Un día decisivo para la continuidad de la presidenta Dilma Rousseff, el presidente de la Cámara de Diputados decide si da vía libre a una solicitud de juicio político contra la mandataria que, de pasar podría llevar a su destitución del cargo.
Brasil (elsemanario.com).- El presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, anunció que este martes dará curso al trámite para la apertura o rechazo de un juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff, lo que eventualmente concluiría con su destitución.
La decisión del líder de la Cámara baja y miembro del opositor Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB), tiene en vilo a todo el país. De acuerdo con el diario brasileño O’Globo, Cunha informó que puede decidir este día sobre el pedido de impeachment.
Rousseff enfrenta una solicitud de juicio político en su contra presentada por un grupo de juristas brasileños, entre ellos, Miguel Reale Junior y Helio Bicudo, uno de los fundadores del Partido de los Trabajadores (PT) –el de la mandataria– impulsada por el Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), del ex candidato presidencial Aécio Neves. La acusan de maquillar los balances de las cuentas públicas.
La determinación si se procede, o no, en contra de la mandataria brasileña podría ser tomada antes que concluya esta semana, según informaron diversas fuentes, aunque Cunha ha dado señales de que pretende negociar con las diferentes facciones políticas antes de anunciarla.
El presidente de la Cámara afirmó que sólo aceptará el proceso de impeachment en caso de que tenga fundamentos técnicos. Para ello, sería necesario que las supuestas irregularidades cometidas por Rousseff hubieran ocurrido en su actual mandato, que comenzó en 2015.
Aunque, en los últimos meses, Cunha ha archivado una veintena de solicitudes de juicio contra la presidenta brasileña, aunque ninguna de ellas se refería a las manipulaciones fiscales, causal marcada por la Constitución como posible motivo para la destitución.
Se necesita un quórum de 257 congresistas para abrir la sesión en la Cámara de Diputados brasileña y, una vez iniciada, se requiere de mayoría simple para votar la apertura del trámite para analizar si es admisible el enjuiciamiento a la Jefa de Estado.
El origen de la demanda
El Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU), órgano contralor del Estado brasileño, reprobó la semana pasada las Cuentas Públicas de Rousseff referentes a 2014, cuando fue reelegida, y pidió que el Congreso haga lo mismo, lo cual puede dar pie al proceso de destitución.
Según ese Tribunal, el Gobierno omitió en sus balances deudas por 106 mil millones de reales (más de 27 mil millones de dólares), con lo cual justificó políticas expansivas insostenibles a pesar de que los números imponían contener el gasto, que en contra de lo recomendado se expandió en medio de la campaña de Rousseff a la reelección.
De acuerdo con el tribunal, el Gobierno incurrió en un “delito de responsabilidad fiscal”, que la Constitución contempla como uno de los motivos suficientes para abrir un juicio político con miras de destitución de un jefe de Estado.
Dilma forja una defensa ‘robusta’
La presidenta brasileña suspendió su descanso de este fin de semana programado para prolongarse hasta el lunes (día feriado en Brasil) para sostener una reunión de emergencia con varios de sus ministros, tras la cual formaron un equipo de legisladores y abogados avocados a enfrentar lo que consideran el “riesgo” de que el Congreso vote la apertura de un proceso de impeachment.
De acuerdo con el diario Estado do San Pablo, Rousseff montó una “estrategia de defensa más robusta” para contrarrestar un posible voto de la oposición en el Congreso que decrete la “admisibilidad” del juicio político.
En tanto, el O’Globo citando a un funcionario cercano a la mandataria, señala que ven muy probable que Cunha dé luz verde al impeachment y, de hacerlo, “será su último acto antes de ir a la horca”, debido a las acusaciones que existen en su contra.
Cunha entre los señalados de corrupción
El presidente de la Cámara de Diputados también forma parte la creciente lista de personajes políticos brasileños acusados de corrupción por el caso Petrobras. Además, enfrenta varias acusaciones y exigencias de su renuncia por parte de los principales partidos opositores, después que saliera a la luz la existencia de cuatro cuentas suyas no declaradas en Suiza, presuntamente nutridas con dinero desviado del fraude en la paraestatal.
El PSDB aclaró que no exige la pérdida de los fueros de Cunha, sino su salida de la presidencia de la Cámara Baja, hasta que se esclarezcan las denuncias en su contra.