Pez de Oro

“La Dalia Negra”: “Secretas victorias”

Lectura: 4 minutos

En una experiencia teatral la anécdota y la historia nunca pueden rendirse ante un fastuoso aparato técnico.

Ciudad de México.- “Parece cine… es teatro”. Es el slogan de la campaña publicitaria de “La Dalia Negra” que estrenó hace más de dos semanas e impresionó por su enorme aparato técnico: dos pantallas, sobre las cuales se proyecta toda la escenografía, encajonan una estrecha pasarela y aún más estrecho segundo piso. Los actores trabajan en un espacio virtual para recrear una experiencia sustentada, en muchos momentos, por el lenguaje cinematográfico.

El equipo creativo ha repetido en varias ocasiones (en algunas como advertencia y en otras como invitación) el gran valor experimental de este montaje. Por lo menos en México, con manufactura mexicana, nunca había visto una propuesta escénica tan arriesgada en términos estéticos y técnicos. Esta producción de los Ortiz de Pinedo (Jorge y Pedro, pare e hijo) se llevará las palmas en todas las áreas técnicas del 2015; sin embargo hay algo desconcertante tanto en la publicidad, entrevistas como en las notas publicadas en varios periódicos: una inconsciente rendición de la historia ante el aparato técnico.

Y precisamente porque sus hacedores han puesto el acento en el experimento que vale la pena hacer ciertos cuestionamientos. Esta temporada tiene un éxito asegurado (o por lo menos, en un tema financiero, los Ortiz de Pinedo saldrán tablas) porque cruzar el cine con el teatro es un híbrido atractivo para las audiencias actuales. En nuestra cultura hay cierto resquemor a la experiencia teatral pero al ponerle este “velo” de “parece cine” todo se vuelve, en una lectura básica, más accesible.

Y no sólo este alebrije resulta interesante en la estrategia de venta de la obra, sino también en la exploración de lenguaje y significación teatral. ¿Qué tanto se puede mediar la experiencia en vivo? ¿El teatro sólo ofrece, como elemento exclusivo frente a la oferta mediática, la experiencia en vivo? ¿Hasta dónde las imágenes de la escena pueden ser completadas por el espectador? Lo que yo veo en “La Dalia Negra” (y lo manejaré desde términos comunicativos y psicológicos) son complicadísimas pautas expresivas que mueven un contenido superficial y ambiguo.

Y es en este punto, en la disparidad entre forma y fondo, donde el experimento arroja variables contrastantes. “La Dalia Negra” cuenta el seguimiento detectivesco del asesinato de Elizabeth Short, una de las masacres más impresionantes de toda la historia de California durante los cuarenta. Todo se vuelve un juego de búsqueda del presunto culpable, desde sus amantes hasta familiares y el móvil de la muerte de esta joven actriz con altas aspiraciones de ser una estrella en Hollywood.

La Dalia Negra. Foro Cultural Chapultepec.
La Dalia Negra. Foro Cultural Chapultepec.

El primer problema es lo poco dramático del texto. La construcción de los personajes es débil y no logra mantener un suspenso propicio durante las dos horas del espectáculo. Por momentos todo el planteamiento funciona en una novela; la presencia de un narrador (el protagonista quien es un detective que se obsesiona con el caso) confirma este atributo y atora la progresión dramática. La resolución es precipitada y traiciona el inicio de la estructura.

No obstante, la mayor irregularidad del montaje radica en la dirección y manejo actoral. Los intérpretes están a expensas de la interacción con las dos pantallas para recrear la atmósfera y el entorno; esto los obliga a generar altos niveles de energía que se ven reflejados en una corporalidad pronunciada y mayor proyección de la voz. Si se atrevieran a irse por un camino intimista, el aparato técnico los aplastaría y serían opacados por su pirotecnia visual y auditiva.

Los actores están sumamente preocupados en ganarle a la fuerza expresiva de las pantallas a costa de sacrificar las acciones internas de los personajes. La energía se lleva a una innecesaria impostación debido a que todavía no se encuentran los impulsos necesarios para detonar la acción dramática y las relaciones. Yo veo a una compañía francamente perdida en el tono y la construcción de los personajes; el trabajo sólo se queda a nivel de forma y no de fondo.

No me refiero a una búsqueda emotiva, sino a esos resortes que vuelven al conflicto verosímil. Estas irregularidades se hacen más grandes cuando existe una diversidad de entrenamientos (algunos en televisión y otros en teatro), técnicas y estilos actorales. Tal vez el trabajo de Majo Pérez, quien interpreta a Julia Graham, una de las amigas de la víctima, se vuelve sobresaliente por un justo balance energético y el tono más propicio para el montaje. Ella da pistas sobre qué camino seguir en la actoralidad.

