Sinopsis:
Desde la muerte de su padre, tres hermanas viven en un pueblo desolado con un estatus social y económico venidos a menos. A partir del cumpleaños de la hermana menor y gracias al encuentro con nuevos círculos sociales, estas mujeres pondrán en perspectiva su vida y harán lo posible por erradicar su miseria y frustración sin saber que se enfrentarán a problemas del pasado y a un profundo dolor personal.
Me acuso de no haber descubierto esta joya mucho antes: “Moscú” en el Círculo Teatral. El trabajo es una adaptación de “Tres Hermanas”, la obra mejor resuelta de Antón Chéjov, el autor ruso de principios de siglo XX que junto a Henrik Ibsen y August Strindberg cambiaron la manera de entender y escribir teatro en Occidente. En lo personal está dentro de mi top 5 de obras favoritas por los siglos de los siglos.
Ahora que estoy muy metido en el tema de las audiencias y consumo teatral de la Ciudad de México, debo de reconocer la pertinencia de contar esta historia porque produce mucho sentido con la realidad de México del 2017. Y para muestra los simbolismos en el texto: un país con una realidad política violenta como lo era Rusia de principios del siglo XX no nos resulta ajena en este momento; conectamos de una manera inmediata con los catalizadores sociales de los rusos como el alcohol y la fiesta; y, sin duda, reconocemos como mexicanos modelos familiares invasivos, violentos y doblemoralinos.
En este sentido hacer una versión de “Tres Hermanas” en la Ciudad de México en el 2017 no resulta ociosa ni pretenciosa. La adaptación de Mario Diament tiene tres características sobresalientes: 1) la translación de los momentos discursivos a dramáticos; 2) un lenguaje claro y preciso para seguir la historia; 3) el contar la anécdota sólo con las tres protagonistas sin la necesidad de tener en escena a, por lo menos, diez personajes más. Y sí quiero remarcar este punto porque también se comprueba la genialidad literaria de Antón Chéjov en cuanto a construcción de personajes y estructura dramática.
Yo estaba muy intrigado en cómo iban a resolver varios momentos donde, en el texto original, hay 13, 10, 5 personajes; para mi sorpresa y la fortuna del montaje las tres mujeres protagónicas son tan potentes en la propuesta de Chéjov que pueden cargar la historia solas. El trabajo de Mario Diament es convencional y se apega a los formalismos teatrales para abordar esta historia; he visto versiones alocadas, performanceras y cinematográficas (es imposible no recordar “Interiores” de Woody Allen”) y, sin duda, “Moscú” respeta el espíritu original de “Tres Hermanas”.
Víctor Carpinteiro, el director, centra todo el montaje en hacer lucir la actoralidad. Es una decisión por demás atinada; sería una desgracia llevar el foco de atención en cualquier otro elemento del montaje cuando se tienen personajes y diálogos tan exquisitos en términos literarios y tan poderosos sobre lo que tienen que decir, denunciar y representar de la experiencia humana.
Hacer Chéjov lleva al límite el entrenamiento técnico y poético de cualquier intérprete. Este texto, este autor y este montaje no son juegos de niños; se necesita la destreza de manejar la energía interna para habitar los personajes. Mikaela Lobos, Claudia Marín y Carmen Baqué, las actrices de “Moscú”, pasan con honores la prueba y no hay ningún desperdicio o exceso en cada una de sus decisiones actorales. El signo inequívoco donde una versión de Chéjov está funcionando radica en la generación de una atmósfera; cuando todo el ambiente se impregna de la energía interna de las actrices. Y “Moscú” por mucho lo logra.
Sólo hay un elemento con el cual tuve cuestionamientos. Debo reconocer que es una exquisitez mía porque a pesar de éste el montaje funciona. Me refiero a la eliminación de una escena del texto original donde se hace referencia a un incendio en el pueblo donde viven las hermanas; la contingencia magnífica, los defectos de la familia y como espectador entendemos mejor el final. Entiendo, en este afán de síntesis, muchas cosas se tenían que simplificar y sin duda es la parte más sacrificable en términos dramáticos. Insisto, es una necedad mía porque soy obsesivo de la obra y sus personajes pero, por otro lado, en las obras de Chéjov siempre está presente el elemento fuego como una hermosa figura literaria. No me malentiendan: con todo y este recorte la obra funciona.
“Moscú” en el Círculo Teatral es uno de los trabajos más sobresalientes y pertinentes de un clásico de la literatura occidental en la cartelera de la Ciudad de México. Cuando se compra un boleto para este montaje se compra la oportunidad de vivir una experiencia inmersiva contundente. Aplausos para Víctor Carpinteiro, el Círculo Teatral y el equipo de producción por tener la intención de conectar con los espectadores y no quedarse en la mera vivencia museográfica de la obra más entrañable de Antón Chéjov.
Traspunte
¡Qué ganas de ver “La Jaula de las Locas” en el Teatro Manolo Fábregas!
“Moscú”
De: Mario Diament
Dirección: Víctor Carpinteiro
Círculo Teatral (Avenida Veracruz 107, Colonia Condesa)
Viernes 20:30 hrs. / Hasta el 18 de agosto