Difundir el problema del agua, también es tarea de los ciudadanos

Como ciudadanía, debemos informarnos. La población se debe sensibilizar, además de fomentar la participación para evitar la privatización desde el discurso de la escasez.

Ciudad de México (elsemanario.com).- Con el objetivo de informar y concientizar en torno al tema de la Ley general de aguas, el día 20 de marzo se llevó a cabo un foro en el instituto de geografía de la UNAM donde Rafael Huízar Alvarez, quien ya había compartido sus opiniones sobre el tema con elsemanario.com, argumentó que la también llamada Ley Korenfeld trae un beneficio económico que no es para el ciudadano, además de que la iniciativa tiene como fin estatizar de manera concreta el agua, violando así el derecho humano al líquido vital.

En esta ocasión, el académico precisó que “sólo a través de programas de política social las entidades federativas y los municipios podrán asignar subsidios”. En ese sentido, para todos los que estén en contra de lo citado y para hacer cumplir esas determinaciones  -según el artículo 258 de la mentada iniciativa- las autoridades federales y del DF podrán solicitar el auxilio de la fuerza pública.

De la misma manera, se llevó a la mesa el tema de las multas para todo aquel que decida investigar sin solicitar el permiso a Conagua, mismas que van de los 200 a cincuenta mil salarios mínimos y deben pagarse en los quince días siguientes. De no ser así, esas sanciones se irán actualizando mensualmente hasta que el pago se efectué.

Por su parte el Doctor en Filosofía (en Hidrogeología), José Joel Carrillo Rivera, mencionó que la propuesta de ley que ahora es analizada, tardó 14 horas para discutirse y llegar a una conclusión, sin tomar en cuenta a los especialistas en el tema.

El investigador argumenta que la ley –en teoría- se está discutiendo con los demás grupos parlamentarios, mas no con el pleno. Aunque aclara que, de acuerdo a las reglas de la Cámara, se puede hacer de esa manera sin que necesariamente los obligue a tomar en cuenta las decisiones de la gente. Devela también que, cuando hay alguna inconformidad, la Cámara puede “invitar” a la discusión -mediante alguno de los diputados que así lo proponga- a los expertos, aunque no necesariamente se tomarán en cuenta sus puntos de vista.

El agua no debe ser tomada como recurso, sino como un bien, explica Carrillo, ya que al tomarla de la primera manera se acepta que “es mercancía”. Ayuda al discurso privatizador. Además, dentro de ese mismo discurso, tampoco hay que dejarse llevar por la idea de la escasez.

Parecería muy quisquilloso y celoso por parte de la comunidad académica el hecho de principalmente pronunciarse constantemente en contra de la prohibición del estudio de la situación real del agua, es decir, de la criminalización a la investigación. En realidad ese punto en general no sólo afecta al científico que tendrá que pedir permiso a Conagua para hacer estudios, nos afecta a todos.

En este marco, Joel Carrillo dijo que, bajo su visión, se hará más grande la problemática de la ciudad en lo que tiene que ver con estos temas. La calidad del agua que consume el ciudadano podría tener elementos nocivos ya que no se podrá monitorear en la forma correcta. En muchas delegaciones el agua sigue sin llegar a los pobladores, “el pago de derecho de la gente (…) no va a quedar reflejado en un mejor servicio”, ya que no lo tienen. Lo que propone la ley es que los municipios y los organismos locales sean los responsables  de hacer los cambios y las adecuaciones del servicio de agua. Un manejo discrecional del líquido y que un cierto grupo se dedique  a manejar el agua para su compraventa, es otro de los problemas a tratar.

Zonas con acuíferos sobrexplotados.

El mensaje detrás es que no hay agua, entonces si no hay agua, ¿por qué en estas zonas es donde  ha estado la inversión extranjera?, cuestiona Carrillo. Cuando en los setentas hubo problemas de escasez de agua “y metieron el Cutzamala”, supuestamente para beneficiar a la ciudad de México, sólo se incrementó la oferta del líquido. Para los ochentas, comenzó a llegar más industria y más gente y el problema se hizo mayor.

El dilema en la ciudad de México es que se trae agua de fuera innecesariamente, pero también hay que sacarla. El problema, entonces, es la carencia de gestión apoyada por la construcción de obras hidráulicas, acota. Tal cosa sucedió porque construyeron el Cutzamala, el drenaje profundo y presas con la idea de tener más agua en ciertos lugares.

Pugnar por un cambio.

Joel Carrillo vislumbra que, para ayudar a que situaciones como la actual no se den en un futuro, el ciudadano debe conocer a sus políticos o candidatos, saber qué han hecho, qué votaron y qué no. Pugnar por un cambio, ya que el sistema se ha corrompido. Se deben analizar esos puntos, considerando que vienen las elecciones.

Como ciudadanía debemos informarnos, “nos están vendiendo muchas cosas que no son reales”. Se debe sensibilizar a la población y fomentar la participación para evitar la privatización desde el discurso de la escasez. El académico enfatiza que “por un lado te crean la impresión de que el agua no es de buena calidad, que no la puedes tomar” y por el otro te dan la solución, es parte del negocio.

Por Alberto Cedeño.

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