‘Si dejo de trabajar, no como’

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El trabajo informal en México foco de propagación del coronavirus

Mexicanos siguen en las calles durante fase 3 de la epidemia, su sustento está en el mercado informal y si no salen a trabajar no comen.

Al 23 de abril hay alrededor de 11 mil 600 casos de coronavirus confirmados y la recomendación de las autoridades sanitarias para contener el contagio es ‘quedarse en casa’; sin embargo, no todos pueden darse el lujo de hacerlo. Esa es la realidad para el trabajo informal en México.

El lunes 20 de abril inició la fase 3 de la epidemia en México, tiempo en el que se estima un aumento abrupto de casos con coronavirus y en el que la propagación del virus podría ser catastrófico para la población altamente vulnerable por los índices de obesidad y diabetes en el país.

Pero, a diferencia de otros países, México no ha establecido un toque de queda o cuarentena obligatoria a nivel federal, sino que el Gobierno ha recomendado a la gente quedarse en sus domicilios a través de la ‘Jornada de Sana Distancia’, que incluye la suspensión de clases y labores no esenciales hasta el mes de mayo. Sin embargo, en la mayoría del país no se multa ni sanciona a aquellas personas que estén afuera, lo que podría ser la razón por la que en pleno pico de la enfermedad, cuando se prevé el mayor número de contagios, más mexicanos salieran a las calles.

Según los datos de movilidad de los teléfonos inteligentes, durante la semana de Pascua la cantidad de automovilistas aumentó más de 3 por ciento, el número de mexicanos desplazándose a pie se incrementó un 3.9 por ciento y un punto porcentual más se desplazó en transporte público, en comparación con la Semana Santa.

El trabajo informal en México

Lo cierto es que las autoridades sanitarias han reiterado que México no podría aplicar una cuarentena forzosa generalizada, debido sobre todo a que muchos ciudadanos viven al día. De hecho, cifras oficiales señalan que en el último trimestre de 2019 el 56.2 por ciento de la población trabajaba en la informalidad. Es decir, que más de la mitad de los mexicanos no tienen salario fijo, ni seguridad social.

Por esta razón, muchas personas salen de sus hogares a trabajar porque es su única opción. Así lo atestigua un dependiente de un quiosco: “No tengo otra fuente de ingresos. Aparte tengo familia, tengo a mi esposa y tengo a mis hijos y si dejo de trabajar no genero dinero y no compro comida para ellos”. Una vendedora ambulante lo corrobora: “De hecho las ventas han bajado más del 50 % y nos va muy mal, la verdad. Pero ya con lo poco que sale, ya sale para comer”.

Por otro lado, los expertos consideran que mucha gente todavía cree que la enfermedad no existe o piensa que no es tan grave. En este sentido, un transeúnte opina: “Esto que está haciendo el gobierno pues a mí se me hace que es una farsa política, ¿por qué, por qué dicen quédense en casa sin saber cómo vive uno?”, se pregunta. Otro opina de forma similar: “La gente vive la psicosis del miedo. Pero yo no, tengo mucha fe en Dios y yo salgo adelante”.

De esta manera, aunque el país ya entró en la fase más crítica de contagios, aún se puede observar mucho movimiento en las calles de la capital mexicana.

A pesar de ello, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha afirmado que gracias a la disciplina de los mexicanos, la situación no ha llegado a estar fuera de control, por lo que las autoridades pronostican que se pueda volver a la normalidad a partir del 30 de mayo.

En apoyo a los trabajadores informales en México, el gobierno ha lanzado un programa de financiamiento a los micro y pequeños empresarios; sin embargo, el aletargado proceso de solicitud y entrega obliga a los mexicanos a seguir buscando el sustento diario para llevar a su hogares.

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