En Perspectiva

El Mirrey Gringo

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Érase una vez dos países vecinos en la América del Norte: México y Estados Unidos. Países que comparten una historia complicada de enfrentamiento y colaboración, de abuso y beneficio. Una relación variable en su contenido; sin embargo, definitiva por su geografía. Como dice esa frase sobre nuestros países, cuyo autor ya no recuerdo:

Vecinos siempre; Aliados a veces; Amigos jamás.

Bueno, pues pasada la “Luna de Miel” de rigurosa cortesía diplomática, el maltrato continúa. El presidente de Estados Unidos ha retomado a México como destinatario de su discurso de odio, en la búsqueda de mantener la simpatía de su base electoral integrada fundamentalmente por Rednecks (personas blancas consideradas burdas y poco sofisticadas) y WASPs (personas blancas, anglosajonas y protestantes), articuladas en torno a un nacionalismo trasnochado.

¿Que decir del presidente Trump? Sin duda alguna, un gran comunicador y mercader de la política, que ha sabido encontrar en la compleja sociedad estadounidense las simpatías necesarias para asumir el mando de la aún única superpotencia global de este mundo multipolar. Y henos aquí, jugando el papel protagónico del clásico juego: “Pégale al negro”, a merced de este “Mirrey” Gringo. El término “Mirrey”, acuñado por el analista Ricardo Raphael, se refiere a aquellos que, entre otros rasgos, ingresan a la élite por herencia; son de naturaleza mesiánica y gustan de la ostentación para desmarcarse socialmente.

Trump vs. México
D. Trump, Wheeling, EU, 2018 (Foto: Puskar/AP/REX/Shutterstock).

Y acá en México la Cuarta Transformación no termina de arrancar. Los que no se han hecho esperar son: los desaciertos, los desbalances y los desencuentros del aún nuevo presidente de México. Una sociedad fracturada por la inaceptable desigualdad entre ricos y pobres, entre el Norte y el Sur, amenazada por la inseguridad pública, carcomida por la corrupción y la impunidad, con un sistema de partidos colapsado, y polarizada profundamente por un discurso de odio que no aporta en la definición de una visión de destino común para el país.

¿Qué decir del presidente López? Sin duda alguna un gran comunicador que, mediante la descalificación y un discurso mesiánico de odio, ha sabido encontrar en la desesperanza la adhesión religiosa de los más pobres; y en la desesperación de la incipiente clase media, su oportunidad histórica, frente a alternativas partidistas que implotaron y se colapsaron sobre sí mismas.

presidente de México
A. M. López Obrador, 2017 (Foto: Pedro Puente Hoyos/EFE).

¿Y ahora qué podemos esperar frente a dos personajes que se asemejan tanto en su destino como se contrastan en su origen?

El presidente López Obrador debe, abrevando en su conocimiento histórico, fortalecer con hechos las alianzas de México con los países que emergen como líderes del nuevo orden mundial multipolar; contrapesando así, el dominio de Estados Unidos y la vulnerabilidad de nuestro país en materia de seguridad exterior. Y, en los dichos, terreno en el que nuestro presidente seguramente se siente más cómodo, endurecer el discurso frente al abusivo vecino.

Finalmente, y EN PERSPECTIVA, será, aquí como allá, un poco de circo para el pueblo bueno, que, a falta de bienestar material, agradecerá un poco de dignidad a cuenta de su salario emocional.

Ya mero. ¡Ay qué miedo!

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Estamos a unos días de la toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador, como presidente y jefe de Estado de nuestro país, como cabeza del Poder Ejecutivo Federal de nuestra pendulante república. La emoción es grande para unos, el temor es grande para otros, y la expectativa es grande para todos. Éste es el estado de ánimo de nuestro pueblo al día de hoy. ¿Por qué?

Bueno, la respuesta es: por un conjunto de razones. En primera instancia, la siguiente administración 2018-2024 “en principio”, llega con un paquete de promesas envueltas en lo que denominan “la Cuarta Transformación”. Lo anterior en el entendido de que las anteriores tres transformaciones fueron: la Independencia; la Reforma; y la Revolución. Todas precedidas por un clima de guerra e impuestas por la fuerza de las armas, derivando un profundo cambio del marco jurídico. De esto no cabe duda ni hay controversia histórica. Y la violencia en estos procesos de transformación se explica a grandes rasgos, porque implicó trastocar poderosos intereses establecidos en la situación previa. En su caracterización no profundizaré en esta ocasión.

En segunda instancia, algo más resulta inquietante. El ofrecimiento de un cambio de régimen, pero ¿qué significa un cambio de régimen? Lo invito a que pregunte a cinco personas de su alrededor (una muestra aleatoria del “pueblo sabio”) a ver qué le dicen y a ver qué tanto se acercan a la verdad semántica y legal en nuestro país.