Aplaudo a los Ortiz de Pinedo por arriesgarse a hacer este experimento fuera de serie en la historia del teatro mexicano. “La Dalia Negra” vale la pena por la apuesta a la tecnología como un personaje más dentro de un montaje. Sin embargo, el proyecto nos ha puesto sobre la mesa una premisa contundente: en una experiencia teatral la anécdota y la historia nunca pueden rendirse ante un fastuoso aparato técnico.

La Dalia Negra. Foro Cultural Chapultepec.
La Dalia Negra. Foro Cultural Chapultepec.

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“La Dalia Negra”

Dramaturgia: John Richman

Dirección: Alejandra Ballina

Foro Cultural Chapultepec (Mariano Escobedo 665, colonia Anzures)

Viernes 19:00 y 21:00 hrs., sábados 18:30 y 20:30 hrs., domingos 17:30 y 19:15 hrs.

@DaliaNegraMX

“¿Cruzar la niebla?”

Lectura: 3 minutos

El mayor reto para la gente del medio es saber qué le puede ofrecer la experiencia teatral a las audiencias en medio de múltiples opciones de entretenimiento.

Ciudad de México.- ¿Por qué la gente no asiste al teatro? Por momentos, la interrogante encuentra una respuesta contundente pero, poco a poco, ésta se desdibuja para llegar a un enigma cada vez más grande: ¿El problema es de difusión? ¿Mercadotecnia? ¿Precio de los boletos? La conclusión más certera para entender el problema abarca todos estos tópicos. Pero hay ciertos aspectos que nunca han sido revisados a cabalidad para crear una estrategia más sólida con el fin de acercar la gente al teatro.

El precio de los boletos sí influye para que una persona, frente a todas las opciones de entretenimiento y diversión, prefiera ir al teatro. La mercadotecnia y publicidad son necesarias para hacer del conocimiento del público la cartelera. Y, por supuesto, toda la experiencia escénica debe sostener estas decisiones para ser fuertes y atractivas para el espectador.

No obstante, una de las situaciones que más se comentan y poco abordadas en los múltiples proyectos públicos y de la iniciativa privada para fomentar el teatro es la localización de los foros. Para muchas personas, las obras sólo se circunscriben a ciertas zonas de la ciudad; en medio de los avatares de la vida citadina, estos puntos focales no son accesibles debido al medio de transporte y el tráfico.

Por esta situación, una de las propuestas sugeridas es el impulso de foros teatrales o adaptados para este tipo de espectáculos en cada delegación de la ciudad y producir la sensación de cercanía para el público. El enorme crecimiento espacial del Distrito Federal hace urgente la desconcentración de la zona de teatros pero, sobre todo, encontrar medios sólidos de producción y difusión para levantar los proyectos que se van a presentar en esos lugares.

Con esta propuesta se quedan en el tintero otras preguntas: ¿esta estrategia es sólo aplicable para la ciudad o puede ser trasladada a otros estados del país? Si no es aplicable para los demás estados, ¿cuál es la estrategia a seguir en estos lugares?

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Imagen: Flickr

En todas las entidades del país lo más urgente es darle continuidad a la vida teatral y no caer en eventos esporádicos que son patrocinados por ciertas instituciones y/o centros culturales con alguna relevancia mediática pero sin ningún impacto en la cotidianidad de la gente; la estrategia es lograr un desarrollo sustentable y, por qué no, redituable, para entender al fenómeno teatral no como algo extra-ordinario.

La enorme dificultad es hacer del teatro una experiencia accesible para las personas. Al lograr este objetivo no se pretende disminuir el contenido expresivo o facilitar los montajes con historias bobaliconas, sino convertir la experiencia escénica en una opción deseable, cercana pero, sobre todo, competitiva frente a otros productos mediáticos.

Las estrategias, deseos y objetivos aquí analizados serán a largo plazo. Ninguno de ellos se puede alcanzar de la noche a la mañana; es importante dejar a un lado cualquier pretexto que esté fuera del alcance del teatro para explicar nuestras debilidades. El mayor reto para la gente del medio es saber qué le puede ofrecer la experiencia teatral a las audiencias en medio de múltiples opciones de entretenimiento: ¿por qué alguien debería salir de su casa para asistir a un foro en lugar de ver una serie en su computadora? Es necesario crecer como una comunidad teatral adulta y hacernos responsables de nuestras deficiencias y hacer algo al respecto, enfrentar el problema.

