El adiós a Francisco “Paquín” Estrada

La mañana del 9 de noviembre se dio a conocer la lamentable noticia del fallecimiento de uno de los mejores managers y jugadores mexicanos en la historia del beisbol nacional, Francisco “Paquín” Estrada, dejo de existir en el plano terrenal pero su gran trayectoria da paso a la leyenda de un inmortal del beisbol mexicano.

Francisco Estrada nació el 12 de febrero de 1948 en Navojoa, Sonora, fue una muralla defensiva en la receptoría, con una rapidez semejante a la de un jugador de cuadro para deshacerse de la bola. Sus certeros tiros casi siempre llegaban primero que los corredores a las bases. Un maestro en el manejo de los elevados de foul.

Con su máscara de hierro estuvo detrás de home por espacio de cinco temporadas con los Diablos Rojos, en las que recibió lanzamientos en 604 juegos.

Su bateo era consistente, aunque no poderoso, salvo la campaña de ´70 en la que conectó 18 jonrones, lo que resulta una sorpresa ya que en sus 26 temporadas de jugador activo sólo logró disparar 84 vuelacercas.

Debutó con los Diablos Rojos en 1966 para jugar en 74 encuentros. A partir de ’67 no le prestó el guante al suplente. Fue parte del campeonato logrado en 1968, estuvo en la receptoría en 140 juegos, colaboró con 105 imparables, 15 dobles, dos triples, siete jonrones, 44 carreras producidas.

La última temporada con los Diablos fue la de 1970, y resulta difícil de olvidar. Participó en el primer playoff con el sistema de dos divisiones para sacar el campeón absoluto de la Liga Mexicana. Los Diablos ganaron en el Norte con el “Paquín” Estrada en plan de coloso. Jugó 138 partidos, conectó 24 dobles, 11 triples, 18 jonrones, produjo 85 carreras, promedió .303 de porcentaje. En la Zona Sur ganó el Águila y en seis juegos vencieron a los Diablos.

Con su fenomenal actuación, lo firmaron los Mets de Nueva York en 1971. Lo asignaron a la sucursal de Triple A con el equipo Tidewater en la Liga Internacional, para jugar 58 partidos. Bateó .260, incluyó siete dobles, seis jonrones, 21 producidas.

Lo subieron a Ligas Mayores para actuar en dos encuentros conectando un hit en dos turnos al bat.

Al siguiente año lo cambiaron a California junto con Nolan Ryan, el mismo sensacional pitcher de los siete juegos sin hit ni carrera y más de cinco mil ponches. “Paquín” jugó con Salt Lake City y luego lo cambiaron a los Orioles de Baltimore que lo enviaron a Rochester. En 1973 lo adquirieron los Cachorros de Chicago, con los que jugó en la sucursal de Wichita. En Triple A con Rochester, jugó 65 partidos, dio seis jonrones y bateó para .252 de porcentaje.

Regreso a la Liga Mexicana en 1974 para continuar su gran carrera con diferentes equipos, hasta su retiro en 1994.

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