Para el martes 22, las vacaciones de Semana Santa habían caducado y dieron paso a un nuevo y fresco periodo de descontento, protestas e innumerables consignas contra EPN; quien ha logrado “echarse encima” a toda una población en riesgo de ser silenciada.
Igual que Pedro Picapiedra al inicio de la serie, muchos mexicanos se encontraban a punto de finalizar sus labores, solo que a diferencia de estar montados en un Brontosaurio metido en una cantera, los ahora muy orgullosos autodenominados “Godínez” se encontraban levantando sus cosas, agarrando el paraguas, bajando el elevador o atendiendo los últimos asuntos del día; ya que así es como se vive un día normal a minutos de que den las seis dentro de las oficinas del Paseo de la Reforma.
Afuera, se puede ver como los carros se van aglutinando en los carriles para inaugurar “la hora pico” del tráfico, mientras los uniformes adornados con vivos color amarillo canario de los oficiales de tránsito, resaltan bajo los semáforos donde se encuentran preparados para intentar controlar el caos vial que se avecina.
Al mismo tiempo, en las calles se pueden ver hombres y mujeres de negocios que caminan velozmente con el celular adherido a sus orejas, algunas parejitas y muchos transeúntes. Sin embargo, este martes no solo se veía a los capitalinos en un martes cualquiera; ya que la rutina fue modificada por cartulinas fluorecentes que adornaban el Ángel de la Independencia, levantadas por miles de convocados en redes sociales bajo la consigna #EPNvsInternet, que es la protesta contra el intento reciente del presidente Peña Nieto de controlar, y hasta censurar información considerada como “peligrosa para la nación”. (entiéndase manifestaciones, noticias en medios independientes e información difundida por comunidades no pertenecientes al gobierno).
Entre las altas temperaturas, el calor humano, gritos y chiflidos, comienza a unirse cada vez más gente. A lo lejos, se ve como un grupo de personas se juntan para facilitar el cruce de una mujer en silla de ruedas que busca unirse al grupo, en el que también se encuentran sentadas una mujer caucásica acompañada de una niña con rasgos afroamericanos de unos siete años de edad.
“Peña, censura a la gaviota!” “¡Viva los medios alternativos!” “¡México sin PRI, México sin PRI!” Con esta y otras consignas, siendo casi las seis treinta de la tarde fue como el contingente comenzó su andar por Reforma, que con cada paso expresaba más fuerte su descontento ante lo que se entiende como “un crimen a la libertad de expresión”.
Fotógrafos, camarógrafos y algunos curiosos, se plantaban a los lados de la avenida inundada por los manifestantes que se detuvieron a las afueras del Senado de la República en Reforma.
Aquí ¡todo se vino abajo! Y eso no incluye las rejas que algunos señalados como “infiltrados del gobierno” intentaron tirar. Lo que sí, es que el cielo se cayó sobre las cabezas de los manifestantes empapándolos a las afueras del recinto mencionado.
Como de película, ante una fotografía gris, la situación comienza a entristecerse cuando quienes estaban unidos por ideales similares, comenzaron a dividirse en “pacifistas” y “violentos”.
Los primeros señalaban el intento de tirar las rejas como un acto de violencia y que “¡eso es lo que provoca que nos peguen los granaderos (ausentes), compañeros!”.
Ya en la obscuridad, las consignas contra el poder son sustituidas por un debate entre los ahora divididos manifestantes, en el que a través de un micrófono sacado de la nada, expresaban sus opiniones, posturas e ideas políticas.
Algunos permanecieron en la Cámara de Senadores, mientras que otros, marcharon hacia Televisa Chapultepec.
Ante su avance, elementos de la Secretaría de Seguridad Pública cerraron los carriles centrales del Paseo de la Reforma a la altura de Insurgentes. Pero después los dejaron pasar.
A su arribo frente a las instalaciones de la televisora, se desataron agresiones por parte de granaderos quienes, además, detuvieron a unos siete manifestantes.
Aproximadamente a las diez de la noche la dirección de Derechos Humanos de la SSPDF informó que los detenidos ya habían sido liberados.
Fue así como el pasado 22 de abril, un movimiento gestado contra la censura, convocado por el medio al que se quiere “callar”, inició como protesta pacífica a favor de la libertad de expresión y evolucionó en discrepancias entre los manifestantes para finalizar en violencia, por lo menos para ese día, ya que el descontento sigue y la lucha por mantener la libertad de expresión continúa.
Fotos y texto por: Luis A. Hernández