La tortuga Diego, con más de 100 años de edad y cerca de 800 hijos, ayudó a sacar a su especie, la Chelonoidis hoodensis, del peligro de extinción.
Islas Galápagos, Ecuador.- A mediados de la década de los setenta, en la isla la Española ubicada en el océano Pacífico, únicamente quedaban dos machos y doce hembras de las tortugas Chelonoidis hoodensis, una variedad que vivía de manera natural solo en La Española, reportó la BBC.
Durante esos años en el zoológico de San Diego, Estados Unidos, vivía una tortuga de esa misma especie, llamada Diego. “No sabemos exactamente cómo o cuando llegó a esa nación. Debe haber sido recogido de La Española entre 1900 y 1959 por alguna expedición científica”, comentó Washington Tapia, especialista en conservación de tortugas del Parque Nacional Galápagos
Diego fue llevado de vuelta a las Galápagos en 1976 e incluido en el programa de reproducción de especies.
El macho fue ubicado en la isla Santa Cruz, donde se unió al grupo de tortugas procedentes de La Española, dentro del programa para crianza en cautiverio.
Como resultado del proyecto, nacieron 2.000 tortugas, agregó Tapia.
Los científicos no sabían cuánto había contribuido cada tortuga con la repoblación hasta que hace seis años un análisis genético mostró que Diego era el padre del 40 por ciento de las crías.
“Es un macho sexualmente muy activo y ha contribuido en gran medida a repoblar la isla”, señaló el especialista.
Diego pesa 80 kilos, mide 90 centímetros de longitud y 1,5 metros de altura, si estira las piernas y el cuello. Vive con seis hembras, quien lo han ayudado a evitar que la especie se extinga.
“No diría que la especie está en perfectas condiciones, ya que los registros históricos muestran que probablemente había más de 5.000 tortugas en la isla, pero su población aumentó y eso es más importante”, concluyó Washington Tapia.