Hablemos de la verdad semántica del concepto técnico de “régimen político”, a la luz de algunos teóricos clásicos con reconocimiento en la Ciencia Política como Maurice Duverger; Friedrich Engels; Gaetano Mosca; y Lucio Levi; por mencionar sólo algunos; para ellos:

Por régimen político se entiende al conjunto de las instituciones que regulan la lucha por el poder y el ejercicio del poder, y de los valores que animan la vida de tales instituciones.[i]

cambio de régimen
Gabinetes del presidente actual, Enrique Peña Nieto, y del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, en reunión sobre la transición de gobierno, agosto 2018.

Ahora bien, desde el punto de vista de la verdad jurídica, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece (Artículo 40) que:

Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, laica y federal.[ii]

A partir de estas dos precisiones, construyamos una breve reflexión. Comencemos por identificar las instituciones que regulan la lucha y el ejercicio del poder en México. Estas instituciones, a partir de la forma de gobierno, son: los tres poderes de gobierno (Ejecutivo, Legislativo, y Judicial); los tres niveles u órdenes de gobierno (Federal, Estatal, y Municipal); el conjunto del marco jurídico general del país; y, particularmente, el sistema electoral. De esta forma de gobierno y su definición, se desprenden valores como es el carácter presidencial, federal; representativo; y democrático, que animan a estas instituciones.

¿Qué de lo dicho en el párrafo anterior está anunciado que cambiará en la Cuarta Transformación? Considerando que hay diferencias entre el discurso y lo que en los hechos se va asomando, podemos identificar que: 1) retornamos al fortalecimiento del Poder Ejecutivo sobre el Poder Legislativo y el Poder Judicial; 2) retornamos a la prevalencia del orden del gobierno federal sobre los estados y municipios; y 3) se fortalecerán e incluirán mecanismos jurídicos de consulta popular, propios de una democracia participativa. Entendida ésta como esa forma de democracia en donde se involucra más al ciudadano común en la toma de las decisiones de gobierno (Consulta Popular; Plebiscito; Referéndum), con el consecuente debilitamiento del poder de las autoridades obtenido como representantes populares electos, directa o indirectamente, en las tres ramas y niveles de gobierno.

EN PERSPECTIVA, como suele ser en las propuestas políticas, hay señales contradictorias, puede verse que nuestro régimen republicano se debilita como consecuencia del mayor presidencialismo, el mayor centralismo y la menor observancia efectiva del marco jurídico. Lo anterior, contrariamente al discurso, favorece la toma de decisiones verticales descendientes que caracterizan una monarquía. El carácter democrático permanece y transita parcialmente de representativo a participativo. La condición laica permanece. Y finalmente, el federalismo retrocede en favor de un mayor centralismo. ¿Cómo la ve?

Referencias:

[i] Bobbio, N. (1994) Diccionario de Política.

[ii] Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (Vigente a noviembre de 2018).

Vegetarianismo vs Hambre

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Cuando pensamos en nosotros pocas veces pensamos en nuestra salud y mucho menos en las bases que sustentan a la misma. La salud, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es:

(…) un estado de perfecto (completo) bienestar físico, mental y social, y no sólo la ausencia de enfermedad.[i]

Un concepto que quizá se acerca a lo que la mayoría entendemos por calidad de vida o bienestar multidimensional. El punto que les propongo en esta columna es que la comida vegetariana puede ayudar a mejorar la nutrición en el mundo y a disminuir el hambre.

Según la OMS, cada vez más personas en el mundo padecen hambre y la tendencia es a que continúe aumentando. El año de 2017 concluyó con 821 millones de personas en condición de hambre. Esto es, una de cada nueve personas[ii], según el informe El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2018.  Si la cifra a la que me he referido le ha parecido aterradora, sepa que no sólo no estamos avanzando, sino por el contrario, estamos retrocediendo a los niveles de hace una década. Esto, puesto en el contexto del objetivo mundial de lograr Cero Hambre para el año 2030, suena bastante mal.

Las personas no especializadas en estos temas frecuentemente nos preguntamos: ¿por qué hay hambre en el mundo? Si, aparentemente, hay una gran producción e incluso desperdicio de alimentos. Aquí la respuesta oficial de quienes saben del tema:

la variabilidad climática que afecta a los patrones de lluvia y las temporadas agrícolas, y los fenómenos meteorológicos extremos como sequías e inundaciones, se encuentran entre los principales factores detrás del aumento del hambre, junto con los conflictos y las crisis económicas[iii].

temporadas agrícolas
Imagen: Todo el Campo.

