En un contexto donde el presidente electo ha señalado que el crecimiento del país es insuficiente, para algunos analistas el promover la inversión productiva será el gran reto económico de AMLO y con esto lograr mayores beneficios para todos.
Ciudad de México.- Las perspectivas económicas para México siguen siendo débiles y con tendencia a la baja, algo que ha sido el resultado de la incertidumbre generada por el cambio de gobierno pero en gran medida, por factores internos que han frenado la productividad.
De acuerdo a un análisis elaborado por Moody’s Analytics, “la inversión productiva se ha reducido durante la presente administración, al pasar de 23.3 por ciento del PIB en 2012 a 21.2 por ciento en el segundo trimestre del 2018”.
Este ha sido un factor determinante para que la economía siga estancada y con reducción de su crecimiento en el mediano plazo, algo que afecta a todos los sectores de la sociedad y no permite mayores oportunidades de desarrollo para los sectores más vulnerables.
“Esta desinversión, de poco más de dos puntos porcentuales del PIB, explica en gran medida la reducción en el crecimiento potencial de 2.6 en 2012 a 2.3 por ciento a mediados de 2018”, aseguró Alfredo Coutiño, director para América Latina de Moody’s Analytics.
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Las recomendaciones para AMLO
En este contexto de limitantes, “la falta de inversión y la anémica productividad laboral están limitando el crecimiento de la economía del país”, señaló el directivo en declaraciones que retoma El Financiero.
Por lo que una de las primeras medidas que tendría que promover Andrés Manuel López Obrador, es aumentar la inversión y la productividad, ya que según cifras de Moody’s Analytics “la productividad laboral se contrajo a una tasa anual de 0.5”, en 2017.
Si se logra aumentar y mantener la inversión productiva, entonces se establecerían las bases para un crecimiento real de hasta 2.5 por ciento para el próximo año, pero además se fortalecería todo el entorno y aumentaría también la certidumbre con respecto al nuevo gobierno.
Ya que “si la inversión no crece a una velocidad mayor a la que crece el PIB, entonces la acumulación de capital se estanca o decrece”, explica Coutiño y las consecuencias son graves, ya que “se debilita la fuente fundamental del crecimiento permanente y de fortalecimiento de la productividad”.
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Un riesgo latente
Pero si no se logra aumentar la inversión productiva, entonces el nuevo gobierno se verá obligado a aumentar el gasto público para apuntalar el desempeño económico, sin embargo, estas medidas podrían representar un riesgo para la estabilidad financiera.
“Esto puede deteriorar las cuentas fiscales y ampliar el desequilibrio fiscal”, aseguró el director de Moody’s Analytics.
De esta manera, López Obrador y su equipo económico tienen un reto por delante de hacer crecer la economía al menos 4 por ciento anual, tal como lo prometieron, pero el secreto está en lograrlo sin desajustar el balance financiero del país.