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Activar resiliencia ante sueños “fallidos”

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“Los malos tiempos tienen un valor científico. Son ocasiones que un buen alumno no se perdería”. Al parecer esta memorable frase del pensador, poeta y escritor estadounidense Ralph Waldo Emerson, la deberían meditar miles y miles de seres humanos que a falta de oportunidades “reales” a trabajos cualificados, conforme sus competencias, se ven impelidos a realizar emigraciones “forzadas” debido a las ingentes condiciones estructurales adversas en los países de origen en diversas partes de nuestro hábitat terrestre.

Como ejemplo de ello –y aquí cerca de nuestros entornos geográficos: Honduras–, las “desgastantes” imágenes generadas en Guatemala en el reciente enero sobre la contención de la primera caravana migrante que se forma espontáneamente y sale desde el triángulo norte centroamericano en busca del “sueño americano” y que, debido más a una “presión” por la supervivencia y el progreso, se aventuran a un camino en el cual obvian riesgos tan latentes como la COVID-19, tráfico de personas, exposición a los riesgos de las corruptelas de los mismos agentes de la seguridad pública durante su tránsito, etc.

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Imagen: Green European Journal.

Como en anteriores columnas he comentado sobre el derecho “natural” del ser humano a migrar, hay un derecho positivo que gestiona quien entra o no a determinado territorio. Bajo mi punto de vista, son las incongruencias del propio fenómeno globalizador pues el mismo potencia lógicas capitalistas de sobreexplotación de recursos y de los “cuerpos” humanos, generando en consecuencia una sobreacumulación de capital que produce una deshumanización en la convivencia; producto de la progresiva intensidad en las asimetrías que se han ido gestando “desde siempre”, pues a través de los tiempos la historia no hace más que reflejar la pervivencia de grupos dominados por élites gobernantes en contubernio con poderosos grupos económicos que se “alimentan” de favores desde la gestión de los territorios o países.

Ahora bien, como he manifestado en el principio de este escrito, me parece interesante el hecho de que todo está regido por movimientos ondulatorios –que hoy se gestionan de una forma y mañana de otra dependiendo de los propios condicionamientos contextuales– en las relaciones humanas y de ello puede aprender el conjunto de ciudadanos “excluidos” del desarrollo humano para “reinventarse” y entender que todo es producto de lo que yo llamaría “aprendizaje sistemático”. Esto precedido por las propias virtudes y tolerancias individualizadas, pero que luego toman cuerpo en la sociedad, producto de nuestras propias “capacidades” o “actitudes” para “romper” las autónomas barreras intrapersonales que nos “empujan” a la marginalidad.

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Imagen: Migrant Rights.

No cabe duda de que ahora, y particularmente bajo la actual pandemia, todos hemos estado actuando bajo los esquemas resilientes para –a través de prácticas elásticas o flexibilizadas– romper distintos muros desde los propios negocios, gestión política de los estados y ahora sobre todo con la comercialización de las vacunas contra la COVID-19 en donde distintos países del orbe “confían”–a través de sus dignatarios–en las “bondades del mercado”, apuntando a productos inmunizadores contra la actual pandemia por parte de potencias “emergentes” como China y Rusia, desoyendo de esta manera las “recetas” de potencias occidentales.

En definitiva, caminar en resiliencia significa no “ceder” en la conquista del bienestar para uno mismo y para las familias que sufren el “desarraigo” debido a las inclemencias del tiempo económico; y que contras éstas todos podemos trabajar por medio de las máximas de fraternidad y solidaridad que han servido a través de la historia a fomentar lazos para activar acciones a favor del desarrollo humano. 


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El año 2021, crucial para el futuro de la humanidad

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El año 2020 estuvo marcado por la pandemia de la COVID-19, que vino a agudizar las profundas crisis globales en materia económica y social. El año 2021 será crucial para revertir el cada vez más acelerado proceso de destrucción de la naturaleza, mitigar el cambio climático y afrontar las crisis globales económicas y sociales, como la reducción de la desigualdad y el combate a la pobreza.

Dada la aún enorme importancia de Estados Unidos en los asuntos globales, la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca podría ejercer una influencia determinante, en sentido positivo, frente a la problemática global, no sólo ante el cambio climático sino también en la preservación de la democracia, entre otros temas.