En este contexto de emergencia mundial parece un tanto superfluo hablar de Comida Vegetariana o Vegetarianismo, pero, ¿cómo juzgarlo si no conocemos el concepto?

El vegetarianismo constituye una forma de alimentación caracterizada por prescindir de la carne y todo alimento que provenga de algún animal. Además, comúnmente también está relacionado a determinado estilo de vida[iv].

La comida vegetariana suele relacionarse con comportamientos propios de clases socioeconómicas altas y algo que se expresa como parte de un estilo de vida posmoderno. Nada más lejano a la realidad, “la dieta vegetariana ha sido propuesta por muchos, desde filósofos como Platón y Nietzsche hasta líderes políticos como Benjamín Franklin y Ghandi(…)”[v]

¿Cómo funciona la comida vegetariana? En esencia, el reto es completar tus requerimientos nutricionales sin la participación de alimentos de origen animal. [vi]

Conclusión

Es cierto que existen signos alarmantes de aumento de la inseguridad alimentaria y los elevados niveles de diferentes formas de malnutrición son una clara advertencia de que hay mucho trabajo por hacer para asegurarnos de no dejar a nadie atrás en el camino, y así lograr la seguridad alimentaria y abatir el hambre. Es cierto, sin duda, que: “Si queremos alcanzar un mundo sin hambre y malnutrición en cualquiera de sus formas para 2030, es imperativo que aceleremos y ampliemos las medidas para fortalecer la resiliencia y la capacidad de adaptación de los sistemas alimentarios y los medios de subsistencia de la población en respuesta a la variabilidad climática y los fenómenos meteorológicos extremos”.

Asimismo, como suele decirse, “Tiempo de crisis. Tiempo de creatividad”. Es posible que el vegetarianismo puede ser parte de la solución a la insuficiencia alimentaria. La pobreza usualmente está asociada a la escasez de activos de todo tipo, incluyendo la falta de ganado y tierras cultivables. No obstante, hay soluciones que permiten que cada familia genere, en un esquema de autoconsumo, los alimentos necesarios para su subsistencia y estos alimentos pueden ser, sin duda, con la debida asesoría, vegetales.

comida vegetariana
Imagen: Buena Vida.

La comida vegetariana es una opción interesante no sólo para la población en condición de pobreza y desnutrición; también lo es para la población que simplemente desea mejorar su calidad de vida, lo que repercutiría a su vez en mayor disponibilidad de ciertos alimentos para los grupos más vulnerables.

EN PERSPECTIVA: ¿Habías pensado alguna vez en convertirte al vegetarianismo? Si hacerlo por ti mismo no ha sido suficiente razón, quizá lo sea hacerlo si piensas que con ello contribuirías a reducir el hambre en el mundo. ¿Cómo suena? ¿Un poco más motivado?

Referencias:

[i] Organización Mundial de la Salud. 9 de noviembre de 2005. Preguntas y respuestas en línea. Recuperado de http://www.who.int/features/qa/28/es/

[ii] Organización Mundial de la Salud. 11 de septiembre de 2018. El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2018. Recuperado de http://www.who.int/nutrition/publications/foodsecurity/state-food-security-nutrition-2018-es.pdf?ua=1

[iii] Organización Mundial de la Salud. 11 de septiembre de 2018. El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2018. Recuperado de http://www.who.int/nutrition/publications/foodsecurity/state-food-security-nutrition-2018-es.pdf?ua=1

[iv] Fundación Universia. 02 de noviembre de 2012. Comida vegetariana: ventajas y desventajas. Recuperado de http://noticias.universia.es/ciencia-nn-tt/noticia/2012/11/02/979042/comida-vegetariana-ventajas-desventajas.html

[v] Dr. Luis Detinis. 4 de noviembre de 2018. Medicina Homeópatica y Alimentación Responsable. Recuperado de https://detinis.wordpress.com/category/alimentacion/

[vi] Eligeveg. 4 de noviembre de 2018. Recuperado de http://eligeveg.com/fortalecete/

La Restauración

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El próximo 1º de diciembre tomará posesión de la Presidencia de la República, el Lic. Andrés Manuel López Obrador, candidato de la alianza ganadora en los pasados comicios federales “Juntos Haremos Historia”. Dicha polifacética y multi-ideológica coalición, está formada por el partido Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Encuentro Social (PES), fuerzas políticas tan heterogéneas y contrastantes, como los miembros que en lo individual se han ido sumando. Situación que evidencia el acceso al poder y la sobrevivencia política su único aglutinante.

