Pareciera que nuestro próximo gobierno, que está a punto de tomar posesión, trata de gobernar desde el caos. No queda ninguna duda de que el Poder Ejecutivo Federal y gran parte del Poder Legislativo, no sólo Federal sino también en muchos Estados de la República, ganaron las últimas elecciones con un amplísimo margen que no deja lugar a ambigüedades. Las elecciones se desarrollaron prácticamente sin mácula y, salvo algunas excepciones, como la de la elección a gobernador en Puebla, no tuvieron discusión. Sin embargo, considero que el nuevo gobierno no está dispuesto a plantear y desarrollar su programa de trabajo y planes de gobierno, aprovechando la transición pacífica y tranquila que podría realizarse, con la ventaja de una paz social que evidentemente existe -o existía-. Varios ejemplos pueden presentarse para sospechar que esta paz se ha ido socavando.
Las decisiones y gestiones para realizar un nuevo aeropuerto en la Ciudad de México llevaron mucho tiempo y en unas cuantas semanas se han controvertido de manera muy importante, pero lo grave, me parece, es que la disyuntiva se ha desarrollado como si fuera una diferencia entre buenos y malos, entre pobres y ricos, con un enfrentamiento social que no sabemos cómo terminará. Parece ser que las consecuencias ecológicas de la nueva terminal aérea son grandes, desde luego, todas las actividades humanas cambian el entorno. Nuestra ciudad puede ser uno de los mayores ejemplos de ello. Aceptando que dos errores no hacen un acierto, se ha mencionado que las consecuencias sobre el ambiente que acarrearía el nuevo aeropuerto han sido contempladas desde el principio y que existe un plan para su mitigación. No obstante, una nueva campaña destacándolas y haciéndolas insolubles se ha desatado con diversas acciones desarrolladas desde los miembros de nuestro próximo gobierno. Sin tratar de minimizar el impacto que esta gran obra puede acarrear sobre el ambiente cercano, las comunidades que la rodean y los individuos que la habitan, opino que el conflicto social se ha renovado y quizá incrementado. El caso es que tratará de decidirse a través de una consulta ciudadana, no plenamente reglamentaria ni reglamentada, muy parcial; sólo se instalarán unas cuantas mesas para emitir los votos y en unos cuantos municipios, lo que hará que los ciudadanos que podrán participar para decidir qué aeropuerto y en dónde instalarlo serán muy pocos; no se hizo tampoco con carácter muestral del que se pudieran sacar conclusiones. Me parece que el resultado no dejará satisfecho a nadie y que, al final, las obras del próximo aeropuerto en Texcoco no se podrán continuar y las del nuevo, sí así se decide, en Santa Lucía, tardarán mucho, por lo que el plan alternativo, Terminal Benito Juárez, Toluca, etc., privarán durante largo tiempo. No se han medido plenamente las consecuencias de paralizar las obras de la nueva terminal aérea en Texcoco, desde el punto de vista político, social, financiero, ni económico, tampoco sabemos cuál será el plan remedial, en caso de necesitarse, para las obras ya iniciadas, ni cuál será su costo. Tampoco pienso que, aun triunfando en la consulta, se pueda seguir desarrollando la obra; la oposición social se ha incrementado demasiado. Todo esto es lo más parecido a un caos, para el que yo espero se tenga un plan de reorganización.
Menos publicitadas que lo anterior, se han creado otras controversias a las que no se les ha planteado solución. La educación es una de ellas, se ha dicho que de la Reforma Educativa no quedará nada, así planteado de manera general, pero no se ha dicho en qué consistirá el nuevo plan o programa; desde luego, diversos sectores, especialmente sindicales, han aprovechado para tomar posiciones e intentar regresar al sistema del que se partió y al que, casi todos estamos de acuerdo, no habría que volver. En una conferencia pública el presidente electo habló mal de la evaluación, en general, llamándola una maniobra humillante y degradante, incluso, mencionando la necesidad de desaparecer el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, siendo que esta organización no es la que ha evaluado a los profesores, lo ha hecho una estructura propia de la Secretaría de Educación. El Instituto elabora un análisis, una observación de todo el fenómeno educativo.
Me parece muy grave que Esteban Moctezuma, un distinguido abogado, con una sólida preparación desde el punto de vista jurídico, y en su momento con gran reconocimiento profesional y académico, pero que además, a últimas fechas, se ha desarrollado en un próspero sistema empresarial, no haya hecho notar que si la educación no se evalúa, no se puede mejorar; deben ser evaluados los programas, los profesores, los alumnos, las instalaciones y, al final, todo el sistema, pero, sobre todo, los resultados que se obtienen. Sin evaluación es imposible prosperar y lo único que sabemos es que se buscará retractarse de la Reforma, pero si habrá evaluación o no, aún no lo sabemos con claridad. Otro caos para el que espero se tengan, también, los mecanismos de reorganización.