En diciembre de 2020, Al Gore, exvicepresidente de Estados Unidos, publicó en el New York Times, un conjunto de reflexiones en torno al cambio del poder presidencial en su país. Comento algunas de sus consideraciones.

El presidente electo, Joe Biden, plantea anunciar el regreso de Estados Unidos al Acuerdo de París, en su toma de posesión, el 20 de enero de 2021. Este Acuerdo fue suscrito en diciembre de 2015 por 194 países, para reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). De esta forma, Estados Unidos retomará el esfuerzo climático como una prioridad estratégica, como también lo está realizando la Unión Europea, China y muchos otros países en el mundo. Desde luego, este esfuerzo del nuevo gobierno estadounidense tendrá que asumirse en el contexto de enfrentar la pandemia de la COVID-19 que fue manejada por el gobierno de Trump con una muy elevada incompetencia e irresponsabilidad.

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Imagen: Washington Times.

Es también fundamental afrontar otras crisis como la del estancamiento para las familias de ingresos medios, por más de 40 años tanto en Estados Unidos como en muchos otros países del mundo; la creciente desigualdad de la riqueza y el ingreso, con altos niveles de pobreza; el racismo estructural; la creciente polarización; el inminente colapso de los acuerdos para el control de las armas nucleares; el cuestionamiento al conocimiento científico; la conducta sin principios de las empresas de medios de comunicación y, la más peligrosa de todas, la crisis climática.

Gore coincide con el Club de Roma al señalar que lo que está frente a nosotros es la oportunidad de construir una más justa y equitativa forma de vida para toda la humanidad. Este potencial nuevo comienzo viene en un momento extraño cuando es posible romper con el pasado, con un dominio completo sobre el futuro. Cuando podríamos alterar el curso de la historia por lo que escojamos hacer con una nueva visión.

Señala Gore que la lucha contra la pandemia es desesperada, pero triunfaremos. Sin embargo, estamos en medio de una batalla por la supervivencia, que no se mide en meses o años sino en siglos o más aún en milenios. Está en juego nuestro lugar en los sistemas ecológicos del planeta, para garantizar no sólo la supervivencia de la civilización sino también la preservación de la rica red de la biodiversidad de la que depende la vida humana.

El rápido descubrimiento de la vacuna pone en evidencia la importancia del conocimiento científico. De forma similar, aun cuando la crisis climática empeora rápidamente, los científicos, ingenieros y líderes empresariales efectúan sorprendentes avances tecnológicos para terminar con la dependencia de los combustibles fósiles mucho antes de lo que se tenía pensado.

Hace dos años, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) advirtió sobre los crecientes efectos hidrometeorológicos y el empeoramiento de las sequías si no se reducen las emisiones de GEI en 45% de los niveles de 2010 para 2030 y al 100% para 2050.

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Imagen: NBC.

El acelerado calentamiento del planeta requiere de un esfuerzo global unificado. En opinión de Al Gore, Biden está en condiciones de fortalecer el compromiso de su país de reducir las emisiones de GEI, bajo el Acuerdo de París, gracias al esfuerzo de las ciudades, los estados y las empresas de la Unión Americana, a pesar de las políticas instrumentadas por el gobierno de Trump.

El costo de la energía solar y de la eólica se ha reducido drásticamente en el mundo. La Agencia Internacional de Energía llama a la energía solar el nuevo rey de los mercados globales de energía y la fuente de electricidad más barata de la historia. En la medida en la que los costos de la energía renovable continúan cayendo, muchas empresas e inversionistas están acelerando sus desinversiones en hidrocarburos antes de que la vida pronosticada del proyecto expire y reemplazándolos con energía solar y eólica.

Cita Gore una declaración de hace veinte años de un ministro del petróleo de Arabia Saudita, “la edad de piedra terminó no porque se acabarán las piedras, y la edad del petróleo va a terminar no porque se acabe el petróleo”.

Muchos inversionistas globales llegaron a la misma conclusión y están cambiando sus inversiones de negocios que destruyen la naturaleza a soluciones sustentables. La presión no viene únicamente del mundo de la ciencia sino cada vez más de los principales fondos de inversión del mundo. Recientemente, 30 fondos de inversión anunciaron 9 trillones de dólares para proyectos de emisiones netas de cero carbón para 2050. A su vez, Exxon-Mobil y BP han efectuado fuertes desinversiones en la industria de los hidrocarburos y esta última hace crecientes inversiones en proyectos de energía limpia.