Sin duda, el nombre de la coalición resultó profético, ya que “la historia se está haciendo” (por mencionar sólo algunos elementos) al llevar por primera vez a un Licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública a la Presidencia de la República Mexicana; al desempeñar un inusitado protagonismo político-mediático, rompiendo todo protocolo previo entre mandatarios; tomar decisiones y negociar con contratos sobre macroproyectos de infraestructura; y recibir altos dignatarios de otros países. Esto ha contribuido a un negativo impacto en la percepción de riesgo país de México, su grado de inversión establecido por las principales agencias calificadores internacionales, una significativa devaluación de la moneda y una confrontación sin precedente con el sector privado nacional e internacional. Todo ello antes de tomar posesión como presidente de la República.

Lo menos que puede uno, como ciudadano y/o analista informado, es estar seriamente preocupado por lo que está por venir, ya no tanto en lo económico que no pinta bien sino fundamentalmente en el frente de lo político–social. Ahí la llamada “Cuarta Transformación” nos mantendrá al borde de nuestros asientos y muy atentos a observadores y tomadores de decisiones internos y externos. La “Cuarta Transformación” implica un cambio de régimen.

cuarta transformación

¿Qué entendemos por régimen? El régimen es el modelo constitucional que adopta un Estado en función de la relación que existe con los distintos poderes. La manera de organizarse, si bien es cierto que hay rasgos comunes entre Estados, el régimen es particular de cada país. Formalmente, según la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos es una República representativa, democrática, laica y federal, misma que opera mediante un gobierno constituido en tres ramas: el Poder Ejecutivo (unipersonal encarnado en el Presidente de la República–Jefe de Estado y de Gobierno); el Poder Judicial, encabezado por el cuerpo colegiado de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; y el Poder Legislativo, formado por la Cámara de Diputados (500 diputados) y la Cámara de Senadores (128 senadores), que ambas componen el Congreso de la Unión.

Entonces, ¿qué cambios de régimen podemos esperar con la Cuarta Transformación? Señaladamente ha quedado claro el deseo del próximo presidente de transitar hacia una democracia “participativa”. No queda claro si esto significa abandonar la institucionalidad construida para sostener el carácter representativo de nuestra democracia, misma que se materializa en el Congreso de la Unión y, en última instancia, en el Constituyente permanente que suma a los congresos estatales. Queda claro que, actualmente, la manera como está inscrito el mecanismo de “Consulta Popular” en la Constitución Política Federal, no satisface al próximo presidente. Quizá por la ruta institucional que establece diversos controles y contrapesos.

Hasta ahora, el régimen mexicano parecía estar transitando de un “sistema presidencialista” a un “sistema semi-presidencialista” en favor del Poder Legislativo, y extrayendo diversas instituciones del control presidencial para otorgarles autonomía.

¿A dónde nos lleva la Cuarta Transformación? EN PERSPECTIVA nos lleva a un renovado fortalecimiento del presidencialismo, al debilitamiento del federalismo en favor del centralismo, y al establecimiento de una democracia participativa que, vía un mecanismo de “Consulta Popular” hecho a particular modo, permita al presidente de la República imponerse al Poder Legislativo y Judicial cuando así lo considere necesario. Malas noticias en términos democráticos. Veamos…

Democracia 2.0

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Es un hecho incontrovertible que, en el proceso de transición de un sistema democrático hegemónico, de perfil semiautoritario, la proverbial “dictadura perfecta”, que describiera en 1990 el nobel peruano Mario Vargas Llosa, han quedado temas pendientes en el sistema político mexicano.

Y es que, si a la letra vamos, México es, según nuestra constitución política federal vigente, en su artículo 40, una república representativa, democrática, laica y federal. Sería injusto no reconocer lo mucho que hemos avanzado hacia aquella visión que proyectaran los constituyentes originarios y que han modelado hasta el delirio nuestros legisladores, en su papel de constituyentes permanentes.

A partir de este punto, hay algo que llama mi atención, esto es el carácter representativo de nuestra democracia, por mandato constitucional. La funcionalidad y el equilibrio de poderes se funda, entre otros factores, en que los representantes del pueblo en verdad se la crean y funcionen como tales.

Sin embargo, sucede que, en el proceso de apertura a la pluralidad democrática, algo falló. El viejo sistema priísta lo tenía todo muy bien controlado a través de sus sectores y organizaciones de todo tipo. Desde las grandes centrales obreras y campesinas, los colegios de profesionistas, las organizaciones populares, hasta su relación con el empresariado vía las cámaras industriales, cuya membresía era voluntariamente obligatoria. Como usted lo sabe, estimado lector, mucho de esto es cosa del pasado.

