“Yo no me creo la divina Garza, soy la divina garza” María Félix
Han pasado ya cien años del nacimiento de María Félix, la Doña, la mujer con corazón de hombre. Sería una de las mejores y más renombradas actrices de la época del cine de oro mexicano; con innumerables películas, cultivó en sí misma la identidad de mujer cambiante, dispuesta a todo, rompiendo el esquema de la mujer subyugada y frágil. La gran leyenda de las Divas en México falleció a los 88 años de edad, curiosamente fue en el mismo día de su nacimiento.
Amada y odiada, gustaba de su propia personalidad y la imagen que se forjó en el cine; se divertía al subvertir la objetividad de los periodistas y del público. Dotada de una enigmática belleza, en su amplia filmografía (que incluye melodramas campesinos y revolucionarios, dramas urbanos y adaptaciones de novelas realistas y naturalistas) encarnó a una criatura altiva y desdeñosa que se rebeló ante el sometimiento del macho arrogante. Representó el arquetipo de la mujer fatal.
Aquí te dejamos las fechas clave en la vida de María Félix “La Doña” #InfografíaNotimex pic.twitter.com/lbHV0xCH3J
— Notimex (@Notimex) April 9, 2014
Nació en Sonora el 8 de abril de 1914. Desde muy corta edad, mostró una fuerte personalidad. Una ocasión fue expulsada de la escuela y tuvo que quedarse a estudiar en casa, mostrando su naturaleza rebelde e inteligente, a pesar de su problema: era tartamuda, razón por la cual se abstenía de participar en las conversaciones.
Meses después conocería a quién en poco tiempo sería su marido, Enrique Álvarez, agente de ventas de los cosméticos Max Factor, hijo de una familia acomodada. María se embarazó y esperó con gran ilusión su único hijo: Enrique Álvarez Félix quien naciera el 6 de abril de 1936, dos días antes de su cumpleaños.
Partió a la Ciudad de México a los 26 años. En 1940 conoció al productor Fernando Palacios, quien deslumbrado por su belleza le propondría trabajar en el cine. Gabriel Figueroa, famoso fotógrafo de la época, le hizo una prueba que le ayudó a conseguir su primer protagónico al lado de Jorge Negrete, en ese entonces figura reconocida en el medio artístico. Su primera intervención en la industria fue en “El peñón de las ánimas” de Miguel Zacarías, quien le proporcionó un entrenamiento previo. Durante meses se dedicó a enseñarle todo lo necesario para que ella adquiriera los modales requeridos para el cine; lo más difícil fue corregir su tartamudez y Zacarías lo consiguió.
Jorge Negrete se negaba a compartir el estelar con una debutante como ella y estaba abiertamente en su contra. En aquel tiempo vivía un tórrido romance con la actriz Gloria Marín, su coestrella en una película anterior. Juntos habían alcanzado mucho éxito y él quería volver a actuar con ella, sin embargo, María le fue impuesta. La filmación se desarrolló en un ambiente de mucha tensión y nadie podía imaginar que diez años después, el odio se convertiría en amor y se consumaría en matrimonio.
El actor Tito Novaro le presentó a Agustín Lara, el músico más popular de México. Novaro lo hizo porque era amigo de Agustín y porque sabía lo mucho que María lo admiraba. Agustín la acompaño al estreno de “Doña Bárbara” y elogió mucho su actuación. Luego la invitó a cenar y comenzaron sus amores. Poco tiempo después se casaron. Pasaron su luna de miel en las playas de Acapulco y fue cuando el genial músico, inspirado como nunca, compuso “María Bonita”. Después de varios problemas entre la pareja terminó la relación.
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Así entonces como María Félix inició con sus papales de mujer fuerte e indomable; continúo su carrera en este tipo de películas y junto con el gran productor y director del cine mexicano comenzó a protagonizar más filmes como fueron La Mujer sin alma (1943) y la Devoradora (1946); estas cintas le darían fama de enemiga de la moral familiar.
Fuerte y débil
Paso cierto tiempo y los filmes de María cobraban fama internacional otorgándole a ella sus primeros Premios Ariel; luego entonces María comenzó a cambiar de roles en sus siguientes cintas tal fue el caso de la película Río Escondido donde ella represento a una indígena humilde, un reto para la diva. Pero en filmes como Vértigo fue donde ella requirió un gran esfuerzo en su papel más enfocado a la parte dramática.