En los últimos meses, varios líderes mundiales han promovido importantes iniciativas. Ursula von der Leyen anunció que la Unión Europea va a reducir las emisiones de GEI en 55% en los próximos nueve años. Xi Jinping ha declarado que China tendrá emisiones netas de cero carbón, a más tardar en 2060. Los líderes de Japón y Corea del Sur se han sumado a este esfuerzo.

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Imagen: Axios.

Cabe señalar que el costo de las baterías para autos eléctricos ha disminuido en 89% en la última década y, según Bloomberg, este tipo de vehículos tendrán en 2 años un precio similar a los vehículos de combustión interna.

En este nuevo contexto global, Biden ha planteado la descarbonización de la electricidad para 2035 como un aspecto central para su plan económico.

Con la necesidad de crear millones de nuevos empleos para recuperar la economía dañada por la pandemia, los negocios sustentables están entre los que pueden crear más empleos.

Pero todos estos esfuerzos pueden ser insuficientes. La crisis climática está agudizándose más rápido que las soluciones que se están desplegando.

En noviembre de este año todos los signatarios del Acuerdo de París se encontrarán en Glasgow, Escocia, con el compromiso de reducir a mayor velocidad las emisiones de GEI de lo que se planteó en el Acuerdo de París. Habrá un mejor monitoreo que medirá las emisiones de GEI en el mundo con datos actualizados cada 6 horas. Así, los países no tendrán excusas para fallar en sus compromisos en relación con la reducción de emisiones de GEI. Como en la pandemia, en materia de cambio climático el conocimiento científico será nuestra salvación. Pero falta mucho trabajo político por realizar. No sólo hay que vencer los obstáculos de los intereses creados. También hay que luchar contra la estulticia.


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Guerra Fría XXI: China

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Comenzamos el siglo XXI con el claro y consistente declive de los Estados Unidos de América como la única superpotencia global. Una década después, queda claro que el nuevo orden multipolar que consideraba al menos a la Unión Europea, Rusia y China, está dando paso a un claro dominio de este último sobre los demás.

Al término de la administración de Donald Trump, en el contexto de la pandemia del SARS-CoV2, la tención bilateral sino americana alcanzó su nivel más alto, llevando a la relación a su mínimo histórico desde el restablecimiento de las relaciones diplomáticas hace cuatro décadas. Incluso “Trump culpa a China por la pandemia y la contaminación global”, con lo que equipara la diseminación de la pandemia con los ataques a Pearl Harbor o a las Torres Gemelas, de lo cual responsabilizó abiertamente a China. Lo que hace que el año 2021, aun con el cambio de administración encabezada por Joe Biden, sea un año muy peligroso para la paz mundial.

Lo que es un hecho incontrovertible es que los dos países más poderosos del planeta se están adentrando en un conflicto cada vez más profundo. Incluso algunos analistas lo describen como “una Nueva Guerra Fría”.

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Imagen: Semana.

Sin embargo, esta nueva guerra fría tendrá sus propios rasgos, muy diferentes a la lucha por el dominio global que experimentó Estados Unidos frente al gran vencedor de la Segunda Guerra Mundial: la Unión Soviética. Y que no obstante, este conflicto por el dominio mundial tiene el poder de modelar, mucho más que el anterior, los rasgos de la nueva era en el campo económico, político y militar. Un periodo histórico que previsiblemente se extenderá a lo largo de todo el siglo XXI.

Entre las particularidades de la nueva era promovida por China está un pragmatismo inusual para localizar sus inversiones y abrir canales comerciales para su creciente producción industrial. Especialmente cuando “La economía de China se prepara a superar a la de EU antes de tiempo debido al COVID”, según el Centro de Investigación Económica y Empresarial (CBER, por sus siglas en inglés). La novedad es que estas oportunidades no vienen condicionadas a la exigencia de un sistema político en particular ni a estándares de respeto a los derechos humanos internacionalmente reconocidos. Lo que ha resultado un interesante atractivo para países con modelos de gobierno autoritarios del Medio Oriente a Latinoamérica, pasando por su creciente influencia en todo el continente africano. Incluso la “UE da respaldo político al acuerdo con China sobre inversiones”, lo cual es un audaz movimiento de ambas partes  antes de la llegada de Joe Biden a la presidencia de Estados Unidos, quien no obstante ya ha expresado su preocupación por dicho acuerdo.

