Exiliados: el amor de “lxs Groupies”

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Sinopsis:

Después de vivir en el exilio, Richard y Bertha tratan de recuperar su antigua vida, sin embargo, la convivencia cotidiana y los años de relación los harán cuestionar su vida en pareja. Mediante triángulos amorosos cada uno pondrá a prueba los valores en los que intentan creer y descubrirán los juegos de dominación en la domesticidad.

Con sólo rascarle un poco encontraremos psychofans de James Joyce por todos lados. Se van directo a la yugular cuando alguien comete un error biográfico al hablar de este escritor irlandés; cuando algunos son detractores de su producción literaria; o, peor aún, cuando ciertos osados tratan de corregirle la plana al hacer una revaloración estética de su trabajo.

Por eso me intrigó el montaje de “Exiliados” en el Granero del Centro Cultural del Bosque; la compañía, comandada por el director Martín Acosta, está en la mira de estos psychofans porque hacen el único drama escrito por James Joyce en toda su vida. En el programa de mano se hace referencia a un montaje ochentero con Ofelia Medina y Ricardo Blume; casi una leyenda dentro de la historia del teatro de la Ciudad de México. Ahora vuelve con la extraordinaria Verónica Merchant (uno de los motivos por los que también corrí a comprar un boleto) y Pedro De Tavira Egurrola en los papeles protagónicos.

“Exiliados” en su corrida de 1980 fue un escándalo en términos sociales y artísticos. El core del texto está en una fuerte crítica a la institución matrimonial. La monogamia, la infidelidad y los sigilosos juegos de poder son las ideas que alimentan el conflicto de los personajes.

Para la Ciudad de México de allá y entonces, si soy más específico dentro de la clase media, el planteamiento era novedoso; en la década de los setenta y principio de los ochenta, jóvenes instalados en la “contracultura” (no puedo ser más ochentero con este término) deseosos de cuestionar y tirar todos esos valores naive de la familia promovidos por el Estado, lograron una legitimidad y visibilización como nunca antes en disciplinas escénicas, cinematográficas y musicales.

En la Ciudad de México del 2017 la discusión que trae a la mesa “Exiliados” es pertinente pero el tratamiento literario tiene poca sintonía con las competencias comunicativas de audiencias que están expuestas a la televisión, el cine, las redes sociales y plataformas digitales de contenido.

Para esos psychofans de Joyce, la adaptación del propio Martín Acosta resultará miel para sus oídos porque le hace justicia a cada una de sus palabras y tendrán paz mental sobre cómo tratan el trabajo de su ídolo; pero Martín tiene un problema técnico para aquellos alejados del trabajo del autor cuando trabaja un texto 80% discursivo; el texto resulta difícil de seguir para las audiencias que están acostumbradas a textos más vertiginosos y comprometidos con un avance de la acción dramática minuto a minuto. Y, por momentos, la discusión sobre la compatibilidad del amor y el matrimonio resulta rebasada en cuanto a otros trabajos dramáticos de los últimos diez años en teatro y montados en esta ciudad. Y qué decir en la televisión.

“Exiliados” es un proyecto que nace gracias al EFITEATRO en coproducción con el INBA, y en este sentido, el trabajo de preservar y llevar a la oferta teatral historias de los grandes autores superestrella de la literatura occidental se cumple. Agradezco el dinero para proyectos con estas buenas intenciones, sin embargo, ahora estoy en una controversia personal: qué tanto pensamos en las competencias comunicativas de las audiencias con ganas de gastar su tiempo, dinero y esfuerzo para meterse en una sala de teatro. Y cuando hay un deseo de preservar la cultura. Todavía no llego a una respuesta clara.

Cuando estaba viendo “Exiliados” tenía un sinfín de líneas de pensamiento que iban más allá del montaje: qué tanta “comezón” nos da decir que un texto de esos “autores intocables” no empata con las competencias comunicativas de las audiencias a las que queremos llegar; qué audiencias quiere tener el INBA con este tipo de proyectos; hasta dónde el trabajo académico y museográfico empieza a ser un problema para tener más personas dispuestas a comprar un boleto de teatro.

A pesar de un texto poco sintonizado con los ejercicios comunicativos actuales, la dirección y la actoralidad son impecables (vale la pena mencionar el trabajo extraordinario de Verónica Merchant y Carmen Mastache; el texto de James Joyce hace lucir a los personajes femeninos). El dispositivo escénico es de lo más sobresaliente de este año, en fin… pero sigo pensando en las carencias del texto en relación con la realidad que vivimos. Y la base de cualquier producción es la historia.

”Exiliados” cumple con los expertos de James Joyce (para esa audiencia el montaje funciona) pero entra en un limbo cuando hablamos de alguien sin ninguna referencia al autor, a su relevancia literaria e histórica y a su figura mítica dentro del mundo académico. A lo mejor es una necedad que yo siga pensando en audiencias fuera del circuito de los psychofans de James Joyce. Pero seguiré con esta controversia personal donde el culteranismo y las ganas de atraer más gente al teatro se ponen frente a frente. Y con una certeza que me costó años de estudio, tropiezos y lágrimas: el teatro responde inevitablemente a su momento histórico.

“Exiliados”

De: James Joyce

Dirección: Martín Acosta

Teatro El Granero Xavier Rojas (Paseo de la Reforma y Campo Marte s/n, Metro Auditorio)

Jueves y viernes 20:00 hrs., sábados 19:00 hrs. y domingos 18:00 hrs.

Hasta el 9 de julio  

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