El teatro debe contribuir a sanar las heridas de nuestra sociedad. En esta turbulencia social, política y económica debemos apostar por las disciplinas escénicas; ellas nos iluminarán el camino y, sin duda alguna, nos ayudarán a convertirnos en mejores seres humanos. La experiencia en vivo se vuelve indispensable cuando todo se resuelve mediante la virtualidad y, en la mayoría de los casos, ésta nos da la máscara perfecta para escondernos. El teatro nos confronta, nos reta, nos inspira; ayudará a unirnos y provocar puentes hacia el diálogo, entendimiento y respeto.

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Imagen: Flickr

Twitter: @pezdeoro1972

“La Llamada”: “Línea directa con Dios”

Lectura: 4 minutos

“La Llamada” quiere llamar la atención de un público joven, inmerso en el mundo digital (virtual) y acostumbrado a un tipo de oferta mediática emergente.

Ciudad de México.- Ser religioso no está de moda. Y no me refiero a llevar los hábitos o entregar la vida entera al servicio de Dios (lo que esa que éste signifique). Muchos no comparten los preceptos de la institución eclesiástica, otros no sienten empatía (ni confianza) en sus representantes, sin embargo, no somos capaces de adentrarnos en el quid del asunto. Por eso “La Llamada” es un ejercicio escénico valiente al plantear las preguntas correctas: ¿qué es la religión? ¿con qué se come? ¿para qué sirve?

El musical importado de España llamó mi atención por su elenco heterogéneo en formación y entrenamiento amén de un espectacular diseño publicitario. Mi investigación previa no arrojaba mucho sobre la anécdota: sólo me inquietaba la inclusión de canciones de Whitney Houston y Wisin y Yandel que incrementaba mi horror (injustificado) ante otro fallido musical de rocola.

“La Llamada” no es fallido ni mucho menos pretende cumplir con ser otro musical más. Se atreve a hablar de la experiencia mística a través de las aventuras adolescentes en un campamento. Las borracheras, el sexo y el amor esconden la presencia de un Dios que, al cantar I will always love you de Whitney Houston, enamora a una mujer. Una nueva Santa Teresa de Ávila: secular, siempre cruda, con whatsapp y con ganas de triunfar en la industria musical.

Ninguna experiencia se parece al amor a Dios. María, para vivir esta experiencia, busca ayuda con las monjas que celan su cabaña y lo único que encuentra es una manera vacía de acercarse a él: la oración no tiene sentido y la Biblia se usa como un mero instructivo. No existe un vínculo trascendente con Dios y es ahí donde Javier Ambrossi y Javier Calvo, autores de la obra, la dan clavo al recrear la superficialidad de la vivencia religiosa.

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La Llamada. Teatro López Tarso

Funciona tan bien que la anécdota suceda entre los jóvenes porque, más que ningún otro grupo, ellos ven a la religión como un tabú. La historia necesita profundizar el conflicto de la protagonista, María, porque, sobre todo al final, se ve opacada por la toma de conciencia de los demás personajes; esto resta fuerza a la premisa y claridad al conflicto central. Me sorprende la adaptación a México porque existe verosimilitud en los diálogos y una irremediable empatía con nuestra cultura.

La inserción de las canciones (y las canciones expresas para el montaje) necesita acoplarse a una estructura de musical contemporáneo porque la mayoría de las escenas no tienen remates contundentes y sus falsos finales hacen que el ritmo se atore. Una de las principales virtudes de la estructura radica en lo vertiginoso de la acción dramática; siempre sorprenden las peripecias y el final llega a ser impactante.

La producción es impecable a excepción del diseño de sonido. Los musicales manufacturados por mexicanos nunca han logrado orquestar todos los elementos auditivos de una forma efectiva; ni mucho menos se tiene el equipo necesario para sostener un musical de los vuelos de “La Llamada”. El problema se complica por la presencia de una banda en vivo; éste es el punto técnico más urgente por resolver.

Laura Zapata, como la monja-líder del campamento, hace una interpretación entrañable; nunca me ha dejado de sorprender su amplio rango actoral. Natasha Dupeyrón, María, es brillante y poderosa; tiene las habilidades para cargar un musical de este formato así como una necesaria energía teatral. Tessa Ia quien interpreta a Susana, la mejor amiga de María, es una verdadera estrella; se nota un cuidadoso trabajo actoral porque su papel, a pesar de la cercanía en edad y experiencia de vida, tiene alma y lejanía con ella. Ahí hay una actriz con profundos registros emocionales.

Sólo había visto a Alexis de Anda en standup y es muy claro cómo lleva todo ese expertise al servicio de la comedia; le viene muy bien el drama y llevar la energía de la obra a los puntos más altos. Federico Di Lorenzo, el mismísimo Dios, hace gala de su fuerza vocal para interpretar canciones complicadas; su peso escénico le ayuda a construir un personaje magnético.