EN PERSPECTIVA, la realidad a la cual habrán de confrontarse los países del mundo en el siglo XXI, particularmente los históricos aliados de los Estados Unidos de América, es si su política exterior se plegará a sus intereses económicos y geopolíticos, o se mantendrán apegados a los principios y valores construidos a la sombra del multilateralismo emergente en la cada vez más lejana realidad de la posguerra del siglo XX.

Estimado lector, ¿cuál cree que sea la alternativa mexicana en el siglo XXI?


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Crisis sanitaria arrecia pugna entre Biden y Trump

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Este martes 22 de diciembre, el presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden se dirigió al pueblo estadounidense en su mensaje de cierre de año donde resaltó la situación de actual de la pandemia en su país diciendo: ¨Están por venir los días más oscuros en la batalla contra el COVID-19¨.

Biden, quien asumirá el cargo como presidente el 20 de enero próximo, se mostró esperanzado con la vacuna, pero, a su vez, destacó que la pandemia está lejos de ser controlada.

El próximo presidente de Estados Unidos advirtió a la población sobre la actual situación del virus en el país, y alentó a no relajarse y seguir manteniendo las medidas para evitar más contagios.

Pidió a los americanos paciencia, persistencia y determinación para poder vencer al virus del COVID-19.

De acuerdo con la Universidad John Hopkins, en Estados Unidos desde el inicio del año ya son más de 18 millones de personas que contrajeron el virus y 322 mil 851 han fallecido. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reportó que el país norteamericano registró su pico más alto de contagios en un día el pasado 20 de diciembre con 402 mil 2070.

Por su parte, el presidente, Donald Trump también emitió un mensaje a los estadounidenses retomando el tema del supuesto fraude electoral que le dio la victoria a Biden, afirmó que la pandemia fue utilizada como pretexto por los demócratas para promover el voto por correo y perpetuar ¨la más ilegitima y corrupta elección en la historia de Estados Unidos¨.

Trump señaló al partido demócrata en retrasar la aprobación del paquete económico de US$ 900 mil millones aprobado el pasado lunes y amenazó con vetarlo si no aumenta el monto de cheque directo de US$ 600 a US$ 2,000 por persona o US$ 4,000 por pareja, a lo que la presidente de la Cámara de Representantes, la demócrata, Nancy Pelosi respondió, vía Twitter, que el partido al que ella representa está listo para discutirlo esta semana por consentimiento unánime.

Por otra parte, en un comunicado emitido la mañana de este miércoles, el Departamento de Defensa de Estados Unidos calificó de ¨evidentemente falsas¨ las acusaciones de Joe Biden, hechas en el mismo mensaje de cierre de año desde Delaware, sobre que la actual administración de ese departamento no ha ofrecido la información necesaria a su equipo de trabajo que entrará en funciones en enero.

Biden se mostró preocupado por la situación de ciberataques por parte de Rusia y China que han afectado a Estados Unidos.

Pero de acuerdo con un alto funcionario del Departamento de Defensa, el personal del Pentágono ha conducido 163 entrevistas y 181 solicitudes de información por parte de la siguiente administración.

¨El departamento continuará proveyendo la información y juntas necesarias para asegurar la continuidad del gobierno. Como hemos dicho, las reuniones comenzarán a inicios de enero, de hecho, ya las hemos agendado¨, sostuvo el funcionario.

Nueva ley en Nicaragua impide a opositores participar en procesos electorales

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La Asamblea Nacional de Nicaragua aprobó este lunes la Ley de Defensa de los Derechos del pueblo a la Independencia, la Soberanía y la Autodeterminación a la Paz la cual impedirá a opositores al régimen de Daniel Ortega participar en los procesos electorales. La misma, terminó siendo aprobada con 70 votos a favor, todos del Frente Sandinista, 15 en contra y cuatro abstenciones.

