La versión final de la primera Carta Magna de Internet protege la neutralidad y la privacidad en la red, poniendo un límite a los datos que las compañías reúnen de sus usuarios.
El congreso brasileño aprobó el Marco Civil, un parteaguas para la protección de los derechos humanos de los usuarios de Internet en Brasil, ya que es el primer país que en 25 años de la invención de Sir Timothy Bernes – Lee, redacta una “Carta Magna” que garantiza la igualdad de acceso a Internet a raíz de las revelaciones de espionaje de Estados Unidos.
Quizás la intención original de Edward Snowden al filtrar los miles de cables de la Agencia de Seguridad Nacional norteamericana no era la de crear una carta de derechos de los usuarios de Internet en territorio carioca, sin embargo, la revelación de que los estadounidenses invadían la privacidad del país sudamericano propiciaron que se aprobara una ley que los brasileños llevaban trabajando y afinando por años.
El Marco Civil fue redactado en colaboración en línea y abierto para casi cualquier persona bajo la premisa de que si el Internet en Brasil debía ser regulado, tendría que ser por este mismo medio por el cual debía ser redactado; este proceso fue consultado por casi 18 meses en el cual asociaciones y público en general crearon un foro híbrido y transparente en el cual se podían ver las propuestas de todos y cada uno de los participantes.
La versión final de la primera Carta Magna de Internet protege la neutralidad y la privacidad en la red, poniendo un límite a los datos que las compañías reúnen de sus usuarios, esto significa que cuando se manda un Email de Sao Paulo a Brasilia, sólo se podrá leer entre el remitente y el destinatario, por lo que prohíbe las actividades que por lo regular efectúa la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense.
Una carta emitida por Snowden y dirigida al pueblo de Brasil explicó con mayor detalle cómo opera la NSA en aquél país y cómo rastrea a sus habitantes:
“El día de hoy, si tú cargas con un teléfono en Sao Paolo, la NSA rastrea tu ubicación, lo hacen cinco mil millones de veces al día a toda la gente alrededor del mundo… cuando alguien en Florianópolis visita un sitio Web la NSA mantiene un récord de cuándo y qué fue lo que hizo allí.
Otro de los principios más importantes del Marco Civil es que fomenta un enfoque de múltiples partes interesadas en la legislación del Internet en Brasil y el extranjero, ya que de acuerdo a muchos usuarios a nivel global, esta constitución representa una victoria para la democracia.
La legislación ha recibido una gran cantidad de elogios ya que es la primera en su tipo que resguarda los derechos humanos de los usuarios de Internet
Y es que en comparación a los hechos ocurridos en Rusia y Turquía en donde se aprobaron leyes en donde se amplía el poder de los gobiernos para interferir en la red, la ley brasileña es un ejemplo para otros países que buscan tomar en serio la importancia del Internet como una herramienta de desarrollo político, económico y sobre todo, social.
Muchos tecnócratas alrededor del mundo han indicado que esta reforma es un carnaval para la Internet brasileña, tal es el caso del inventor de la triple W, Sir Timothy Berners – Lee, quien dijo que podría conducir a una misma dirección a nivel global.
“Espero que al pasar esta ley, Brasil cimentará su reputación como líder en democracia y progreso social y ayudará a marcar el comienzo de una nueva era donde los derechos de los ciudadanos de cada país alrededor del mundo estarán protegidos por cartas de derechos digitales”.
El Marco Civil también incluye un requisito en el cual se establece que los proveedores de Internet que ofrecen servicios de conectividad y otros servicios Web pueden conservar los datos de los usuarios durante un año y medio, periodo mucho menor que los cinco años que se habían propuesto anteriormente. También creará un estándar que mejorará las prácticas actuales del manejo y retención de datos en Brasil, aunque no esté bien definida por la ley y gracias a ello cause un poco de incertidumbre.
Desde sus inicios como una propuesta de ley hasta la promulgación y aprobación de la misma, pasaron más de 7 años, en los cuales se ha llevado por un largo camino de intensos debates con numerosas personas que han participado en el proceso. El apoyo de la sociedad civil y la participación activa por parte de la opinión pública brasileña fue crucial, así como la participación del propulsor del proyecto, el congresista Alessandro Molon, quien entendió el proyecto desde sus inicios y recolectó lo necesario para llevarlo hasta su aprobación. La conducta del congresista marcará la pauta para aquellos políticos que busquen la aprobación de temas similares en sus países.