Pero, ¿qué nos ha quedado? Tenemos un sistema político democrático, en momentos plural, dominante y, novedosamente, con tendencias hegemónicas. No obstante, eso no es lo grave, al menos para los fines de este modesto artículo. Lo graves es que esta transformación ha dejado en el camino una crisis de lo que algunos llamamos “las organizaciones intermedias”, que son ésas entre el ciudadano y el gobierno, que aglutinan y ordenan los intereses sociales. Ahí, de alguna manera, la democratización del país les pasó de noche.

Y, ¿cuál ha sido la respuesta del Poder Ejecutivo Federal? Básicamente, crear mecanismos de vinculación directa, vía los sistemas de planeación participativa y los comités comunitarios vinculados a multitud de programas, unos más clientelares que otros. Es decir, México ha estado queriendo transitar de una “democracia representativa”, entendida como aquella en la que el pueblo ejerce su soberanía a través de los órganos representativos que se eligen por votación, a una “democracia participativa” en la que los ciudadanos tienen una mayor participación en la toma de decisiones políticas.

cabildeo
Foto: rendiciondecuentas.org

¿Y qué nos trae la Cuarta Transformación anunciada por el próximo gobierno en esta materia? Ni más ni menos que el deseo expreso, en voz del presidente electo Andrés Manuel López Obrador (AMLO), de transitar a lo que los estudiosos denominan “democracia directa o semidirecta”. El presidente electo y su equipo no son nuevos en este tipo de consultas, ya lo han hecho en el pasado, también de la mano de la Fundación Rosenbluth, cuando consultaron, el 14 de mayo del 2000, si AMLO cumplía con los requisitos de residencia para ser candidato. ¿Cuál fue el resultado? Lo sabe usted. ¿Con qué nivel de aprobación relativa? 96%, entre 400 mil votos ciudadanos.

Hasta ahora, todo lo dicho responde básicamente a transformaciones de la comprensión de la democracia en el Poder Ejecutivo, pero se torna interesante cuando el Poder Legislativo, a través del Senado de la República, presenta, el 11 de octubre de 2018, un “Proyecto de decreto por el que se expide la ley que regula las actividades de cabildeo en el Congreso de la Unión”.

Entendemos por cabildeo, según la Organización para el Crecimiento y el Desarrollo Económico (OCDE), “(…) un acto para ejercer presión o tratar de convencer, intentar neutralizar, modificar e influir en las decisiones de la autoridad pública”. El cabildeo es una actividad presente de alguna forma en cualquier sistema político.

Es, en este contexto, que la iniciativa del senador Ricardo Monreal se presenta con oportunidad para acompañar al Poder Ejecutivo en la transición hacia la democracia directa. Los países con reglamentos específicos en la materia son más la excepción que la regla. Y ahí está la oportunidad de legislar para potenciar los beneficios del cabildeo y atenuar sus inconvenientes.

Según la Asociación Nacional de Profesionales del Cabildeo y Asuntos Públicos (PROCAB), “el cabildeo es una actividad que fortalece la legitimidad en la toma de decisiones en los asuntos públicos de una democracia. La promoción legítima de intereses, agremiados o no, ante los representantes del Poder Legislativo. El cabildeo, al mismo tiempo, ayuda a dinamizar los procesos de toma de decisión política, al tender puentes de entendimiento entre las partes y propiciar soluciones que, al mismo tiempo que atienden el interés público, salvaguardan el legítimo interés privado de su representado, siempre con transparencia y en el marco de la ley”.

Un punto importante que aporta el cabildero es identificar la información relevante y el formato pertinente para la consideración del legislador. Los que hemos estado en el Legislativo sabemos que las necesidades siempre son mayores a los recursos disponibles. Y aunque vaya el reconocimiento a los institutos de investigaciones legislativas, por la cantidad y calidad de su producción, todos sabemos que hay estudios que están fuera de su alcance por razones de presupuesto, tiempo, recursos humanos o alcance geográfico. Información que frecuentemente se encuentra en manos de los ciudadanos y/o empresas a quienes esa legislación está enfocada en regular. Nadie conoce mejor el negocio que el que se dedica al mismo. Así que vamos ganando eficiencia también en esto y sumemos esfuerzos por un México que, al final del día, es uno solo.

EN PERSPECTIVA, con el colapso del sistema corporativista, el cabildeo hace posible que un número mayor de organizaciones y grupos representativos de la sociedad participen en los procesos legislativos de consulta. En ese sentido, el cabildeo abona legitimidad y gobernabilidad a la democracia directa, que impulsa la Cuarta Transformación, en la toma de las decisiones públicas.

Fuenteovejuna

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No cabe duda de que vivimos tiempos inéditos en la política mexicana.

Tenemos por primera vez a una coalición encabezada por Andrés Manuel López Obrador que amalgama a fuerzas y a actores de todos los signos, historias y trayectorias posibles. Participa gente de notable seriedad y prestigio internacional, y otros cuantos exconvictos, strippers y personajes de muy dudoso pasado.

