El arte de ser feliz

Porque nos queremos vivas, libres y sin miedo, seguimos en la lucha por la equidad de género

Lectura: 5 minutos

Para las mujeres de mi vida:
 Odette, Ximena, Sofía y Andrea.

¿Cuántos años más de lucha?
¿Cuántas mujeres más asesinadas?
¿Cuántos cuerpos violados?
¿Cuántas mujeres descuartizadas, silenciadas, ignoradas, golpeadas?
¿Cuánto más necesitamos para que esto se pare, para que nos escuchen, para que nos
respeten?
¿Cuántos presidentes más?
¿Cuántas vallas contra nosotras?
¿Cuándo nuestras voces serán escuchadas?
¿Cuándo encontraremos la paz, la confianza y el respeto que merecemos para salir a la calle solas, sin miedo, sin amenazas, sin peligro? 

Uno de los temas que más trabajo nos cuesta como seres humanos es el cambio, no nos gusta cambiar, movernos de casa, de lugar, de posición. Cambiar de forma de pensar nos angustia y nos da miedo, peleamos por no quitarnos de las esferas del poder y el control, somos conformistas porque, aunque estemos incómodos, nos tranquiliza el “statu quo”, aun cuando esto signifique estar tranquilos en la injusticia, la violencia y la incomodidad.

Sí, tememos al cambio como humanidad, pero te quiero contar que muchas mujeres ya lo estamos superando, nos estamos empoderando y quitando el miedo, estamos tomando nuestro lugar en el mundo, estamos exigiendo que se reconozcan nuestros derechos, que se respete nuestra presencia, estamos exigiendo a la fuerza, con tenacidad y lucha; nosotras estamos tomando el mundo que nos pertenece, que nos fue arrebatado, robado, negado.

MUJERES MARZO
Imagen: Reporte Índigo.

No estoy a favor de la violencia en ninguna de sus formas, me asusta, me da miedo y no la entiendo ni la aplaudo, pero me duele la injusticia, me enoja el abuso y no tolero la sumisión de la que somos objetos las mujeres.

Pero si para que nos escuchen, nos respeten y dejen de matarnos, tenemos que salir a las calles a gritar, marchar, pintar paredes, monumentos y quemar la ciudad, que la ciudad arda, que las voces se escuchen, que los monumentos sean testigos y que los hombres aprendan, ya fue suficiente esto tiene que acabar.

El 8 de marzo de 1857 en Nueva York, miles de trabajadoras salieron a las calles a protestar por las precarias condiciones laborales que tenían, su lema era “pan y rosas”. Fueron 120 mujeres las que murieron ese día por la brutalidad con la que los policías reprimieron esta marcha justa. Hoy todos los días mueren miles de mujeres en el mundo por la violencia que aún existe hacia nosotras. 

Mientras lees este texto varias mujeres están siendo golpeadas, otras violadas, otras asesinadas, otras humilladas, otras ignoradas, ahora mismo alguna mamá llora a su hija que no volverá a ver jamás.

Nuestro 8 de marzo (8M), nuestro día… ¿que no debería de existir? posiblemente no, pero existe porque es necesario y no nos hace gracia ni nos da gusto que exista.

Es un día universal, que se trató de minimizar con regalos y flores para las mujeres, que se llenó de felicitaciones y mensajes cursis, que perdió por un tiempo su objetivo, pero regresamos a la lucha,  igual que en 1857 es y siempre será un día para alzar la voz y exigir ser escuchadas, porque la opresión a la mujer es pareja, en todos los rincones del mundo.

Porque en el 2020, cada 2 horas y media fue asesinada una mujer en México y queremos frenar eso: 70 mujeres son violadas cada día; 940 feminicidios en 2020.

Porque la violencia de género deja secuelas para siempre, porque recuperarte de esto cuesta y duele. Porque una forma de pararla es visibilizando y no quedarnos calladas.

mujeres 8m
Imagen: Jotaka.

Te voy a recordar qué es lo que pedimos, lo que exigimos y a lo que tenemos derecho, a ti que no lo sabes, a ti que crees que exageramos.

Queremos vivir en un país donde el estado sí responda y piense en nosotras, queremos sentirnos escuchadas, valoradas y cuidadas.
Queremos poder salir a la calle sin estar en peligro de ser violentadas.
Queremos poder vestirnos como nos guste y que no se interprete ni por hombres o mujeres como que estamos provocando a que nos falten al respeto.
Queremos equidad.
Queremos los mismos derechos laborales que los hombres.
Queremos que nos paguen lo mismo que le pagan a un hombre en los mismos puestos.
Queremos libertad sobre nuestro cuerpo.
Queremos frenar los feminicidios.
Queremos saber qué le estamos dejando a nuestras hijas y nietas un mundo mejor que el que hoy tenemos, donde ellas puedan vivir seguras.
Queremos poder salir a la calle y saber que vamos a regresar a nuestros hogares, a nuestra familia.

