A Juan Pablo Sánchez le tocó el tercer toro de la corrida de Fernando de la Mora quién reapareció en la Plaza México, digo que Juan Pablo con el capote toreó con el temple, porque entiendo el temple como poner de acuerdo al movimiento del toro que embiste y la conducción del engaño del que torea, por ello el público que ayer hizo una gran entrada, se puso de su lado por sus maneras y por la frescura que representa un torero de 19 años y de reciente alternativa.
Queriendo Juan Pablo, como todos los que tienen claro lo que quieren a futuro, ser figura del toreo no se conformó con torear con preciosismo por el lado derecho y se cambió la muleta de mano para torear con la mano izquierda y cuando citó para un natural, el toro se le quedó corto y le tiró el derrote seco que le penetró en el tercio medio de la parte anterior del muslo izquierdo, con temple en el carácter aún cuando manaba profusamente la sangre de su pierna, pidió un torniquete.
Luego los toros que siguieron para El Zotoluco y El Juli poco se prestaron para una lidia brillante, sin embargo cada uno fue extrayendo a cuentas gotas, algunos momentos de lucimiento, El Zotoluco con la muleta, El Juli con el capote y la pañosa, demostrando porque el madrileño está en la punta del toreo desde hace muchos años.
Deseamos la pronta recuperación del torero joven, que ayer demostró poseer temple taurino y humano en su breve actuación en el ruedo capitalino, lo marca con la clara posibilidad de convertirse en figura del toreo, camino reservado para muy pocos en la historia del toreo.
