Semana Cósmica y Santa

La Semana Santa es también y quizá sobre todo un período cósmico de la mayor importancia para nuestro planeta.

Ciudad de México.- La liturgia es la energía con que se materializan los ritos públicos, en otro tiempo los rituales públicos eran también rituales religiosos. No es sino hasta épocas recientes, -el renacimiento por una parte, las guerras de religión, la laicidad y la democracia modernas- cuando los actos públicos se separan de los actos religiosos.

Estamos en período de lo que en el mundo cristiano se conoce como Semana Santa, inicia con el domingo de Ramos, que simboliza la entrada de Jesucristo en Jerusalén que se simboliza con el Hosanna (הושענות) que significa en hebreo Sálvanos o salve te rogamos.

Pero la Semana Santa es también y quizá sobre todo un período cósmico de la mayor importancia para nuestro planeta. Se trata del mayor cambio estacional con consecuencias significativas sobre toda la naturaleza. Todas las religiones en el planeta celebran este período en que en ambos hemisferios se suceden modificaciones sustantivas de carácter climático.

El pueblo judío celebra en la Pésaj, el pasaje del mar Rojo y la salida de Egipto, celtas, romanos y chinos celebraron también este momento de cambio sustantivo, que detona períodos agrícolas, deshielos, lluvias, floraciones, cosechas. Los huevos de pascua son una celebración precristiana mediterránea y representa la alegoría brillante del sol de primavera. La Pascua corresponde al primer domingo después de la primera luna llena de primavera.

Pueblos tan diversos como los norafricanos, los griegos o los Augures de las estepas rusas, celebraban hace dos o tres milenios este período con danzas y rituales muy complejos que están al origen de una mitología rica y aún presente en relatos y en el imaginario de muchos pueblos en todos los continentes.

La asociación litúrgica es bellísima desde todas perspectivas, se trata de para todos de un periodo de renovación, de luz nueva, de alumbramiento interior y exterior, de cambio sustantivado en todas las especies. La naturaleza canta en cientos de miles de alegorías esta transformación.

La Pascua acerca en comunión a todas las especies vivas que pueblan el biotopo llamado Planeta Tierra, o Planeta Casa. Es tiempo entonces de Ecumenismo, de vuelta a la casa de todos, de religión para todos, de meditación cósmica, de espiritualidad natural y simple.

Hay en el paisaje religioso y litúrgico que percibimos también un contexto político. Las elecciones en Nigeria bajo las amenazas de Boko Haram, uno de los países mas poblados, mas pobres y mas ricos en petróleo en el planeta, las elecciones en Francia y el resurgimiento de una Europa de derecha -con espacios nuevos a un fascismo vestido de nacionalismo nuevo-, discriminatoria y endogámica. Las elecciones en Israel y las contradicciones en la actitud de Bibi Netanyahu. En México el periodo litúrgico se anima en la comidilla chismosa de la clase media-tizada, con el video del Instituto Cumbres y sus chicos hiper-cotizados. En el Oriente Medio, desde Egipto hasta Irak, los cristianos están en un período difícil y en franca condición de agresiones djihadistas y también de ciertos sectores del status quo que miran a los cristianos como tenedores de una sospechosa prosperidad.

La cristiandad ha depurado para las formas litúrgicas de estas fechas, hermosísimas ceremonias, desde los Oficios de Tinieblas y los Réquiems y Pasiones hasta las velas en la ceremonia de luces y las Palmas en el Domingo de Ramos. La iconografía es profusa en todas las escuelas gráficas y pictóricas, desde la escuela griega, hebraica y bizantina hasta la romana, flamenca, italiana, española, barroca y francesa.

Hoy las iglesias católicas son cerca de una docena, desde las fuertes maronita, copta y melquita hasta las menos concurridas albanesa, griega y rusa o la armenia, siria o caldea. Cada una tiene su propia problemática, una detallada y diferencial liturgia, su propio acento en el santoral, devocionario y jerarquía.

Esta fragmentación sectaria ocurre también con las otras grandes religiones monoteístas y aunque la pascua se desfasa por lo general de una semana en un afán diferenciador, la época de todas las pascuas, cristiana, judía o pagana es la misma.

En una lectura, las costumbres se han relajado, menos vigilias y más vacaciones, pocos sacrificio cuaresmales, raros los ejercicios espirituales y comunes las fiestas y los viajes de recreo. Desde otra mirada, para los menos quizá, pero no para pocos, es tiempo de recogimiento, de meditación, de oración y de seguimiento de las escrituras, del evangelio y la ortodoxia.

El ejercicio del domingo de palmas ya lo señalábamos, corresponde a la celebración de la entrada de Jesús Cristo a Jerusalén, el lunes es día de la unciones, la de María que en casa de Lázaro en Betania lava primero los pies de Jesús con una caro perfume de nardo, para luego secarlos con su propio cabello, acción presenciada por Judas, quien sugiere que el perfume pudo haber sido vendido y el dinero dado a los pobres. Esta imagen del perfume esta en las antípodas de la resurrección de Lázaro en cuya casa se vive esta escena, aquél Lázaro que en el hedor de su condición ahora vive envuelto en el vértigo del caro perfume de nardo. El lunes se celebra al Cristo de los Gitanos y en los pasos sevillanos al Cristo traicionado por Judas.

El martes es el día de la exaltación de la Cruz, es el augurio del martirio, la visita al templo y de los espías que buscan hacer a Cristo caer en contradicciones, es la jornada del dad al César lo que es del César, es también el día de las pruebas de exégesis, cuál es el primero de os mandamientos?, la primera de las leyes?. Cristo responde en el marco del Shemá Israel con el tetragramaton: Amaras a tu Dios por sobre todas las cosas. El Miércoles es el fin de la cuaresma y el comienzo de la pascua, el día en que Judas se reúne con el Sanedrín y acuerda el modo y el monto. Es el día de la oración en el huerto. Jueves y Viernes son los días mas bordados de liturgia y pasajes que refieren la pasión propiamente con sus incontables anécdotas y momentos patéticos. El sábado, tercer día del triduo pascual, es de Luto y de la Soledad de María. El domingo es la gloria de la resurrección.

Como en cada una de las grandes religiones, este ritual es rico en oraciones, y le acompañan todo tipo de manifestaciones del espíritu, la música, el canto, la oración, la poesía, la exégesis, la pintura, la escultura y hasta la danza en el laberinto de las procesiones y las andas.

La fiesta, fue siempre un aspecto de la religión, un sentido a la acción, un vínculo con la proyección del Ser. Es mesura en la desmesura, es referente lógico y axiología, valores. La fiesta es celebración, alegoría, metáfora de la vida en la comunidad. Desprenderla de esto es vaciarla de sentido y crear delirios.. vértigos, neurosis del cotidiano devenir.

De la globalización esta es consecuencia. Las bajas identidades son resultado de ese desapego de la primera persona del plural, del Nosotros, Nos-otros. Los que nos distinguimos, los que somos distintos, los que somos comunidad y alta identidad. Semana Santa, es semana re-ligiosa, pagana y cósmica, pero sobre todo comunitaria. Un oasis en la globalización al que contribuye la climatología y del planeta. Disfrutémosla.

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