Si te quieres unir a los movimientos aquí encontrarás algunas opciones.

“…Algún día habrán niñas y mujeres que lograrán que sus nombres no signifiquen simplemente lo opuesto a lo masculino, sino que tendrán valor en sí mismas, ese valor que no hace pensar en la idea de complemento o límite, sino vida y realidad: la persona femenina, la mujer.”  (1934, poeta Rainer María Rilke).

 Hace 87 años que Rilke escribió ese texto donde avisa a los hombres (que, por cierto, no escucharon) que las mujeres estamos por llegar. ¡Ya estamos aquí! pero nos sigue faltando mucho por hacer, seguimos en esta tarea titánica de exigir nuestro lugar por derecho de nacimiento; no tenemos por qué seguir soportando ser tratadas como ciudadanas de segunda.

Ya estamos aquí… tomando nuestros lugares, ya no queremos más Fátimas, ni Jessicas, ni Xitlalis, ni Alexis, ni Alondras.

8m
Imagen: Mick Champayne.

Sí queremos más mujeres como:

Angela Merkel, Canciller Federal de Alemania.
Alondra de la Parra, Directora de Orquesta.
Sheik Hassina, Primera ministra de Bangladesh.
Erna Solberg, Primera ministra de Noruega.
Greta Thunberg, Activista medioambiental sueca.
Saara Kuugongelwa, Primera Ministra de Namibia.
Mette Frederiksen, Primera Ministra de Dinamarca.
Tsai Ing-Wen, Presidenta de Taiwán.
Kamala Harris, Vicepresidente de Estados Unidos.
Ana Brnabić , Primera Ministra de Serbia.
Oprah Gail Winfrey, Periodista y empresaria.
Halimah Yacob, Presidenta de Singapur.
Jacinda Ardern, Primera ministra de Nueva Zelanda.
Katrin Jakobsdóttir, Primera Ministra de Islandia.
Sahle-Work Zewde, Presidenta de Etiopía.
Salomé Zurabishvili, Presidenta de Georgia.
Paula-Mae Weekes, Presidenta de Trinidad y Tobago.
Sanna Marin, Primera Ministra de Finlandia.
Katerina Sakellaropoulou, Primera ministra de Grecia.
Ingrida Šimonytė, Primera ministra de Lituania.
Rose Christiane Raponda, Primera ministra de Gabón.
Malala Yousafzai, Activista.
Lorena Ochoa, Golfista mexicana.
Elisa Carrillo Cabrera, Bailarina de Ballet mexicana.
Zuzana Čaputová, Presidenta de Slovakia.
Karime López, la primera mexicana en tener una estrella Michelin.
Margarita Ríos Farjat, Ministra de la suprema corte de Justicia.
⋅ Ana Katiria Suárez, Abogada mexicana y defensora de Derechos Humanos.
⋅ Eréndira Ibarra, Actriz mexicana.

Y la lista sigue y seguirá, ya nada nos podrá parar.

Esto es para ti que siempre estás del otro lado leyéndome, para nosotras, para todas.


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Para mi nieta Andrea.

Estoy sentada frente a mi computadora, mi herramienta de trabajo, mi conexión con mis consultantes, mis amigos, mi familia y mis amores. Mi ventana al mundo de afuera, al mundo que dejamos, del que no estamos presentes.

Estos meses me han llenado de diferentes emociones, dudas, miedos, incertidumbre tristezas y muchos duelos, también he disfrutado del cambio de ritmo, de la tranquilidad de no estar corriendo, de no estar en el tráfico, aunque debo de confesar que extraño escuchar mis podcasts, una acción que empecé a realizar para hacer más llevadero el tráfico de la Ciudad de México y que se ha vuelto una de mis más grandes pasiones, escuchar a mis mentores, hombres y mujeres que admiro y que siguen regalándome su sabiduría; soy de las personas a las que les gusta que les hablen mientras maneja… sé que hay otras a quienes les gusta que les canten.

Mucho ha cambiado, algunos de mis compañeros y amigos de Diálogos en Confianza ya no están, todo en el canal es diferente, el foro, los ritmos, las reglas, el programa, yo no he faltado ni un día desde enero y, aunque para mí los cambios fueron paulatinos, hay días que me siento desconcertada y triste y otros llena de energía.

aislamiento pandemia
Imagen: Kunal Krishna.