Esta nueva ley, que fue enviada por el Ejecutivo el viernes anterior para que fuese discutida con carácter de urgencia en la Asamblea, también contempla que se puedan procesar penalmente a quienes el régimen sandinista considere como ¨golpistas¨ o que atenten contra la soberanía del país centroamericano.

Durante la sesión, el presidente de la Asamblea, Gustavo Porras, quien ha sido sancionado por el gobierno de Estados Unidos, sostuvo: ¨ Ésos que piden sanciones internacionales contra Nicaragua o sus funcionarios, que vayan y sean candidatos en el imperio¨.

La nueva norma busca amordazar a la oposición nicaragüense la cual ha sido acusada, por parte de Ortega, de querer perpetuar un Golpe de Estado en su contra a partir de las protestas que empezaron a suscitarse en ese país en 2018 que, de acuerdo con Amnistía internacional, derivaron en 81 muertes, 868 heridos y 438 detenidos entre el 18 de abril y 28 de mayo de ese año.

Esta aprobación se da en el marco de una contienda electoral programada para noviembre de 2021 y de no haber una fuerza opositora que haga peso al Frente Sandinista de Liberación Nacional, Daniel Ortega tendrá pista libre para ganar su cuarta elección consecutiva y mantenerse como presidente de Nicaragua por otros 5 años, puesto que ocupa desde 2006, y que también ostentó entre 1984 y 1990.

A pesar de estar prohibido en la Constitución de Nicaragua, la administración de Daniel Ortega se ha caracterizado por su nepotismo, Rosario Murillo, esposa de Ortega, es hoy la vicepresidenta de Nicaragua, pero antes de ocupar ese puesto era vocera del Gobierno en donde cumplía funciones como poner y quitar ministros y llevar el control de la propaganda oficial.

Sus hijos forman parte de su junta de asesores presidenciales, en especial Laureano Ortega quien es el asesor de inversiones del gobierno de su padre y quien entregó la concesión a empresas chinas para la construcción de un Canal Interoceánico en Nicaragua, similar al de Panamá, pero el proyecto fue cancelado.

El gobierno de Ortega ha sido sancionado en diversas oportunidades por Estados Unidos en especial durante la administración de Donald Trump, la última fue el mismo día que fue aprobada esta nueva ley, el Departamento del Tesoro estadounidense sancionó este lunes al vicepresidente de la Corte Suprema de Nicaragua, Marvin Ramiro Aguilar, el diputado Wálmaro Antonio Gutiérrez y el comandante de la Policía de León, Fidel De Jesús Domínguez.

Afectados en EU por la pandemia recibirán apoyos

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La pandemia ha estremecido todas las economías del mundo, en especial la de las potencias mundiales como Estados Unidos. En aquella nación se han perdido 22 millones de empleos desde el inicio de la emergencia sanitaria en marzo de este año, casi 18 millones se han contagiado de coronavirus y más de 300 mil han perdido la vida a causa del COVID-19, convirtiéndolo en el primero de la lista a nivel mundial en esas dos categorías.

Ante esto, el Senado en Estados Unidos aprobó, en la mañana del lunes 21 de diciembre, un segundo paquete económico de casi un billón de dólares con el fin principal de ofrecer un apoyo directo a los principales afectados durante la pandemia.

Este paquete de estímulo a la economía norteamericana se suma al ya aprobado el 27 de marzo del presente año cuando el gobierno federal liberó una ley de estímulo fiscal por 2 billones de dólares con el que se beneficiaron, en su momento, cerca de 150 millones de estadounidenses afectados por la crisis económica y sanitaria.

Los desempleados por la pandemia, quienes a partir del 26 de diciembre iban a dejar de recibir los beneficios del primer paquete económico que se aprobó, percibirán un bono de seguro de desempleo por 300 dólares, además se extiende el plazo por un mes más a inquilinos en situación moratoria con el objetivo de evitar desalojos y un cheque de estímulo por 600 dólares. Todo esto entrará en vigor el 26 de diciembre próximo.  

De igual forma, en este último paquete económico, se incluye la aportación a pequeñas empresas a partir de subsidios, escuelas y quienes ofrecen servicios de salud, sumado al dinero que será destinado a la producción y distribución de la vacuna contra la COVID-19.