La gran mujer demostró profundamente poder interpretar roles más tranquilos y con un cierto giro en su personalidad, pudiendo adaptarse más a unos que otros pero siempre mostrando que podía con el papel, fuera cual fuere.
María internacionalizada
Su carrera fue creciendo, ya era conocida en algunos países, principalmente en Europa. En España grabó tres importantes películas Mare Nostrum en 1948, Una mujer cualquiera en 1950 y La noche del sábado en 1950, pero la película que realmente la consagraría en Europa fue el filme Mesalina basada en la vida de la emperatriz del mismo nombre.
Después de cuatro años de ausencia, a su llegada México, lo que más le sorprendió fue el recibimiento con un ramo de rosas en la mano de Jorge Negrete, quien diez años antes había sido su acérrimo enemigo. En 1952 ambas estrellas se relacionan sentimentalmente y finalmente se casan el 18 de octubre del mismo año. Se dijo que aquélla, había sido la boda del siglo.
Algunos podrían considerar que los filmes en Europa en los que participó María Félix no representaban la identidad que la había caracterizado en México.
Reunión de leyendas.
La película de La cucaracha marco un estándar diferente para María Félix, ya que en esa ocasión representó a una gran generala que comandaba a un ejercito de mujeres armadas, este filme de Ismael Rodríguez, María participo con las demás estrellas de cine de oro Dolores del Río, Emilio Fernández, Antonio Aguilar, Flor Silvestre y la actuación especial de Pedro Armendáriz. Este filme fue también en de los que algunos críticos habían mencionado que existía una fuerte rivalidad entre las dos bellezas: María y Dolores, pero esto lo desmintió la propia Doña quien dijo llevar una buena relación con la actriz.
Últimos momentos públicos
Su cuarto matrimonio (1956-1974), fué con el banquero francés de origen rumano Alexander Berger. María conoció a Berger en los años 1940’s, pero en ese momento ambos estaban casados. Años después se reencontraron. María permaneció casada 18 años con Berger. Con él, intentó de nuevo convertirse en madre, pero un accidente durante la filmación de Flor de mayo (1957), provocó que María perdiera el hijo que esperaba. Berger falleció en 1974 como consecuencia de un cáncer pulmonar, tan solo meses después de la muerte de la madre de María.
A partir de entonces, María se retira de la vida pública de manera parcial para dedicarse a una de sus grandes pasiones: los caballos. Algunos de sus ejemplares llegaron a ganar importantes premios hípicos internacionales.
María inmortalizada
María Félix fue una de las mujeres que en varias ocasiones estuvo junto a distintos pintores que decidieron pasmarla en sus obras; José Clemente Orozco la pinto a los 16 años. Diego Rivera la invito a posar en varias de sus obras y junto con el y su esposa Frida Kahlo tuvo una buena amistad aunque Diego siempre estuvo enamorada de ella, tanto así que llegó a pedirle matrimonio.
Escritores y dramaturgos entre los que destacan Octavio Paz, Salvador Novo, Xavier Villarrutia y Carlos Fuentes, la mencionaron en sus obras.
José Alfredo Jiménez y Juan Gabriel también la usaron como musa inspiradora para su, música.
Vida política
Tuvo una vida activa en la política, teniendo relación directa con personas como Plutarco Elías Calles, Miguel Alemán Valdés, López Mateos entre otros más. Destacó por las opiniones sagaces qe les compartió
Claramente plasmado en su libro autobiográfico “Todas mis guerras” existe un apartado de nombre “El espectáculo del poder”, ella menciona como fue su vida dentro de la política, la que describe como “igual al cine” con actores buenos y malos.
Centenario de la Diva
La gran actriz murió el 8 de abril de 2002, día de su cumpleaños número 88, de un paro cardiaco mientras dormía. La noticia conmocionó al mundo. Su pueblo le lloró y le acompañó en su último adiós. Los mexicanos se despedían de la última diva que tuvo el Cine de Oro mexicano.
En sitios como la Cineteca Nacional, el Palacio de Bellas Artes, e incluso en las instalaciones del Metro en la capital mexicana, se desarrollan homenajes en los que se recuerda a La Doña.
Sus películas filmadas tanto en México como Europa y Sudamérica han dejado una gran huella. Se han remasterizado y distribuido por muchos países siendo dobladas en varios idiomas. Cabe mencionar que no participó en Hollywood por decisión propia.