Comencé mi proyecto “El arte de ser feliz” que tenía años “macerando”, me cuestioné muchísimo si era el momento adecuado o no para hacerlo, pero ya nada podía detenerme, mis ganas de llevarlo a cabo eran enormes. El resultado me ha llenado de satisfacciones, alegrías y muchísima felicidad, por mi plataforma han pasado generosamente mis colegas y amigos, dejando a su paso su sabiduría, su verdad, su expertise, su corazón. Uno de ellos me felicitó por estar haciendo una “Videoteca” virtual tan importante.

De este proyecto está naciendo “Código Felicidad”, nuestra A.C. Éste sí fue un regalo del universo que no me esperaba pero que recibo con los brazos abiertos y llena de humildad, orgullo y anhelo por ayudar a muchísimas personas, nuestro lema es: “La felicidad va de la mano de la salud mental”, buscamos ayudar a las personas acercándose a profesionales de la salud mental para poder resolver sus problemas y encontrar la felicidad.

Los días han pasado, las semanas, los meses y el COVID nos alcanzó, llegó a nuestra casa, entró por la ventana y nos asustó, ahora nos deja una gran lección. Me di cuenta que una vez más el dinero hace la diferencia y esto es realmente triste, tener acceso a las medicinas, los médicos, el oxímetro, el termómetro. Es toda la diferencia; es un alto porcentaje de probabilidad de que no llegues al hospital si lo atiendes a tiempo, de la manera correcta, con las medicinas y los médicos. No voy a dejar de decir que también influye en un alto porcentaje tu salud en general, haber tenido acceso a vitaminas, alimentos de buena calidad, buenos hábitos de comida, que se traducen en un sistema inmunológico fuerte.

Como todos los que hemos tenido COVID, también sufrimos el rechazo, los amigos y familia que saben que lo tienes, se alejan y no los culpo, seguramente yo hubiera hecho lo mismo, tenemos miedo, no sabemos cómo nos va a atacar, pero sentir el rechazo duele, el alejamiento, la falta de contacto, justo lo que más necesita uno en momentos vulnerables, es el abrazo, la caricia, el apapacho, el miedo al COVID nos lo quita, nos priva de sentir el amor que es tan necesario. No podía dejar de pensar… ¿y si me pongo mal y ya no recibí ningún abrazo? ¿Y si es la última vez que veo a mis hijos, mi esposa, mis hermanas y mi papá?

miedo al covid
Imagen: Somewan.

Qué horrible pandemia, qué cruel, yo decidí desde el principio de la pandemia no vivir con miedo y creo que en la mayoría del tiempo lo he logrado, sí me cuestione cómo quería vivir mis últimos días si es que moría de COVID y decidí que no dejaría que el miedo fuera mi compañero, decidí seguir viviendo con alegría y tomando un día a la vez.

En medio de esta pandemia recibí la mejor de las noticias, mi nieta Andrea, viene en camino, mi hija Ximena y mi yerno Rodrigo están esperando su llegada y con ellos toda la familia, es hermoso cómo la vida sigue y mejora con nuevos anhelos, esperanzas y amores.

Esta dimensión nueva de ser abuela me llena de felicidad, quiero conocer a mi nieta, ser testigo de su vida, me encanta ver a mi hija y mi yerno formando su familia, con la emoción y el miedo que implica ser primerizos. Sé que van a ser fantásticos.

¿Quién quiero ser después de esta pandemia? Quiero seguir con este ritmo más pausado y sin estar corriendo.

Espero haber entendido varias lecciones, la fragilidad de la vida, que el tiempo es oro, la importancia de estar cerca de las personas que amas, de los amigos, de la familia. Lo vital que es un abrazo, la falta que nos hacen las caricias, la alegría del reencuentro, el valor de la salud.

abrazos en pandemia
Imagen: Eleni Kalorkoti

Quiero preocuparme menos y disfrutar más, quiero seguir construyendo y aprendiendo, quiero seguir trabajando en convertirme en la mejor versión de mí misma.

Quiero trabajar con mis manos, además de mi mente, quiero seguir jugando y riendo a carcajadas.

Quiero sentirme ligera y dejar atrás las cargas, los pleitos y los malos entendidos, quiero aprender a vivir con desacuerdos y no ser tan necia, cultivar la armonía, ejercitar la paciencia, vivir en el aquí y en el ahora.

Quiero la humildad como parte central de mi vida, quiero que lo que me mueva sea el amor, el amor a mí misma, el amor a los otros, el amor a la vida.

Quiero que el mundo al que llega mi nieta Andrea sea más generoso, compasivo, comprometido, incluyente, cuidadoso, amoroso y con más conciencia, para eso trabajo todos los días.

Quiero salir de esta pandemia más sabia y feliz.

¿Tú quién quieres ser después de esta pandemia?

Esto es para ti, mi amada Andrea, bienvenida.

Y también para ti, que siempre estás del otro lado leyéndome.

Gracias y bendiciones.


