometido con su época y su gente.
El artista de 74 años dejó en manos del INBA una colección que permanecerá en Oaxaca y de la que ya se estudian las posibles exposiciones rumbo a las cuales este acervo maravilloso podrá viajar para ser visto por un amplio público.