“La Llamada” quiere llamar la atención de un público joven, inmerso en el mundo digital (virtual) y acostumbrado a un tipo de oferta mediática emergente; sinceramente creo que su audiencia es más adulta porque vibra mejor con la anécdota y produce un mayor sentido ante el fenómeno religioso. Ojalá “La Llamada” no sea malentendida en su discurso y no se quede, precisamente, en la percepción superficial de la que ella misma habla.

La Llamada. Teatro López Tarso
La Llamada. Teatro López Tarso

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“La Llamada”

De: Javier Ambrossi y Javier Calvo

Teatro López Tarso (Centro Cultural San Ángel, Avenida Revolución s/n, San Ángel)

Viernes 20:30 hrs., sábados 18:00 y 19:30 hrs., domingos 17:00 y 19:30 hrs.

@LaLlamadaMX

“Clausura del Amor”: “Saqueos de dolor”

Lectura: 3 minutos

Esta obra de teatro, tan real y sin concesiones, nos hace ver uno de nuestros peores miedos: el amor inicia con una ilusión y termina con la muerte.

 

No hay nada más violento que la experiencia teatral porque el cerebro no logra distinguir entre la realidad y la ficción. En otros medios, como la televisión y el cine, todo es “seguro” porque la pantalla rectifica la percepción y vemos la historia como una posibilidad lejana. El teatro es un juego de peligro porque no hay mediación: todo es en directo, sin concesiones. Se “siente” muy real.

En Clausura del Amor llegan al escenario Arcelia Ramírez que interpreta a Arcelia y Antón Araiza a Antón. El nombre del personaje no es diferente al de la vida real. No hay concesiones en este juego. En la primera escena, vemos a Antón con una voz rasposa y los músculos contraídos; se presume una carga pesadísima sobre sus hombros. Se escuchan groserías, frases propias del coraje e ideas con poca conexión entre sí. Al primer minuto, descubrimos su tragedia: está terminando su relación amorosa.

Desde la butaca vemos al rompimiento como algo parecido a morir. Es amputar una pierna, un brazo, una mano. Vivimos en tiempos donde existe la creencia que la separación no vale la pena sufrirla: las personas se van porque la vida así es y no podemos luchar contra sus leyes. Pero al ver a Antón no podemos sino contradecir ese gran mito de la “facilidad” de la despedida: cómo separarnos de alguien a quien alguna vez dijimos “te amo”.

¿Existe algún protocolo para decir “adiós”? ¿Sería motivo de alegría o tristeza? Antón se regocija en lanzar insultos sutiles a Arcelia; sus argumentos tratan de justificar los errores de su historia pero ninguno de ellos es capaz de aclararle al público la razón del finiquito de la relación. Para este hombre, dejar a la mujer implica hacer una repartición de todos los bienes acumulados al estar juntos: desmantelar la casa, tratar de borrar el pasado y tener un nuevo comienzo.

Durante más de treinta minutos, vemos a este personaje llenarse la boca de valentía para enfrentar la separación hasta que Arcelia lo calla. Ella se presenta ante el público después de estar en silencio para escuchar cualquier tipo de ocurrencias del fracaso y la autocompasión; el impacto de las palabras la hace reaccionar para defender lo suyo y evitar el saqueo. Decide pelear, planear una estrategia de guerra y lanzar misiles poderosos para destruir la incipiente historia escrita por Antón.

Clausura del Amor. Teatro Julio Prieto
Clausura del Amor. Teatro Julio Prieto

Con las palabras de Arcelia vemos al amor como un juego cruel de percepciones: la compañía se confundía con asfixia, la generosidad con autosacrificio, la verdad con mentira. En esta historia contada a dos voces vemos la destrucción como el final de la pareja; la despedida es dolorosa porque las heridas del pasado no sanan.

Para Arcelia, la frustración llega cuando recibes nada a cambio de entregarte al otro. No hay obligaciones reales con la pareja; sólo podemos confiar en su palabra y, tal vez, sorprendernos con sus actos. ¿Qué tanto el amor es una invención personal? ¿Qué tanto es una realidad vivida por dos personas? ¿Dónde empieza el egoísmo y la posesión? ¿Cuándo las ganas de amar se vuelven terriblemente demandantes para el otro?

Clausura del Amor acaba con el mito de la pareja y deja al público con un sinfín de interrogantes que la cultura se empeña en evadir. Arcelia y Antón dejan el escenario contaminado por el dolor; la tragedia de la separación empieza cuando se siente el vacío y la costumbre se vuelve un recuerdo. Esta obra de teatro, tan real y sin concesiones, nos hace ver uno de nuestros peores miedos: el amor inicia con una ilusión y termina con la muerte.