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Lectura: 2 minutos

Así que nos llegó el cambio, no nos lo esperábamos así, las lecciones y los mensajes los leemos de manera equivocada, creemos que los cambios serán sutiles, tranquilos, sin revolución, pero parece que olvidamos la historia o nos da flojera ver hacia atrás para entender los mensajes.

Este cambio llevaba un rato macerándose, nos dijeron que empezaría en el 2012, yo creo que efectivamente fue así, fue ahí donde todo empezó, todo es diferente, nada es igual y, sin embargo, nosotros buscamos lo estático, lo que se queda igual sin cambio, nos resistimos, sin darnos cuenta, a que todo cambia, que tú cambias, que yo cambio, y el mundo cambia.

seguimos creciendo
Imagen: Brian Stauffer.

Ya nada es ni será igual, las formas, los ritmos, cambiaron; las prioridades, los gustos, los sueños cambiaron; la vida cambió una vez más, pero este cambio no es el primero ni será el último, lo que pasa es que en este momento nos tocó estar en el ojo de huracán, nos tocó vivirlo, no vivir las consecuencias, sino vivir la revolución y eso no es fácil, es difícil, duele, hay pérdidas, enojos, tristezas, confusión y poca certeza.

¿Qué nos está diciendo la tierra? ¿Qué nos exige la conciencia? ¿Quiénes se quedan y quienes se van? Si me toca quedarme, ¿qué me toca hacer?

Tienes dos opciones, no cambiar o subirte al tren del cambio. Si no cambias te petrificaras, perderás una hermosa oportunidad, seguramente al principio te sentirás más seguro, pero con el tiempo dejarás de moverte, de experimentar, de vivir las nuevas experiencias  y posiblemente lo lamentarás. Por el contrario, si te subes al tren del cambio, ciertamente te aseguro incertidumbre, miedo, confusión, pero vivirás una gran aventura, un nuevo amanecer, una nueva tierra.

Nosotros somos los pilares sobre lo que se va a construir la nueva realidad y esto no es poca cosa, tendríamos que sentirnos agradecidos, incluso honrados de estar vivos en estos momentos, es un honor tener esta responsabilidad que construirá los cimientos del nuevo mundo.

atrevete a cambiar
Imagen: García Lam.

Atrévete a cambiar, trabaja en tu conciencia, hazte preguntas, infórmate, crece, expándete, construye, comparte. Esta nueva realidad nos necesita a todos.

No importa a qué te dediques, siempre va a ser importante, todo tiene un sentido, todo cuenta, todo suma, desde donde quiera que leas estas líneas sábete importante, valioso y necesario para esta nueva realidad.

No lo olvides, “conviértete en tu mejor posibilidad”, cada uno de nosotros pongámoslo como meta. ¿Te imaginas el mundo que tendremos? ¿Las relaciones que compartiremos? ¿Lo que juntos lograremos?

Lo que podemos soñar, sí podemos lograrlo. Esto es para ti, que siempre me lees. Gracias.


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En un informe publicado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés), señala que las enfermedades afectan de manera diferente a hombres y mujeres, las pandemias hacen más grandes las desigualdades que existen para mujeres y niñas.

Durante una crisis, las mujeres y niñas pueden encontrarse en mayor riesgo de sufrir violencia de pareja y otros tipos de violencia doméstica debido a un aumento de la tensión en el hogar.

Las mujeres son las encargadas principales de las labores domésticas y de crianza y en confinamiento las exigencias en esos dos rubros aumentaron dramáticamente, además del trabajo formal o informal que sabemos que las mujeres también realizan y del cual ahora mismo se encuentran realizando en sus hogares.

En el sector salud son la mayoría, sabemos que hay más enfermeras que enfermeros y que son las que están cuidando en la primera línea, se calcula que el 67% de la fuerza del trabajo sanitario mundial corresponde a mujeres.

somos guerreras
Ilustración: The Atlantic.

Las mujeres queremos cambiar el mundo en el que vivimos, hace unos meses, el 8 de marzo, marchamos por un mundo más igualitario, gritando basta a la violencia de género, unidas, apoyándonos, sintiéndonos más fuertes y con esperanza de ser escuchadas.

El 9 de marzo hicimos paro nacional, “Un día sin nosotras” y queríamos seguir haciendo más cosas, ver los frutos de nuestro esfuerzo pero llegó la pandemia por el COVID-19  y la atención se fue a otro lado.

¿Y qué hicimos nosotras? Lo que sabemos mejor hacer, ser solidarias, cuidadoras, juntamos a nuestros hijos y familias, organizamos nuestras casas, acomodamos espacios, cocinamos, contamos cuentos, hicimos tarea, abrazamos a los que lloran, combatimos el miedo, hasta hicimos tapabocas.

