A pesar de ser un año complicado las Afores concluyeron el 2013 con una plusvalía de 48 mil millones de pesos y pese a que este año persiste incertidumbre sobre el aumento en las tasas de interés y la desaceleración económica en países emergentes, “confiamos en que sea un buen año y esperamos que haya una mejoría”.
Aunque 2013 fue el año de las minusvalías más pronunciadas en la historia de las Afores y hay dos focos rojos en el entorno económico internacional que podrían afectar el rendimiento del sistema de pensiones, el presidente de la Comisión Nacional de Ahorro para el Retiro (Consar), Carlos Ramírez, consideró que en 2014 México “saldrá bien librado”.
El funcionario dijo que a pesar de ser un año complicado las Administradoras de Ahorro para el Retiro (Afores) concluyeron el 2013 con una plusvalía de 48 mil millones de pesos y pese a que este año persiste incertidumbre sobre el aumento en las tasas de interés y la desaceleración económica en países emergentes, “confiamos en que sea un buen año y esperamos que haya una mejoría”.
Sin embargo, en el mediano y largo plazo persisten temas estructurales que enfrenta el Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) que inciden en la construcción del patrimonio de los trabajadores para cuando tengan que pensionarse.
Los problemas básicos radican en que de las más de 50 millones de personas catalogadas como Población Económicamente Activa (PEA), sólo 34 millones están inscritos en el SAR, pero su ahorro no es constante y tampoco es suficiente. Para el resto de los mexicanos en edad activa que no trabajan o lo hacen en la informalidad no hay garantía sobre una pensión que les permita mantenerse cuando ya no puedan trabajar.
Entrevistado por El Semanario Sin Límtes, el titular de la Consar admitió que al SAR se le acusa de tener una baja cobertura, un reducido nivel de recaudación y saldos insuficientes para el momento del retiro de los trabajadores, pero aseguró que eso no es culpa del sistema, sino del mercado laboral mexicano.
“Tenemos un sistema de pensiones que durante 16 años y medio ha vivido en medio de un mercado laboral que ha funcionado muy mal”. No sólo están entrando menos ahorradores de los que quisiéramos (al SAR) sino que hay una gran intermitencia laboral.
Hay trabajadores que entran y salen con frecuencia del SAR (por cambios de empleos) lo cual tiene un efecto devastador para la pensiones porque cada vez que entran y salen hay interrupciones en sus ahorros y el saldo al retiro es chico, explicó el titular del organismo encargado de regular y supervisar el SAR.
El ejecutivo aceptó que la aportación a las cuentas de ahorro es el segundo “talón de Aquiles” del sistema. La aportación total a la cuenta de Afore de cada trabajador equivale al 6.5 % de su Salario Base de Cotización ante el IMSS. De ese 6.5%, el patrón aporta 5.15%, el empleado aporta 1.125% y el Gobierno Federal contribuye con el aporta 0.225%.
Para los trabajadores del ISSSTE la aportación a su cuenta de ahorro es de 11.5%, por lo que el resto del sistema debería transitar hacia esa tasa, previa autorización de los trabajadores y mediante un sistema de aumento paulatino en el porcentaje, a fin de aumentar el saldo al final de la vida laboral, opinó.
En contraste, hay sistemas de pensiones como el de Petróleos Mexicanos (Pemex) que no han sido reformados y que cada día genera un boquete económico al Estado mexicano porque sus trabajadores no hacen aportaciones a sus cuentas de ahorro para el retiro pero sí reciben pensiones con una tasa de reemplazo de 100 por ciento. “Y eso lo vamos a pagar todos los mexicanos”, lamentó.
Ramírez Fuentes defendió el SAR. “El sistema tendrá tasas de reemplazo insuficientes, pero en correspondencia con la aportación. No están subsidiadas por el reto de la sociedad”. Eso significa cuando se jubilan, los trabajadores reciben el saldo del ahorro acumulado durante su vida laboral en función de lo que aportó en conjunto con el patrón y el Estado.
Sobre los mandatos (estafetas de inversión que una Afore otorga a una empresa distinta para que invierta en el extranjero), el entrevistado manifestó que utilizar ese esquema de inversión será una tendencia natural de las administradoras para aumentar el rendimiento de las cuentas de los trabajadores.
Por ley, las Afores están sujetas a un límite de inversión de 20% en valores extranjeros. Sobre ese tema, el funcionario insistió en que se debe aumentar esa tasa porque no contribuye con la diversificación del riesgo y se obliga a las administradoras de fondos de ahorro a invertir en México o en proyectos que no siempre son los más rentables o en segundas mejores opciones, lo que va en detrimento del ahorro del trabajador.
Del impacto de la reforma fiscal en el empleo formal, el entrevistado manifestó que “concluir que habrá menos empleo formal por la reforma fiscal es aventurado”. Lo que buscó la reforma fiscal, agregó, fue elevar la recaudación del Estado. Si acaso, tendrá un impacto en el corto plazo. De ahí la necesidad de avanzar en la solución de los retos que enfrenta el SAR.
Por: Esther Arzate