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“Clausura del Amor”

De: Pascal Rambert

Traducción: Humberto Pérez Mortera

Dirección: Hugo Arrevillaga

Teatro Julio Prieto (Eje 4 Sur Xola 809 esquina Nicolás San Juan, Colonia del Valle)

Jueves y viernes 20:00 hrs., sábados 19:00 hrs., domingos 18:00 hrs.

Twitter: @pezdeoro1972

“Eres bueno, Charlie Brown”: “Donde todos vuelven a sonreír”

Lectura: 4 minutos

El mayor logro radica en la eficacia del trazo escénico y la sencillez para contar una historia sumamente conmovedora.

 

La mismísima Kristin Chenoweth (ídolo de quienes aman los musicales) ganó el Tony por su interpretación de Sally en You´re a good man, Charlie Brown. Este trabajo la posicionó a un status de estrella que después explotó con Wicked; al escuchar sólo las canciones del niño Brown no entendí bien a bien el hilo conductor de la historia ni mucho menos por qué se convirtió en uno de los capítulos más importantes de la historia de Broadway y semillero de grandes figuras de la escena teatral gringa.

Pepe Valdés, productor junto con Leyenda de la versión mexicana llamada Eres bueno, Charlie Brown, ha asegurado en varios programas que el espectáculo es para un público adulto con un humor ácido. La adaptación hecha por él mismo, afirma, resalta la esencia de la obra y gracias a tal concepción decidió ponerla en un horario nocturno donde esta audiencia pudiera pagar un boleto (los miércoles a las 20:30 hrs.).

A mí me causó muchísima curiosidad cómo Valdés lograba adaptar una historia que tiene un humor muy gringo (con tintes de sitcom y stand-up) y confirmar la idea de ser un montaje con mayor resonancia en los adultos. Y no dejaba de pensar cómo empataría la nostalgia de la caricatura, por lo menos en varias audiencias de nuestro país, con esta lectura desenfadada de los personajes.

Al ver montadas las canciones escuchadas en Itunes y la reinterpretación de Anahí Allué y Jacobo Toledo de varias escenas que vi en YouTube de lo realizado por Chenoweth y equipo vario, encontré varias situaciones interesantes. La primera de ellas radica en la estructura de la historia mediante viñetas; este sentido anecdótico funciona para hacer un símil de cómo se veía la caricatura a través de episodios; no hay una historia central, es un pastel repartido en rebanadas iguales para cada uno de los personajes a manera de planteamiento coral.

Eres bueno, Charlie Brown. Teatro Milán
Eres bueno, Charlie Brown. Teatro Milán

Efectivamente el humor es ácido pero, a diferencia de lo esperado, se hace con la clara intención de mover a un público infantil. Clark Glesner, autor del libro y la música, y Andrew Lippa, quien hizo un tratamiento en 1999, usan a los personajes de la pandilla de Charlie Brown para hablar de la añoranza adulta por la infancia; embala personajes de niños (incluido el propio Snoopy) para hacer un retrato menos idealizado: la inocencia no es sinónimo de personalidades naive.

La mirada de la infancia imita y reinterpreta la realidad sin embrollos mentales adquiridos a través de los años. El público adulto se siente aludido desde esa añoranza y el público infantil se conecta por ver su mundo recreado. Esta versión hecha en el Teatro Milán se basa en el revival de Lippa (hecho por Chenoweth) y enmarcado por el humor de Los Simpsons y South park.

Sin embargo, Eres bueno, Charlie Brown no sólo se queda en esta recreación sino se centra en la amistad entre niños para empatizar con la anécdota (esto se puede ver más evidente en el número final). Por eso creo que la evolución lógica del montaje será pasar a un horario matutino los fines de semana en una segunda temporada.

El mayor logro de Allué y Toledo, como gestores escénicos, es el énfasis que hacen en la corporalidad de los personajes. Hay un trabajo minucioso en el gesto y energía para hacer más grande la comedia y afianzar el ritmo (por cierto muy bien logrado). Mi única preocupación viene al final: se pierde la fuerza de la hora cuarenta y cinco anterior y no tiene la suficiente contundencia para ser un punto climático.

En realidad el público paga un boleto por segundos o minutos de un montaje” aseguraba un maestro querido; toda una compañía trabaja con su voz, cuerpo y energía para llegar a ciertos picos emocionales que serán indelebles en la mente y el corazón de la audiencia. En mi caso hay dos de estos episodios/canciones en Eres bueno…: (perdón por mi referencia en inglés) The doctor is in y Suppertime (sobre todo esta última debido a las relaciones entre los personajes y los guiños de Snoopy a una figura de preacher que son hilarantes).