Y no nos dimos cuenta, no lo vimos venir, que junto a la pandemia del coronavirus nacía otra pandemia, la de la violencia familiar que está dejando más víctimas que el COVID-19, las llamadas de ayuda y denuncias han aumentado un 40%.

La tensión generada por el encierro, la incertidumbre, el problema económico y el miedo a morir hace que las mujeres y niñas sean blanco fácil de violencia, los hombres se desquitan con ellas, las tienen a la mano, están vulnerables.

violencia en la cuarentena
Ilustración: Aiden Locke.

En México los feminicidios se mantienen a la alza, crecieron 1.6% en el primer trimestre del 2020. Se registraron 244 mujeres asesinadas.

Según la organización “Marea verde”, desde la entrada de la pandemia a mediados de marzo hasta el 24 de abril, se habían reportado 210 asesinatos a mujeres, así que el número es mayor.

Lo que más me llama la atención es la falta de conciencia, de solidaridad, la falta de respeto y lo fácil que es para algunos hombres lastimar a sus parejas, madres e hijas.

No se valora el trabajo de las mujeres, no se valora su persona, se considera propiedad de los hombres y creen que pueden hacer con ellas lo que ellos deseen. Sé que el problema es más profundo y que también tiene que ver con la forma en que las mujeres nos hemos parado frente a ellos, las ideas que nosotros hemos introyectado, las creencias y mandatos que creemos como reales y no nos frenamos a cuestionar.

Todos tenemos que cambiar, todos tenemos que madurar, frenarnos, pensar, construir un mundo y una forma de vivir para relacionarnos diferente.

confinamiento de mujeres
Ilustración: Andrea Gendusa.

Tenemos que entender como mujeres que nadie tiene derecho a lastimarnos, que tenemos que luchar por tener las mismas oportunidades y los mismos derechos, que sólo por el hecho de haber nacido ya merecemos respeto, que casarse con alguien no le da derecho a decidir sobre mis pensamientos y mi vida.

Los hombres tienen que saber que no son dueños de nadie, que no por ser hombres mandan y deciden, que las mujeres no están a su servicio ni para cumplir sus caprichos ni para su placer.

Venimos a este mundo a crecer, a convertirnos en la mejor versión que podamos de nosotros mismos, es un trabajo interior, profundo, individual, de conciencia, paciencia y constancia.

Te invito a reflexionar en este tema y a que cada vez seamos más los que buscamos, queremos y trabajamos por un mundo mejor.

Esto es para ti… que siempre estás del otro lado leyéndome.


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Lo que el COVID-19 nos va a dejar de herencia

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El COVID-19 está cambiando el mundo, desde la forma en que vemos a los demás, el lenguaje que estamos utilizando, la forma de viajar, hasta la manera en la que nos saludamos, yo creo que ya nada va a ser igual.

Nos estamos dando cuenta de los vulnerables que somos, un virus minúsculo tiene al mundo de cabeza, pensábamos que eran calamidades que sólo pasaban en lugares remotos donde no teníamos nada que temer, pero no es así, nos alcanzó a todos.

Esta nueva realidad nos quitó la inocencia y nos hizo abrir los ojos, todos estamos expuestos, no importa el color, la raza, el estatus social, todos podemos estar infectados, todos podemos morir.

Nuestra forma de ver y vivirnos en el mundo está cambiando, lo personal se volvió peligroso. De la noche a la mañana nos dimos cuenta que tocar a alguien, estar cerquita o en lugares cerrados con muchas personas, es riesgoso. Creo que a partir de ahora tendremos más cuidado al dar la mano, saludar de beso o dar un abrazo, seremos más selectivos y cuidadosos. Así como la influenza nos dejó la costumbre de ponernos gel antibacterial, creo que el COVID-19 nos dejará la costumbre de lavarnos más las manos.

lavarse las manos ante el covid-19
Ilustración: Unileved.

Estamos contactándonos por Skype, Zoom, WhatsApp, entre otros, y nos está pareciendo buena idea, resulta cómodo y ahorras tiempo, sobre todo en las grandes ciudades donde el tiempo que pasamos en el auto yendo de un lugar a otro es demasiado. Podemos comer en casa, aprovechar más el tiempo que tenemos, y me imagino que después de esta temporada de #MequedoenCasa, buscaremos más momentos para utilizar estas plataformas, ser más eficientes y ganar tiempo.

Parecería que conectarnos con un dispositivo nos hace sentir que estamos alejados, pero en realidad estamos cerca, ponemos mucha atención y no importa en qué lugar del mundo te encuentres, mientras tengas un dispositivo e internet es posible conectarte. Puedes también tener sesiones de terapia, médicas, de trabajo, de zumba, con amigos, hasta fiestas y bailes virtuales.

