¿Obsesionado con el refresco? ¿Preocupado por tu repentino aumento de peso? ¡No digas más! Aquí los tres secretos para dejar de una vez por todas ese mal habito de beber endulzante artificial…
Si a lo largo del día te encuentras bebiendo litros y litros de refresco debes estar familiarizado con el efecto de abdomen inflado, en el que la grasa se acumula alrededor de tu cintura. Los estudios demuestran que sin importar que este sea de dieta o regular, el refresco provoca aumento de peso debido a los endulzantes artificiales que contiene y que logran elevar tu ingesta de azúcar al máximo. Pero si eres adicto al refresco puede ser difícil dejar de beberlo. Descubre como reducir tu consumo y controlar tu habito sin volverte loco con este plan creado por el Doctor Mike Dow:
Reduce el Consumo
La forma más simple de reducir los efectos que el refresco tienen en tu cuerpo es disminuir tu consumo. Gradualmente reducir tu consumo te llevara a superar el efecto de abstinencia y te permitirá mantenerte en tu plan. Si normalmente bebes cinco latas, vasos o botellas de refresco al día, limita tu consumo a cuatro y progresivamente redúcelo hasta no tomar nada de refresco en todo el día. Para llenar el vació que toda esa azúcar te dejara intenta alternar con agua mineral con limón.
Elimina la Grasa del Abdomen
Para combatir la grasa que el refresco forma en tu abdomen debes consumir más comidas con fibra. Especialmente fibra soluble que ayuda al cuerpo a absorber más nutrientes. Las comidas vegetales contienen fibra y los mejores alimentos para conseguirla son: espárragos, coles de bruselas, camote, chabacanos, mangos, naranjas y nabos.
Alimentos que Satisfacen
Añade a tu dieta basada en vegetales alimentos que satisfacen, capaces de mantenerte saciado tres veces más tiempo que el promedio. Estas comidas también son ricas en fibra e incluye productos como la papa. Un estudio realizado en Australia demostró que los participantes que las consumían se mantuvieron satisfechos hasta dos horas después de haber comido. Solo asegúrate de que tus papas no sean fritas o bañadas en grasa.