El ensamble es poderoso en cuanto a su técnica y experiencia. Me sorprende el enorme rango actoral de Hiromi Hayakawa para interpretar a Lucy en … Charlie Brown y ser otros personajes en Mentiras o Bule Bule El Show; se está apuntalado como una de las figuras icónicas del musical en México. Rogelio Suárez constata su pericia para llevar una comedia en sus hombros; la revelación de este montaje se llama Sebastián Treviño (Snoopy) quien se vuelve el personaje más entrañable de todo el montaje.

Eres bueno, Charlie Brown es un musical brillante en fondo y forma. El mayor logro (y motivo para correr y comprar un boleto) radica en la eficacia del trazo escénico y la sencillez para contar una historia sumamente conmovedora.

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Eres bueno, Charlie Brown

Libreto y música: Clark Glesner

Tratamiento: Andrew Lippa

Teatro Milán (Calle Lucerna 64 esquina con calle Milán)

Miércoles 20:30 hrs.

Twitter: @CharlieBrownMex

Twitter: @pezdeoro1972

“Lobos por corderos”: “Piedad de sangre”

Lectura: 3 minutos

 Lobos por corderos vale la pena por un ejercicio actoral interesante y un formato de escritura más acorde a las audiencias actuales.

 

Ciudad de México.- Decidí ver Lobos por Corderos cuando supe de la participación de Mariana Garza. Después me enteré que el demás elenco también estaba conformado por otras estrellas: Mónica Huarte, Alejandro De La Madrid y Fernanda Borches. La dramaturgia y dirección del recién conocido (por lo menos para mí) Reynolds Robledo, hacía más atractivo el espectáculo, amén de los días de temporada (martes) y el teatro (el Círculo Teatral de Alberto Estrella).

Lobos por Corderos es uno de los mejores títulos de la dramaturgia mexicana contemporánea y toda la publicidad digital me pareció sumamente atractiva. Este trabajo es uno de los más angelados de la cartelera con una clara conciencia del público y un nivel de exposición acorde a las necesidades de la historia (vale la pena decir su financiamiento por Fondeadora y la estrategia publicitaria en redes sociales).

El primer elemento del montaje digno de reconocerse es el evidente entrenamiento de Reynolds Robledo en el guionismo televisivo. Su eficacia en el arco dramático de cada escena, la economía en el lenguaje y la conciencia del tiempo son rasgos propios del formato de televisión que le viene muy bien no sólo a Lobos por corderos sino a toda la producción teatral contemporánea.

Robledo, cuando toma estas prerrogativas al escribir, tiende un puente hacia al público que es capaz de comprar un boleto, a ese público de carne y hueso y no a los cuentos inventados por teatreros sobre éste. Admitamos de una vez por todas que la televisión ha cambiado nuestras competencias comunicativas y necesitamos historias a la altura de toda la oferta mediática.

La anécdota retrata el duelo de un grupo de padres debido a un accidente del autobús escolar donde iban sus hijos; la institución les ofrece una indemnización para resarcir el “percance” y se inicia toda una batalla legal, moral y ética sobre la paternidad trunca. Reynolds tiene el firme propósito de poner sobre la mesa qué precio tienen nuestros valores y hasta dónde somos capaces de traicionarnos a nosotros mismos para erradicar el dolor.

El planteamiento dramático es verosímil, sin embargo, el viaje de los personajes se queda corto. Algunas situaciones no tienen los matices necesarios para desentrañarse y se reducen a meros ornamentos literarios; el trabajo de dialogación es impecable, no sólo por su eficacia sino también por su sentido de cotidianidad.

La dirección del mismo Reynolds Robledo y Daniela Padilla es un ejercicio interesante por el sólo hecho de compartir ambos esta área creativa; en la cartelera actual, sólo Antes de irme, el amor de Sergio Zurita sigue esta dinámica necesaria para la salud teatral del país. Lobos por corderos depende de la atmósfera, situación lograda por un minucioso diseño actoral y un movimiento escénico congruente. Aplaudo el manejo del ritmo vertiginoso (al más puro estilo televisivo) sin perder profundidad en las relaciones.

A nivel actoral, el peligro de contar una historia tan densa y oscura en un espacio tan pequeño como el Círculo Teatral radica en confundir la intensidad escénica con una pérdida de energía teatral. Hay ciertos momentos del montaje donde hay una disminución de fuerza, por ejemplo, Alejandro De La Madrid sacrifica en varias escenas el volumen de la voz por cumplir con el tono de la obra. Creo que estas irregularidades se corregirán con más pasadas porque su estreno fue hace poco.