Nuestros héroes ahora serán otros, no tendrán que ver con armas, tanques y guerras, sino con batas blancas y estetoscopios, los doctores y doctoras, los enfermeros y enfermeras, y todos quienes trabajan en el área de la salud, hombres y mujeres que en estos días nos están dando un ejemplo de profesionalismo, altruismo y sacrificio que son justo las virtudes de los héroes. Espero que en lugar de hacer monumentos a generales y a la guerra, hagamos lugares, estatuas y monumentos para celebrar la vida.

Nos estamos percatando que los expertos importan y que sus voces tienen que ser escuchadas, que encontrarlas e identificarlas está siendo muy difícil en un mar lleno de noticias falsas y falsos profetas, así que cuando las encontremos las atesoraremos, las escucharemos y principalmente les daremos el valor que merecen.

lucha contra covid-19
Ilustración: Getty Image.

El tiempo en casa nos está poniendo el reto de la paciencia con nosotros mismos, nuestros hijos y entre parejas; nos estamos acostumbrando a convivir, a respetar tiempos y espacios, a vivir juntos y llegar a acuerdos, platicar, discutir y hasta a jugar en familia.

La economía se encuentra en crisis, sigue cambiando, la política se está redefiniendo y las características de nuestros gobernantes así como sus acciones, están en la mira de todos.

El COVID-19 nos causa mucho dolor, incertidumbre y miedo, pero también nos obliga a voltear a vernos, oírnos y sentirnos para valorarnos, darnos cuenta de nuestros errores, de nuestra soberbia y descuido, así como de nuestra solidaridad, paciencia, empatía y respeto. Todo esto a golpe de dolor, por eso espero que la consecuencia sea crecer y convertirnos en una mejor versión de nosotros mismos, una mejor versión del mundo en el que hasta hoy hemos vivido y hemos construido juntos.


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Marcharé el 8 de marzo y me guardaré el 9 porque tenemos una deuda histórica entre nosotras

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No se nace mujer, se llega a serlo.
Simone de Beauvoir.

Estamos frente a lo que se considera una nueva ola de feminismo. Que lo que busca son los derechos de las mujeres, mayor igualdad, eliminación de la violencia de género, respeto, seguridad, protección, accesos igualitarios a la educación, al trabajo a los sueldos, salud, entre muchas e importantes demandas.

Si les preguntamos a las mujeres, no creo que haya ni una que diga que no lo merecemos, que no lo quiere, que la demanda es injusta o arbitraria, todas sabemos lo que vivimos en lo cotidiano, el trabajo que nos implica ser mujer hoy y ahora.

La violencia que viven nuestras niñas y adolescentes, les afecta emocional y físicamente, lo que más me preocupa es la normalización de ese tipo de actitudes desde edades muy tempranas, crecemos creyendo que así es el mundo y que está bien, que así nos tocó, que por ser mujeres ésa tiene que ser nuestra vida.

8 y 9 de marzo
Imagen: Pinterest.

Tenemos que educar a niños y niñas, desde la infancia, es responsabilidad de todos y todas hacerlo, ejemplificar y puntualizar el respeto, prohibir actitudes dañinas y violentas, para que no crean que están bien o que es “normal”. Es importante hablar y entender sobre las nuevas masculinidades, que rompen con las ideas tradicionales de cómo debe comportarse un hombre y qué debe esperar de una mujer.

Históricamente se ha construido la idea de que el hombre es “el sexo fuerte” y la mujer “el sexo débil” más frágil, menos capaz, e incluso, menos inteligente. Lo más impresionante es que se cree que es algo “natural” que se da desde el nacimiento.  Sabemos que es en realidad un mandato, que se ha ido desarrollando con la cultura, el tiempo y la historia y perpetuando a través de la educación.

Ésta es la razón por la que los hombres han sido protagonistas de la historia y de las decisiones que se toman en la política, el ámbito social, cultural, y se relegó por muchos años a la mujer al rol de crianza y cuidado de los hijos, a la satisfacción sexual de los hombres, así como a las labores del hogar.

Habiendo estado muy inconformes desde el siglo XVIII, las mujeres comenzamos a protestar y pedir un cambio que hasta hoy no se ha visto. Los expertos dicen que todavía vamos a tardar 100 años más para verlo, nosotras no estaremos aquí, este cambio no se va a dar si nos quedamos calladas, si no hacemos nuestra parte, si no levantamos la voz, si no lo exigimos.

protestas en marzo
Fotografía: Noticieros Televisa.

El cambio debe darse en todos los espacios, el público y el privado, porque sí es real, todavía estamos viviendo violencia de género que se refleja en que ganamos menor salario que los hombres por el mismo trabajo; también, los puestos en la política, en el mundo militar, en la economía y el sector salud, sigue siendo mayoritariamente de hombres.