Esto es una realidad, fue la abrumadora voluntad popular la que decidió que ellos nos gobernarán. Y como dice el propio presidente electo, Andrés Manuel López Obrador: “Ahora soy el presidente de todos los mexicanos”. Y qué decir si, en efecto, “El pueblo es sabio, nunca se equivoca” y “A lo hecho pecho”.

Inédito también ha sido el hiperactivismo que ha mantenido NUESTRO PRESIDENTE ELECTO e inverosímil el repliegue absoluto del gobierno federal en funciones. Algunos comentan que no se sabe qué esperar el 1º de diciembre, cuando formalmente ocurra la transición de poderes: si un discurso más de la visión mesiánica del nuevo presidente o, de plano, si será su Primer Informe de Gobierno. Estoy ansioso de conocer la manera en que se ejerció el presupuesto entregado al Equipo de Transición y su adecuada comprobación. Y también me gustaría que el Poder Judicial y la Secretaría de la Función Pública se pronunciaran sobre el carácter que guardan los ciudadanos que han abrevado de ese presupuesto de transición. ¿Son servidores públicos o no lo son? Y, en consecuencia, ¿están sujetos a los derechos y obligaciones que impone la ley a la burocracia o no?

nuevo gobierno
Conferencia de prensa sobre el NAICM, agosto 2018 (Foto: Notimex).

Es un hecho que los mexicanos conoceremos una forma de gobernar sin precedentes. La institucionalidad presidencial se ha quitado la corbata y se ha bajado del pedestal. ¿Es esto bueno o no? Está por verse, en tiempos en que parece que lo único que conserva el respeto general, tal vez, es la Virgen de Guadalupe. Y eso sólo entre algunos.

De pronto parece que, tantos años en campaña de nuestro presidente electo, lo han llevado a decir una frase precisa para cuestionar cada una de sus propias acciones. Por ejemplo, es el caso del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) y la consulta popular que organiza. Ha dicho Andrés Manuel López Obrador: “Al margen de la ley, nada; por encima de la ley, nadie”. ¿Resiste la prueba de tan deseables conceptos, la organización de la consulta popular sobre el caso de referencia? Tal parece que no.

Claramente la consulta popular sobre el NAICM no resiste la prueba de legalidad, pues si bien la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos prevé la figura de “consulta popular”, especifica que esta consulta deber ser convocada por el Congreso de la Unión a petición del presidente de la República. Después la Suprema Corte de Justicia de la Nación debe resolver la constitucionalidad de la materia de consulta; y, finalmente, es el Instituto Nacional Electoral el encargado de organizarla y declarar los resultados.

Sin embargo, es claro que la consulta popular va, pese a las evidentes objeciones legales y técnicas. Así que, ¿en qué quedamos señor presidente electo? EN PERSPECTIVA, aquello de “Al margen de la ley, nada; por encima de la ley, nadie”, ¿era puro discurso de campaña?

El linchamiento de Rousseau

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Estimado lector, como usted sabe, estamos a menos de dos meses del relevo en el Ejecutivo Federal y, como consecuencia, en toda la Administración Pública Federal Centralizada; impactando colateralmente a todos los organismos y empresas dependientes de ésta, y en algún grado, incluso a las designaciones futuras en los órganos autónomos del Estado mexicano.

Por primera vez en la historia llega al gobierno federal mexicano un líder y partido de izquierda en alternancia por la vía democrática. Y lo hace con una aplastante mayoría de más de 30 puntos, controlando el Congreso Federal y diversos estados de la federación.

La promesa, la amenaza o el compromiso de una “Cuarta Transformación” es real en la medida que se cuenta con el control institucional, de aquellas mismas que en su momento fueron mandadas al diablo, para jurídicamente implementar un verdadero golpe de timón en el curso de la República.

mayoría de Morena
Congreso federal (Foto: Cuartoscuro).

Diversos medios de comunicación han dado signo de un vergonzoso sometimiento que trae a la memoria la restauración del viejo régimen semi-autoritario del Partido Revolucionario Institucional. La cargada no se ha hecho esperar y está vaciando partidos de todos los signos que se suman al ganador en espera de obtener algún espacio, alguna cuota o alguna prerrogativa.

Lo anterior nos debe llevar a la reflexión de, como dijera Jean-Jacques Rousseau, qué tipo de “Contrato Social” tenemos y queremos. Un documento que pese a su antigüedad sigue siendo un pilar del pensamiento político universal.