En lo que va de 2020, para combatir la crisis de la COVID-19, Estados Unidos ha destinado 2.6 trillones de dólares del presupuesto federal, de los cuales se han gastado 1.6 trillones de dólares, pero se prometieron utilizar 1.8 trillones al cierre del año.

Curiosamente, el departamento de Salud y Servicios Humanos fue el cuarto en el rubro de más recursos empleados durante este año, gastando 113 billones de dólares, a pesar de la crisis sanitaria y sobreocupación que existe en los hospitales a lo ancho y largo de la unión americana.

Por ejemplo, en el estado de California se han contagiado casi 2 millones de personas más que todos los contagiados en España o Alemania, además cerca 23 mil han muerto a causa del virus, es decir, 80 personas han muerto diariamente desde que el presidente Donald Trump declaró la emergencia sanitaria el pasado 13 de marzo.

El departamento de Salud fue ampliamente superado por el primer puesto, el departamento del Tesoro que utilizaron una suma superior a los 577 billones de dólares, el 36% del 1.6 trillones que ha gastado el país.

Todo esto, en medio de una crisis económica global que pueda seguir viéndose afectada por la detección de una nueva cepa de coronavirus en Reino Unido que, según afirman las autoridades de la nación británica, parece propagarse de forma más rápida que la versión original, lo que ha obligado al cierre de todo tipo de negocios no esenciales y la prohibición de reuniones por navidad.

Otro cierre de actividades para Estados Unidos sería catastrófico para su economía, la cual se contraerá en un 4,3% al cierre de 2020 según las estimaciones realizadas en octubre por el Fondo Monetario Internacional.

El coronavirus sigue devastando las vidas y economías las economías de países emergentes y potencias mundiales sin ninguna discriminación, todos se han visto afectados por esta situación inédita.

Para el presidente electo, Joe Biden, al momento de asumir su mandato tendrá un reto importante al tratar transmitir la seguridad financiera que muchos estadounidenses necesitan, pero por sobretodo una seguridad a la vida garantizándoles acceso a la salud ante esta emergencia.

En carne propia: La Invasión a Panamá, 1989

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“La única verdad es la realidad”.
Juan Domingo Perón.

Eran las 11:50 de la noche del día 19 de diciembre de 1989. Ya estaba dormido cuando sonó el teléfono, era la señora Araceli. Sus primeras palabras no las entendí y tuve que volver a preguntarle qué me decía. Aparentó más calma, pero aún así le seguía escuchando muy angustiada, como si quisiera decir muchas cosas al mismo tiempo; las palabras se tropezaban unas con otras. Me imaginé una montaña de palabras que se vertían en forma de avalancha que me caían encima. También me angustié.

De su casa (en el área de Panamá Viejo) a mi casa me tomaba unos 30 minutos para llegar y ver qué le sucedía. Era más rápido calmarla y escucharla. Para cuando le entendí se escuchaba un sonido estremecedor no experimentado por nosotros. ¡Son los gringos, los gringos, están invadiendo Panamá! Gritó la mujer. En efecto era la invasión del ejército norteamericano en marcha, a la que le nombraron “Panama, Just Cause”, la Causa Justa por Panamá.

Surgió entonces una pena profunda que se mezclaba con miedo. Fue un sentimiento aterrador que generaba una conmoción dual que hacía pensar que se acababa la patria; al mismo tiempo que surgía la impotencia y el deseo de querer defender aquel sentido de pertenencia, que durante las décadas de los 70 y 80 nos habían inculcado en la escuela. ¡Qué sensación más extraña, inexplicable! Miedo y dolor, dolor y miedo.

invasion panama

Era luna nueva, aún así se divisaban entre las nubes unas siluetas como de aves gigantescas que sobrevolaban el territorio panameño. El 20 de diciembre de 1989, los panameños vivían el ataque más cruel que los Estados Unidos habían generado entre otros momentos nefastos que ya se habían vivido a través de la historia –como la matanza del 9 de enero de 1964 (que en este 2020 se cumplieron 56 años de luto), cuando fueron asesinadas 22 personas y hubo más de 500 heridos–. En esta ocasión (1989), toda la ciudad y otras partes del país vivimos literalmente las imágenes de la Europa de inicios de los años 40 con la Segunda Guerra mundial.