Otra controversia, opacada por las anteriores, es la que plantea el cambio de sede de las secretarías de Estado; en un plan, no muy bien dado a conocer, sabemos que las secretarías, o cuando menos algunas, serán enviadas a algunas otras ciudades. No se ha planteado, pero me pregunto yo, la Constitución precisa claramente que la sede del gobierno de la República será la Ciudad de México, aunque el titular del Poder Ejecutivo puede mudarla avisando al Congreso. ¿Las secretarías de Estado son parte del gobierno de la República? Sí es así, por qué se dispersan. Quizá sea necesario mudar las oficinas de PEMEX, pero, ¿no será conveniente y reglamentario dejar las de la secretaría de Energía en la Ciudad de México? No se ha hecho todavía, aunque, seguramente, tendrá consecuencias pragmáticas y muchas de ellas no serán positivas. Es muy factible que exista una respuesta por parte de los empleados para cambiarse, ya que tienen una vida hecha alrededor de su sitio de trabajo, por lo que mudarse de manera más o menos súbita no es tarea fácil, además, las ciudades donde se piensan establecer las oficinas ¿soportarán una mudanza de esta magnitud? ¿Estará Campeche preparada para recibir a PEMEX y a la Secretaría de Energía? ¿Estará Tlaxcala lista para recibir a la Secretaría de Cultura? No estoy seguro. Posiblemente, un caos más, para el que también espero que existan las soluciones.
Espero estar equivocado, pero se están creando confusiones y dilemas para los que existen muchas consecuencias y éstas pueden ser de diversa índole. Deseo que el carisma, la decisión y el entusiasmo de nuestro presidente electo alcancen para la reordenación del caos y que siga contando largo tiempo con el respaldo de la inmensa mayoría que lo llevó al poder.
No entiendo porqué sorprenderse, el elegido ya era confuso y errático antes de ganar la elección presidencial. Su bandera de izquierda le atrajo la mayor cantidad de votos entendiendo ésta como la respuesta a todos los yerros. El hombre es incapaz de reconocer aciertos pasados, por eso solo sus propuestas son válidas y, si no, luchaba en su contra, pero ya no, ahora tiene su decisión y la de las cámaras para decir que la mafia del poder lo pudrió todo, incluso a él.
Creo que estoy leyendo la biblia en él génesis pero al revés
Del orden al caos
Deseo que persista la cordura y no los intereses oscuros de unos pocos con ideas mesiánicas e ignorancia inmensa
Recibe un abrazo
Estoy enteramente de acuerdo pero todavía soy más pesimista en este momento oigo la conferencia callejera del electo y no puede ser más vergonsozo
Es este individuo el que nos va a gobernar los próximos 6 años????
Su consulta es una invitación a apostar con dados cargados espero que los inversionistas no se dejen presionar y sean capaces de contestarle con seriedad y en unidad ellos si pueden hacer lo que los ciudadanos de a pie que somos capaces de analizar y entender la lógica abrumadora que el nuevo gobierno es incapaz de aceptar no podemos hacer
Apelo a la sensatez de los inversionistas y los insto a hacer valer su derecho
Buen analisis
Triste gobierno que inicia, antes de ser gobierno, con ocurrencias, improvisación, violaciones a las normas y desprecio a los ciudadanos
Rafael,Alvarez Cordero
Si Doctor Ramiro sus inquietudes nos llevan a un enorme vacío, que pena parece que los responsables continúan pensando únicamente en sus intereses personales y no de servicio, responsabilidad y compromiso.
Gracias mil y saludos
En realidad el caos lo está generando el gobierna electo
No tienen la capacidad de correr con el costo político de sus propias decisiones
Es una farsa y un caos
Que dios nos ampare
Dr mencionó ud tres aspectos que le resultan inquietantes respecto a las decisiones del presidente electo AMLO.
Una es
Es la del NAICM, por supuesto que ha creado controversias, pero no se trata de “ricos o pobres o de buenos o malos”, este, como otros muchos le correspondía a Peña Nieto, él debió enfrentarlo. Ambas posturas tienen pros y contras, pero los estudios y análisis que han realizado, especialistas de ambas decisiones, la que resulta con innumerables problemas de toda índole es la de Texcoco. No por esto se nos va a catalogar de “tontos o ignorantes” puesto que también nos informamos y leemos.
Respecto a la mal llamada “Reforma Educativa” ya que se trata de una reforma administrativa, fue estudiada por especialistas y conocedores de la materia, claro que se necesita una verdadera Reforma Educativa, le urge al país.
El cambio de sedes de las secretarias, si representa un problema, pero es que se encuentran en la ciudad y los conflictos que enfrentan vienen aquí para que se les solucione o arregle, con lo que se crea un caos para los habitantes de la ciudad de México, los cuales siempre protestan.
Muy buen análisis Doctor, siempre un placer leerlo.
Comparto sus inquietudes y siento ahora ya a 3 meses de entrada ésta nueva administración que la incertidumbre solo aumenta.
Definitivamente polémicas las de acciones de nuestro nuevo presidente, espero realmente que tanto el presidente como su equipo de trabajo sepan lo que están haciendo, que busquen y logren conciliar los conflictos que se han generado entre la sociedad desde las campañas políticas y que genere un entorno de paz y armonía.