Además de que muchas mujeres en el interior de sus casas siguen sufriendo violencia, desigualdad de labores, malos tratos, explotación económica, abusos sexuales y emocionales. Parecería que en los espacios públicos estamos ganando terreno, pero en los privados sigue existiendo la misma relación de poder de los hombres contra las mujeres y niñas.

Este 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer, no debería de existir un día internacional de la mujer, pero existe por una necesidad real de visibilizarse, de hacer que nos escuchen, que las cosas cambien.

Cada una de las olas feministas han sido muy importantes y en cada una de ellas ha habido un avance, pero no es suficiente, es por eso que sigue el movimiento, es por eso que hoy se suman nuevos movimientos mundiales como el #MeToo que buscan impulsar acciones a favor de la igualdad de género y parar el abuso contra las mujeres.

A muchas las están violentando mientras lees este escrito, a otras las están matando, muchas están llorando por dolores físicos, emocionales, por abusos, por pérdidas, por injusticias.

protestas
Ilustración: @inned.

No todas las mujeres están pensando lo mismo, ni queremos que suceda, la diversidad de pensamiento y el respeto al mismo, hace que el mundo se mueva, cambie y mejore.

Lo que sí te pido es que apoyes, que si no entiendes, respetes, que te informes, que escuches, que leas, que estudies, que te solidarices.

Sí, sólo por el hecho de ser mujer, porque es importante hacerlo, porque tenemos una deuda histórica de solidaridad entre nosotras, porque juntas podemos, porque lo merecemos, porque ¡ya basta!, porque nos están matando, porque ¡ni una más!

Porque si te quedas callada, le das la razón a la violencia.

Yo marcharé el 8 de marzo junto a mis hijas, mis hermanas, mis amigas, mis colegas, mi género. Junto a mujeres valientes, heridas, solas, juntas, acompañadas, cansadas y esperanzadas en un cambio real.

Y pararé el 9 de marzo, para que se note, para que se escuche en la soledad y el silencio nuestra ausencia, para que nos valoren, para que nos extrañen, para solidarizarme y por sororidad con mis hermanas mujeres.

Esto es para todas nosotras, gracias a todas por leerme.


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Observa con el corazón

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He aquí mi secreto. Es muy simple:
no se ve bien sino con el corazón.
Lo esencial es invisible a los ojos.
“El Principito”, Antoine de Saint-Exupéry.

Para muchos esta frase es una de sus favoritas, pero ¿qué tanto lo hacemos?, ¿qué tan posible es ver con el corazón?

La neurociencia moderna ha estado haciendo algunos descubrimientos sorprendentes sobre el corazón humano. La idea de que podemos pensar con el corazón ya no es sólo una metáfora, sino que es, de hecho, un fenómeno muy real. La investigación en este campo está demostrando que el corazón es el principal centro de inteligencia en los seres humanos (Joseph Chilton Pearce).

Entonces estaríamos diciendo que literalmente hay un “cerebro” en el corazón, que podríamos llamar el “cerebro emocional”, pues está conectado a todos los órganos del cuerpo y nos permite expresar nuestras emociones.

Hay un diálogo entre nuestro corazón y cerebro del que no somos conscientes; ya se comprobó que nuestras emociones cambian los ritmos del corazón y afectan a nuestro cerebro. Todo en nuestra vida depende de nuestra respuesta emocional a cada cosa que nos sucede. Si nuestra respuesta es el miedo, nuestro mundo se cubrirá de miedo, así como nuestro cuerpo, si nuestra respuesta es el amor, nuestro mundo se llenará de amor.

tiras del corazon
Imagen: Pinterest.

Es fundamental tener respuestas emocionales positivas, sentirnos amados, aceptados, queridos, ya que esto afecta toda nuestra existencia. Podemos tener un nivel económico alto, un buen trabajo, un buen coche, casas, comodidades, pero si no tenemos por lo menos una persona que nos ame, de nada sirve lo demás, y no estamos exagerando, lo  que necesitamos es, buena comunicación, escucha atenta, mucho afecto, relaciones amorosas, movimiento corporal como el baile, contacto visual, sonidos amables y dulces, juegos divertidos, contacto de corazón a corazón.

¿Qué es lo que deseas? ¿Qué necesitas?

Necesitamos escuchar nuestro corazón y pensamientos, tenemos que ser capaces de traducir nuestras necesidades en palabras para comunicarlas y para que cuando los otros nos las digan podamos escucharlas y atenderlas.