La realidad es que lo dicho hasta ahora por el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, parece ser la punta del iceberg. Ha mencionado un cambio de régimen, pero no ha quedado claro la dirección o perfil que este régimen tendrá. Hasta hace muy poco, cuando se hablaba entre los especialistas de un posible cambio de régimen, se consideraba fundamentalmente el tránsito hacia un sistema semi-presidencialista, con el acotamiento del Poder Ejecutivo y el fortalecimiento del Poder Legislativo y el federalismo. En algún grado la creación de los órganos autónomos son signos de esa ruta en la transformación del régimen.

Sin embargo, lo que parece avecinarse es exactamente lo contrario, un nuevo fortalecimiento del Poder Ejecutivo Federal en detrimento de los otros dos poderes federales, e incluso una mayor centralización que anule en la práctica el pacto federal de por sí siempre débil.

próximo presidente
Andrés Manuel López Obrador (Foto: AM de Querétaro).

Retomando a Rousseau, ante este panorama deben preocuparnos la preservación de lo que él llamaba los “derechos políticos del hombre”, los que hoy llamamos derechos humanos: la libertad, en todas sus formas; la justicia, pronta y expedita; y el sentido humano, ante la realidad de un cambio de régimen cuya forma última desconocemos.

Rousseau opina que la democracia es una forma tan perfecta de gobierno que no se da nunca en su forma pura, “un gobierno tan perfecto no es propio de hombres”. Afirma que, para lograr una institución duradera, no se debe pensar en hacerla eterna. Aquí cabe reflexionar, si la insistencia del presidente electo por transitar de una democracia representativa a una participativa será el vehículo para legitimar vía referéndum, plebiscito e iniciativas populares, aquellos proyectos cuya responsabilidad es del Poder Ejecutivo, pero convenga responsabilizar al pueblo como el “Gran Soberano” y decisor final.

No obstante, recordemos que en la democracia las decisiones se toman por mayoría, simple o calificada, según el caso en las leyes vigentes. Y observando el bajo perfil del comportamiento de nuestros legisladores, no puedo más que preocuparme al vislumbrar a nuestro próximo presidente electo escudado en su mayoría legislativa leal o en el “Gran Soberano” para la toma de las difíciles decisiones futuras.

Soy parte de ese pueblo que en los últimos 26 años ha realizado 366 linchamientos en diferentes estados, principalmente en la zona centro-sur del país. Lo que nos lleva a una tasa anual de 16 linchamientos por año. Esto es, nuestro presidente electo habrá de impedir tendencialmente 96 asesinatos colectivos durante su mandato. ¿Cuán sofisticada es la cultura política de una ciudadanía capaz del linchamiento como para asumir tales responsabilidades?

¿Por qué ocurren estos fenómenos de máxima barbarie? Según el Observatorio Nacional Ciudadano, los linchamientos sobrevienen porque la gente no tiene confianza en las autoridades y deciden tomar la justicia por propia mano. ¿Podrá nuestro presidente electo lograr estos profundos cambios? ¿Acaso la Gran “Cuarta Transformación” modelará a ese ciudadano ejemplar, responsable e informado apto para cargar en sus espaldas con tan graves decisiones?

Les he de ser honesto, tengo miedo. No sólo por las malas decisiones que puedan venir, sino por el mecanismo de impunidad que parece estarse construyendo para evadir las correspondientes responsabilidades.

filósofo francés
Jean-Jacques Rousseau (1712 – 1778).

En estos días, revisando los textos de Jean-Jacques Rousseau, estoy seguro que de presentarse hoy en la plaza pública y compartiera con franqueza sus ideas como:

“el gobierno (…) y las leyes extienden guirnaldas (…) sobre las cadenas que los atan, anulan en los hombres el sentimiento de libertad original, para el que parecían haber nacido, y les hacen amar su esclavitud”.

Finalmente, EN PERSPECTIVA, asistiríamos a “El linchamiento de Rousseau”, por “El Gran Soberano”. Espero equivocarme. Hasta la próxima.

Tu Zona de Aprendizaje

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Qué tal, estimado lector:

Como lo prometido es deuda, aquí una segunda columna que, en seguimiento a la previa titulada “Zona de Confort”, trata sobre la “Zona de Aprendizaje” y la “Zona de Pánico”. En esta ocasión continuaremos la reflexión sobre un par de conceptos que en sintonía con los de “Zona de Confort”, bien pueden sernos útiles para mejorar nuestra calidad de vida.

Recapitulando un poco, todos sabemos que tenemos una línea de vida en la cual atrás está nuestro pasado, éste es nuestro presente, y al frente está nuestro futuro. Sin embargo, al definir cómo quisiéramos que fuera nuestro futuro, la respuesta no es tan sencilla.