Mariana Garza entrega otra actuación impecable en términos de organicidad y profundidad emocional; me sorprende qué tan efectiva es Fernanda Borches para complejizar relaciones con otros personajes y hacer un poderoso trabajo energético (por cierto, el look que ahora trae le viene muy bien a su interpretación). Para Mónica Huarte es el papel que la posicionará fuera de la comedia y le dará la credibilidad para contar historias de este peso (aunque todavía le falta descubrir ciertos matices hacia el final de la historia). Alejandro De La Madrid convence por una sólida construcción del mundo interno del personaje y resuelve con maestría los contrapuntos dramáticos.

La situación urgente por reconsiderar es la escenografía. Todo el diseño de varios objetos se resuelve con alambre que se vuelve un fuerte distractor. Los actores se ven preocupados por seguir el movimiento escénico sin hacer que tiemble este material; no existió un momento del montaje donde yo no me dejará de preocupar por los actores y el manejo del diseño poco funcional.

Reynolds Robledo se pone en el radar de la dramaturgia contemporánea con este proyecto. Les deseo todo el éxito porque se nota el esfuerzo, el trabajo y la preocupación por llevar público a la sala. Lobos por corderos vale la pena por un ejercicio actoral interesante y un formato de escritura más acorde a las audiencias actuales.

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Lobos por corderos

De: Reynolds Robledo

Dirección: Daniela Padilla y Reynolds Robledo

Círculo Teatral (Veracruz 107, colonia Condesa)

Martes a las 20:30 hrs.

Twitter: @lobosxcorderos

Lobos por corderos. Círculo Teatral
Lobos por corderos. Círculo Teatral

Twitter: @pezdeoro1972

“La carreta de Don Matías”: “Este viaje se hace en la Carreta”

Lectura: 3 minutos

Se agradece que nunca se les note el esfuerzo al momento de estar en escena porque detrás hay un sólido entrenamiento al servicio de una historia efectiva.

 

Ciudad de México.- En el teatro infantil se deben volver más evidentes los recursos exclusivos de la escena. Con los niños la necesidad de hacer un lenguaje escénico inmediato, directo y efectivo se vuelve emergencia porque lo que está en riesgo es el origen de un gusto y una necesidad. Al observar el fenómeno teatral, ese niño quedará tatuado para toda su vida: estará convidado a ser público de otros espectáculos o no.

Encontrar una obra con esta conciencia (y responsabilidad) destinada al público infantil es una tarea difícil. Por eso me atrevo a reseñar esta semana un montaje con estas condiciones, capaz de generar adultos deseosos de seguir comprando un boleto para una sala teatral. Su nombre es La carreta de Don Matías.

Es una obra argentina de Silvia Patrignoni que cuenta la historia de dos marionetas que cobran vida y no encuentran a su titiritero. Se dejan guiar por sus motivos y necesidades para explorar el mundo sin depender de una “fuerza superior”; en el camino un duende travieso les hace una serie de travesuras para poner a prueba su amistad y su recién adquirida sensibilidad.

Todo el trabajo de lenguaje hace una situación reconocible para los espectadores. Existen guiños y chistes bien logrados porque se juega con la musicalidad de las palabras. Los diálogos son disfrutables para niños porque dejan ver una sencillez poco acostumbrada en otros medios y le otorga un poder importantísimo a la palabra.

La dirección de Daniela Serrano plantea un montaje que privilegia la imaginación de los niños. Se usan mínimos elementos plásticos para que en la cabeza del espectador se completen las imágenes visuales y pueda recrear el mundo visto desde los ojos de las marionetas.

Un gran acierto es la integración de música en vivo para mostrar con una mayor profundidad la personalidad de los protagonistas; las melodías y las letras son memorables para el público y funcionan como extraordinarios rompimientos escénicos.

Mediante elementos visuales y acústicos se juega con una sensorialidad tan olvidada en una sociedad como la nuestra donde todo se mediatiza o se vuelve una realidad virtual. Los niños, al estar en esta Carreta, podrán encontrar el valor de una experiencia en vivo.

La propuesta de movimiento es dinámica y atractiva para los ojos; todas las transiciones de los intérpretes se resuelven con un detallado trabajo corporal que exige precisión, sincronía y exactitud. El vestuario es adecuado porque su estética nos lleva a recrear una atmósfera que sólo puede ocurrir en la obra y esto ayuda a entrar más fácilmente en la convención.

La participación de Eugenia Guerra, Manuel Gallo y Aída Flores como Tuerca, Clavito y el Duende (este papel se alterna con la propia Daniela Serrano) funciona porque, en primer lugar, sus niveles de energía son altísimos para que la atención de los niños no se pueda fugar. El desempeño vocal y corporal sobresale porque además de hacer entrañables a sus personajes se pone a prueba un alto compromiso técnico.