Está demostrado que cuando escuchamos a nuestro corazón y lo atendemos, todo se armoniza y funciona mejor, pues éste posee una inteligencia superior que se activa a través de las emociones positivas, que son aceptación, afecto, agradecimiento, alegría, amor, bienestar, diversión, entre otras. Para poder acceder a este tipo de emociones es indispensable liberarnos de las emociones negativas como el miedo, la angustia, el agobio, la culpa, de la necesidad de dominar a los otros, de la decepción, el estrés, la frustración. Debemos incitar y mantener emociones positivas.

casa de corazon
Imagen: Pinterest.

Y como ya te he dicho en otros de mis escritos, para lograr esto, el secreto está en verse, oírse y sentirse, o como dice Ken Wilber, en utilizar el testigo para escucharnos, observarnos y sentirnos, observar nuestras posturas, escuchar nuestros pensamientos, sentir nuestras emociones, sin juzgarnos, con el afán de aprender de nosotros y poder elegir las emociones positivas.

Debemos confiar en nuestra intuición y reconocer que el cambio no se encuentra en el mundo exterior, sino en mi mundo interior. En lo que pienso, en lo que siento y cómo eso se traduce en mi actuar.

Observa tu corazón, conoce y activa “el cerebro del corazón”, cultiva la capacidad de escucharte, abraza el silencio, contacta con la naturaleza, aprende formas de meditar, disfruta de tu propia compañía y conviértete en tu mejor amigo. El corazón no sólo es el centro del amor, también tiene una inteligencia superior.

No me creas, compruébalo por ti mismo.

Te abrazo de corazón a corazón.

Esto es para ti, que siempre estás del otro lado leyéndome.


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Seguramente has escuchado hablar sobre la ley de la atracción, ese tema que se puso de moda sobre la teoría de que podemos atraer lo que queramos sólo con pensarlo. Si esto es verdad, ¿por qué muchas personas que anhelan y piensan en tener pareja, en encontrar el amor, están solas y sin amor?

Parecería que no únicamente se trata de pensarlo, sino de convertirnos en aquello que deseamos. De ponerle la voluntad y la acción al pensamiento. Sí es cierto que los iguales se atraen, existe un refrán popular que lo avala: “Dime con quién andas y te diré quién eres”.

Si en tu entorno encuentras y convives con personas negativas, enojadas, o violentas, te invito a hacer un alto y revisar tus actitudes. ¿Estás enojado? ¿Eres violento? ¿Todo lo criticas? Una de las tareas más difíciles que tenemos como seres humanos es la de vernos a nosotros mismos, somos buenísimos para “ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio”, pero si te atreves, si eres lo suficientemente valiente para “echarte un clavado” y mirarte, te prometo que “conocerse no es morirse”, al contrario, conocerse es la oportunidad de oro que tenemos para cambiar y convertirnos en la mejor versión que podamos de nosotros mismos.

conocerse a si mismo
Ilustración: Korn Ferry.

¿Quieres encontrar el amor? Conviértete en amor, elige el amor, apuéstale al amor. Muchas veces estamos llenos de miedos e incertidumbres con respecto al amor, es cierto que el amor tiene un lenguaje aparte, y parece que aunque podamos tener miles de títulos universitarios, académicos, o sabernos inteligentes en el tema del amor, podemos reprobar y sentirnos torpes sin herramientas.

Para convertirnos en profesionales y expertos de cualquier tema, tenemos que ensayar una y otra y otra vez, no hay camino fácil, no se nace siendo campeón de futbol y, sin embargo, escucho a personas decirme, “Con una ruptura amorosa es suficiente, ya no quiero más”, o también, “Todos los hombres son horribles”, porque la relación con uno no funcionó. “No se puede confiar en las mujeres”, porque una me dejó.

El amor, como cualquier otra actividad, se ensaya, se practica, se estudia, se ejercita. Desde la mañana nosotros podemos elegir nuestra actitud frente a la vida, yo decido si camino por ella con amor o con rencor. Nadie más puede tomar esa decisión por mí. Yo decido darle o no una nueva oportunidad al amor, abrirme a la posibilidad de establecer nuevas relaciones amorosas. ¿Da miedo? Claro que sí, pero vale la pena.

construir el amor
Ilustración: Hanna Barczyk.

Estoy convencida que es en la relación de pareja donde encontramos la mayor oportunidad de crecimiento, donde podemos realmente enfrentarnos con nuestros “dragones” y aniquilarlos.

Comienza siendo amable desde la mañana, agradeciendo lo que tienes y has logrado, ejercita muy frecuentemente tu sonrisa, acércate a personas positivas, con intereses legítimos de crecimiento y bienestar.

Estudia y aprende sobre la escucha atenta, la atención consciente, interésate por la vida de los otros, por conocer a las personas, por saber quiénes son.

Pero, sobre todo, conviértete en tu mejor amigo, se amoroso contigo, conócete y crece. Conviértete en amor y sin duda atraerás el amor a tu vida.

Esto es para ti, que siempre estás del otro lado leyéndome.


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