Espero que los próximos musicales escritos por mexicanos entiendan que es muy difícil repetir la fórmula de Mamma Mia!; si quieren usar canciones pop mejor hagan un concierto.
Cuando una obra se presenta en dos teatros de la Ciudad de México en la misma temporada hay algo interesante que averiguar: ¿qué historia se está contando? Amén de que es una novedosa estrategia para atraer a la audiencia, un productor no arriesgaría su dinero dos veces sin estar convencido de tener entre sus manos un montaje interesante, mercadeable.
Como quieras… ¡Perro ámame! tiene dos casas: el Teatro Renacimiento y el SOGEM Wilberto Cantón. Sergio Gabriel, el productor, junto con Diego De Erice, el autor y, supongo porque en el programa de mano no queda claro, también el director han hecho crecer este montaje hasta tener elencos alternantes y una campaña de publicidad más que suficiente.
Con la promesa de ser un musical de rocola con varios éxitos del cancionero pop mexicano, el espectáculo no sorprende ni en su formato y temática. Una mujer en sus cuarenta llega a un restaurant para encontrarse con su cita a ciegas; la plantan y, casualmente, un hombre joven tiene una situación similar con una mujer. El encontrarse solos los lleva a compartir la mesa y sus mejores decepciones amorosas; irremediablemente, el conflicto desemboca en una historia de amor.
No pude conectar en ningún momento con el montaje (lo vi en el Teatro Renacimiento); las canciones están metidas a calzador y, en algunos casos, son gratuitas. Los arreglos de las canciones son pobres. Los chistes y las rutinas cómicas son predecibles; la construcción de personajes parece que está basada en un test de revista femenina para encontrar al “hombre de tus sueños”. Es un lugar común tras lugar común.
La dirección está comprometida con una improvisación que trata de integrar al público, no obstante, por momentos, se olvida de qué se trata todo el asunto y parece sólo importar esta dinámica. La escenografía es estridente en intenciones y estilos; hay un pianista en escena con incomodidad por no estar ubicado en un espacio claro.
La interpretación de Gicela Sehedi es convincente en todos los sentidos; tiene el papel en los huesos y se permite divertir con él. Roger González, como el hombre quien busca desesperadamente el amor, tiene grandes carencias en cuanto a la construcción del personaje y el ritmo de comedia (Sehedi lo rescata en varias escenas); su punto más fuerte es el canto y sus habilidades de conductor para hacer dinámicas donde integra al público. Éste fue el elenco que me tocó de entre todas las opciones.
Sin embargo, he de reconocer lo bien que se la estaba pasando el público. Reían, seguían las rutinas de improvisación y se emocionaban con las canciones. Después yo me puse a pensar qué sucedía con los demás en la sala y, a pesar de todo lo mencionado, Como quieras… ¡Perro ámame! tiene la gracia de no ser pretencioso; el montaje refleja un universo bien personal del autor y director para hablar con urgencia de la pareja (aunque a mí me parezca un tratamiento burdo). Es un trabajo honesto y, por ello, merece un gran aplauso.
¡Como quieras… ¡Perro ámame! cumple con su tarifa de entretenimiento y el estar en dos teatros de la ciudad lo demuestra. Sólo espero que los próximos musicales escritos por mexicanos entiendan que es muy difícil repetir la fórmula de Mamma Mia!; si quieren usar canciones pop mejor hagan un concierto y ahórrense una historia gratuita.
Traspunte
La producción que hizo Fox de Grease el domingo pasado es uno de los pocos trabajos en donde el lenguaje televisivo entiende tan bien al teatral. Si no me creen aquí una muestra: https://www.youtube.com/watch?v=j7-KRfULhoE
Como quieras… ¡Perro ámame!
Una obra de Diego De Erice
Teatro Renacimiento (Velázquez de León 31, colonia San Rafael)
Jueves 20:30 hrs., viernes 19:30 y 21:30 hrs., sábados 18:30 y 20:30 hrs., domingos 17:00 y 19:00 hrs.
Teatro SOGEM Wilberto Cantón (José María Velasco 59, colonia San José Insurgentes)
Sábados 17:00 y 19:00 hrs., domingos 18:00 hrs.