Se agradece que nunca se les note el esfuerzo al momento de estar en escena porque detrás hay un sólido entrenamiento al servicio de una historia efectiva. La franca participación del público en varios episodios asegura una conexión no sólo con los niños sino también con sus acompañantes adultos.

No se pierdan este entrañable espectáculo para el público infantil porque tiene todos los elementos y recursos para cautivar y convencer. La carreta de Don Matías integra también a los adultos al recordarles la diversión al usar sólo la imaginación y estimular los sentidos a través de una experiencia en directo. Esta compañía hace una enorme (y necesaria) labor de contagiar el espíritu del teatro a los niños y ofrecerles algo que no podrán encontrar en otro medio y en ningún otro espacio de su vida.

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La Carreta de Don Matías

De: Silvia Patrignoni

Dirección: Daniela Serrano

Foro La Gruta (Centro Cultural Helénico, Avenida Revolución 1500, colonia Guadalupe Inn).

Domingos a las 13:00 hrs.

La carreta de Don Matías. Foro La Gruta, Centro Cultural Helénico
La carreta de Don Matías. Foro La Gruta, Centro Cultural Helénico

 

Twitter:@pezdeoro1972

“Los Locos Addams”: “La familia que todos quieren comprar”

Lectura: 3 minutos

Los Locos Addams cumple con el objetivo de entretener a pesar de una historia fallida y canciones sosas.

Ciudad de México.- Nadie puede detener el éxito de Los Locos Addams en el Teatro Insurgentes. Me sorprende cómo el poder de la nostalgia y la posibilidad de ver a “estrellas” en vivo y a todo color hacen olvidar que este musical tiene una de las peores historias del género. Ninguna de las canciones es entrañable y ninguna escena se volverá icónica en el inconsciente colectivo.

En esta reinterpretación de la familia Addams, Merlina es una adolescente quien está convencida de casarse con un joven fuera de los estándares de su oscura y exótica familia. Cuando ésta se entera de las intenciones de su pequeña, todo el mundo pega el grito en el cielo porque no quieren mezclarse con alguien fuera de su clan, sin embargo, aceptan tener una cena con el novio para conocer a sus pariente políticos.

El evento se vuelve un desastre cuando ambas familias se enfrentan y tratan de convencer a sus respectivos hijos de abandonar la idea del matrimonio. La anécdota se ha contado miles de veces en diferentes tonos e historias. La incorporación de guiños al programa de televisión son efectivos, aunque ninguna de las rutinas cómicas sorprende. El conflicto se acaba a la media hora; hay partes poco contundentes y reiterativas.

En Broadway fracasó, pero las enormes filas en la taquilla cuentan una suerte diferente en México. Todo el público está ansioso por chasquear los dedos al ritmo de la música del programa de televisión; los niños son orillados por los padres a reconocer a Merlina y al Tío Lucas. El espectáculo funciona porque el público recrea una experiencia más divertida en su cabeza que en la realidad.

A lo largo de las dos horas y media de función, se hace gala de una manufactura impecable. Tina Galindo y Claudio Carrera tienen el know how y la sensibilidad para atender las expectativas de la audiencia quien compra un boleto en el Teatro Insurgentes. Cada cuadro está planteado para impresionar ya sea por un gusto estilizado o por los millones invertidos en cada elemento de la escena.

Susana Zabaleta juega entre su personalidad y la de Morticia para atrapar al espectador; este papel será el más recordado de toda su trayectoria. Jesús Ochoa, quien interpreta a Homero, es un caso particular entre los actores del país porque se le perdona todo: no importa que no tenga el entrenamiento vocal y corporal para hacer un musical, al final de la función, él recibe la mayor ovación del público. Y, a decir verdad, si no fuera por su carisma y espontaneidad la obra se volvería pesada.

Para Gloria Aura, Merlina, es el momento que la catapulta como una estrella y le dará el reconocimiento peleado por años. Todo el ensamble es una muestra de precisión y técnica depurada; ellos sostienen a los actores con renombre y los cuidan en todo momento. Un reconocimiento especial merece Marisol del Olmo, la madre del novio advenedizo, porque es un talento fuera de serie; ella necesita estar más en el género y obtener el reconocimiento popular. Con su trabajo se pone en el radar para lograr una carrera como actriz prestigiada. Los Locos Addams cumple con el objetivo de entretener a pesar de una historia fallida y canciones sosas.

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Los Locos Addams

Libro: Marshall Brickman y Rick Elice

Música y letra: Andrew Lippa

Teatro Insurgentes (Insurgentes Sur 1587, colonia San José Insurgentes)

Jueves y viernes 20:30 hrs., sábados 18:00 y 21:00 hrs., domingos 18:00 hrs.

Los Locos Addams. Teatro Insurgentes
Los Locos Addams. Teatro Insurgentes

 

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