¡Qué dolor, qué tristeza! Por doquier había muertos, heridos, lágrimas. El país más poderoso con un ejército cuya capacidad objetiva de ganar era indiscutible, atacaba inmisericorde y ventajosamente a uno de los países más pequeños del planeta, con poco más de dos millones y medio de habitantes en ese entonces.

Estados Unidos mantenía su ambicioso plan de ser dueño del globo terráqueo. En el medio oriente (Irak, Irán, Arabia, Kuwait, Afganistán) donde están grandes reservas petroleras, para Estados Unidos es toral mantener el control de la zona para poder tener más dominio sobre el mundo. Por lo mismo hicieron todo lo bélicamente posible para tomarse esa región. Saddam Hussein había dicho que si la nación norteamericana  invadía a Irak, daría “La madre de todas las batallas”.

El ejército gringo requería ajustar las armas antes de ir al Golfo Pérsico, así pusieron en práctica su nuevo armamento en Panamá, para evitar errores después. Serían dos pájaros caídos con el mismo tiro. Quitaban del medio a Manuel Antonio Noriega que encabeza oportunistamente la lucha nacionalista por la reivindicación del Canal y con ello la soberanía nacional lograda tras la firma del Tratado Torrijos-Carter, pues los norteamericanos no querían salir de la quinta frontera sembrada en las entrañas de Panamá. Y el otro asunto era tomarse el Medio Oriente.

invasion panama

El Tío Sam, tenía que lograr su objetivo estratégico, por ello en Panamá hubo miles de muertos, pues hubo también muchos errores porque no habían ajustado el rayo láser de su destructor estrella aéreo apodado Nighthawk; un avión que, por sus características tecnológicas de alta sofisticación, se hacía invisible a los radares.

Fueron muy pocos días de guerra. Llegaron con nuevos tanques, vehículos Hummer, los Cazas Furtivos F-117 (con láser); con capacidad de volar sin ser escuchados ni detectados por radar, usaron también los Seath Bomber y bombarderos B-52 y C-130. Cuando invadieron casi acabaron la ciudad con su equipo láser y sus bombas.

Volaron helicópteros Apaches, los Cobra y más de 25 mil soldados con todo su innovador atuendo que consistía en visores nocturnos y chalecos antibalas nunca antes utilizados. Era el Comando Sur en todo su apogeo militar contra un minúsculo país latinoamericano con apenas diez mil efectivos militares en todo el país; sin fuerza aérea, sin marina. Preparados sí con entrenamiento físico, táctico y estratégico, pero sin ninguna experiencia de guerra real.

De acuerdo a informaciones, en la ciudad de Panamá hubo fuertes explosiones que fueron atribuidas a más de 415 bombas durante toda la madrugada del 20, toda la mañana y parte de la tarde. Fueron horas de bombardeo y disparos contra la población civil. El propósito era reducir al pequeño ejército panameño, a la vez que amedrentaban a los ciudadanos para que no salieran a defender su territorio e integridad nacional.

Llegaron a mi mente las imágenes de la II Guerra Mundial. Pero no era imaginación, ni ficción. Era el mismo ejército que encabezara David Eisenhower, en la invasión a Normandía en 1944, para la liberación alemana del fascista Adolfo Hitler.

fosas en panama

Antes de la invasión, Panamá vivía su propia realidad con la que tampoco yo estaba de acuerdo porque había excesos de poder desde todos los ángulos. La corrupción entre gobernantes y empresarios era cotidiana. Se había extendido el trasiego ilícito de drogas y armas, los problemas estructurales y la pérdida de valores eran la inclinación. Aún así, estoy convencido que la solución no era la invasión. El objetivo fue desarticular el sistema nacionalista que se pretendía instaurar en Panamá. La ganancia colateral fue probar sus armas e intimidar a los adversarios como una gran exhibición cobarde del “Gran Hermano”.

Se le atribuyeron todos los males al depuesto general Manuel Antonio Noriega, quien también era en ese momento Jefe de Gobierno del Estado con plenos poderes. Tal título fue una estrategia de sus adeptos, para que –de ser necesario– tuviera capacidad de convocatoria para el apoyo internacional. Pero tal nombramiento no le importó a George Bush padre, presidente de los Estados Unidos, quien estaba convencido de que si requerían voltear al país al revés lo haría. ¡Y lo hicieron!