Ya hemos hablado del concepto “Zona de Confort” como la zona metafórica donde estás cuando te mueves en un entorno que dominas. Pero ahora hablaremos de la “Zona de Aprendizaje”, misma que se encuentra alrededor de la “Zona de Confort”. Ésta es la zona a la que sales para ampliar tu visión del mundo. Y lo haces cuando aprendes nuevos idiomas, viajas por el mundo, tienes nuevas sensaciones, enriqueces tus puntos de vista, modificas tus hábitos, conoces otras culturas, aprendes nuevas disciplinas o te encuentras con nuevos clientes. Es la zona donde observar, experimentar, comparar, y aprender, sucede. Hay personas a las que esto les apasiona y por ello frecuentan su “Zona de Aprendizaje”.

En cambio, a otras personas les asusta, y para evitarlo se mueven únicamente dentro de su “Zona de Confort”. Salir de ella lo consideran un peligro.

Ahora bien, más allá de tu “Zona de Aprendizaje” se encuentra la “Zona de Pánico” o la zona de no experiencia. Aquellos que no quieren que la transites, y suelen ser los que nunca salen de su “Zona de Confort”, dicen que es la zona donde pueden ocurrirte cosas gravísimas. Es como señala la leyenda de “Finisterra”:  No salgas que va a ser terrible, más allá se acaba el mundo, si te sale mal algo. Pero, ¿y si te sale bien? Esto último lo dicen sólo aquellos que consideran que esta zona es en realidad la “Zona Mágica”, la zona en la cual te pueden ocurrir cosas maravillosas, que aún no conoces porque todavía no has estado ahí. Es la zona de los grandes retos. Hay personas que creen que si salen a la “Zona Mágica” no podrán volver a atrás, que su “Zona de Confort” desaparece. Esto es falso. Al salir lo que sucede es que extienden su zona de confort y aprendizaje. Cambiar no significa que pierdas lo que tenías. Significa que añades. El cambio es en realidad “Desarrollo”. Esto podría parecer miedo a lo desconocido, pero en realidad es miedo a perder lo que tienes, o aún peor, a perder lo que eres.

aprendizaje
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Lo siguiente que tendrás que tomar en cuenta es la “Tensión Emocional” y la “Tensión Creativa”. Operan como dos fuerzas opuestas, la primer tirará de ti hacia tu “Zona de Confort” y la segunda te hará avanzar hacia el exterior. Para poder avanzar tendrás que conseguir que tu motivación salga victoriosa frente a tus miedos. Te toca, en consecuencia, trabajar en la “Tensión Emocional” y, especialmente, los miedos que te provoca salir de tu “Zona de Confort”: “miedo al que dirán”; “miedo a fallar”; al ridículo y a la vergüenza. Deberás reconocerlos y enfrentarlos.

Te preguntarás, “¿cómo puedes hacerlo?”. Como lo aconsejan mis padres: “Cree en ti”. Tú eres el protagonista de tu vida, lo que Tú no decidas lo harán otros por ti. Al gestionar correctamente tus miedos crecerá tu autoestima y ésta te dará una nueva visión de la realidad llena de oportunidades. Así podrás elegir mejor tu objetivo, tener claro cuál es tu sueño, buscar un ¿qué? que te motive. Luego compararás tu punto de partida con tu destino y es fácil que sientas como si encogieras. Es normal, estarás tomando conciencia de lo que te falta por aprender. Te será útil recordar tus orígenes, tus valores y tus principios, y que reflexiones sobre tu misión personal en la vida.

Para ayudarte a mantener tu “Tensión Creativa” y no ceder a la “Tensión Emocional”, será conveniente que pienses en tu misión personal. ¿Que hay más allá de ese sueño? ¿Para qué quieres alcanzar tu sueño? En cuanto transformes tus prejuicios limitantes, confies en ti y en tu sueño, entiendas por qué y para qué lo haces, habrá llegado el momento de pasar a la acción y dejar atrás tu “Zona de Confort”. Experimentarás el placer de aprender a perseguir tus sueños. Puede que al principio te sientas poco competente y vulnerable, y pienses que es arriesgado. No pasa nada. Eres humano y estás aprendiendo. Y, ¡enhorabuena!, estás avanzando hacia tu sueño.

En suma, recuerda que lo que te falta para comenzar a recuperar tu sensación de competencia es regresar a tu “Zona de Confort” por tus recursos personales, que sin duda tienes, y que por las prisas olvidaste. Toma los necesarios, ten paciencia con tu preparación, confianza en tu objetivo, prepara bien tu estrategia, se perseverante y positivo. Y, EN PERSPECTIVA, antes de lo que te imaginas, tu sueño se habrá hecho realidad. ¿Te atreves a soñar?