Senado de Brasil destituye a Dilma Rousseff

Destitución de Dilma Rousseff consuma euforia de miles de brasileños tras casos de corrupción en Brasil.

Brasilia, Brasil.- El miércoles 31 de agosto, el senado brasileño destituyó a Dilma Rousseff, por lo que debe abandonar su cargo por el resto de su mandato.

Dicho proceso ha sido la piedra angular de una lucha por el poder que durante meses ha consumido a los brasileños y a sus instituciones y que también terminó por provocar la caída de uno de los partidos políticos más poderosos del Brasil.

El senado, de 81 miembros, votó contra Rousseff, quien es acusada de manipular el presupuesto federal en un intento de ocultar los crecientes problemas económicos de la nación. La votación final quedó 61 votos a favor y 20 en contra, sin abstenciones, señaló el medio O Globo.

Sin embargo, la remoción definitiva de Rousseff, quien fue suspendida en mayo para enfrentar el juicio político, fue mucho más que una condena. Fue un veredicto sobre su liderazgo y su manejo de la crisis de Brasil.

El juicio político pone fin a los 13 años de gobierno socialista del Partido de los Trabajadores (PT), una era en la que el auge de la economía de Brasil elevó a millones de personas a la clase media y cambió el perfil del país en el escenario global

Pero los escándalos de corrupción, la peor crisis económica en décadas y las escasas respuestas gubernamentales a los problemas nacionales provocaron un frustración y desprecio contra Rousseff, quien tuvo poco apoyo para defenderse de sus rivales políticos.

Artículo relacionado: “No cometí ningún crimen”, asegura Rousseff ante el Senado.

Se espera que Michel Temer, de 75 años, quien es el actual presidente en funciones y que también se desempeñó como vicepresidente de Rousseff antes de separarse del gobierno este año, se mantenga en el cargo hasta 2018, cuando se acaba el periodo actual.

Pero el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), la agrupación política presidida por Temer que durante más de una década formó parte de la coalición gobernante del PT.

El gobierno viró a la derecha y nombró un gabinete sin mujeres ni afrobrasileños, lo que muchos vieron como un ultraje en un país donde casi el 51 por ciento de las personas se definen como de raza negro o mestiza, según el censo de 2010.

Varios de los hombres nombrados por Temer ya han renunciado a sus cargos por algunos escándalos. Esto incluye a su ministro Anticorrupción y al de Planificación, quienes tuvieron que separarse de sus cargos por acusaciones de que estaban tratando de obstaculizar las investigaciones sobre corrupción en Petrobras, anunció el medio brasileño.

El proceso de destitución ha dividido a la nación, agitando las pasiones en ambos bandos. De los cuatro presidentes brasileños electos desde que la democracia fue restablecida en la década de los ochenta, Rousseff es la segunda que ha sido forzada a separarse del cargo tras un juicio político.

En 1992, Fernando Collor de Mello renunció antes de que el senado lo condenara por cargos de corrupción.

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