El día 20 de diciembre de 1989, miles de personas, como mi padre y yo, salimos a las calles. Eran las 10:30 de la mañana, nadie había dormido por el miedo y por esa experiencia extraña en que veíamos que el país se acababa poco a poco, no únicamente por los edificios, calles y casas arrasadas; eran todos los muertos abandonados en las calles, el saqueo.

El 19 de diciembre del año de la pandemia (este 2020) se suman treinta y un años de esa brutalidad despiadada. Más de cuatro mil muertos en tres días; muchos de ellos fueron sepultados en fosas comunes encontradas después.

¡Cuánto sufrimiento ha tenido el país canalero! Y todo porque sin ser un país acaudalado con recursos naturales, el universo le regaló su posición táctica y estratégica para abrigar el Canal de Panamá.

aniversario invasion panama

Que si los panameños tienen que agradecerle a los norteamericanos esa maravilla ingenieril que le ha permitido su desarrollo de hoy; entonces ellos tienen que agradecer de por vida a los panameños su desarrollo y hegemonía porque ha sido a través de las aguas panameñas, primero por el río Chagres (que alimenta el Canal) para pasar el oro de California hacia Washington D.C., es decir del océano Atlántico al Pacífico y viceversa, luego que James Marshall encontró las pepitas de oro a las orillas del río americano en California (el 24 de enero de 1848).

Después de ello se difuminó la gran noticia y empezó el desenfreno por la ambición materialista. El espacio por el que muchos pasaron fue por el río Chagres, que luego se convirtió en la afluente más importante que abastece el Canal, por el que han pasado miles y miles de barcos durante más de cien años.

De esa forma, por ser Panamá la parte más angosta del continente, el desarrollo de los Estados Unidos de América, fue mucho más rápido, eficiente y eficaz su progreso, teniendo con ello un gran privilegio gracias a Panamá. De lo contrario, y con seguridad, hoy otro fuera su destino.

En Panamá la gente es noble. No, no hay rabia, no hay rencor ni venganza, nadie habla de ser revanchista. Y la verdad tampoco hay ni las ganas ni los recursos mínimos para siquiera pensar en una embestida. En ese entonces, cuando la invasión de 1989, muchos creímos que tendrían que acabar a cada panameño porque el sentimiento de patria de los panameños montados sobre las alas del águila arpía, que los representa en su escudo nacional, era más grande que la soberbia del águila imperial norteamericana.

Cuando muchos estaban dispuestos a lo que fuera hasta las últimas consecuencias, los gringos lograron su objetivo táctico, la entrega y rendición total de Manuel Antonio Noriega. Ese día se bajaron las calenturas nacionalistas y se lo llevaron.

Estoy seguro de que –a estas alturas y 31 años después–, mucha gente se estará preguntando si habrá valido la pena el sacrificio de los miles de muertos inocentes, y en todo caso ¿cómo justificar la invasión a Panamá? Ojalá que este ejemplo le sirva al mundo para no permitirse el lujo de no hacer nada y esperar que en nuestros países gobiernen políticos que sólo viven para acrecentar sus arcas, su poder y su ambición. Por otro lado, ya no hay odio, pero sigue habiendo mucho dolor.


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Biden a la Casa Blanca

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El demócrata Joe Biden será el presidente número 46 de los Estados Unidos.

El Colegio Electoral le dio el triunfo en el estado de Pensilvania donde obtuvo 20 votos electorales para sumar 273 (270 eran los votos necesarios) contra 214 del republicano Donald Trump, quien vio frustradas sus aspiraciones para reelegirse 4 años más.

“Me honra que me hayan elegido, seré un presidente de todos”, dijo Biden.

Esta contienda electoral fue una de las más reñidas e impugnadas en los Estados Unidos, pues Trump acusó fraude desde el mismo día de las elecciones el pasado martes 3 de noviembre, aunque nunca comprobó sus acusaciones.

Trump desconoció el triunfo de Biden y reiteró que acudirá a los tribunales a impugnar el proceso electoral.

Al conocer su triunfo, Biden aseguró que combatirá la pandemia del COVID-19, promoverá una reforma migratoria, reactivará la economía y retomará el Acuerdo de París contra el cambio climático, entre otras acciones.