El Internet llegó para revolucionar todos los aspectos de nuestra vida. Los medios que utilizamos para navegar evolucionan de acuerdo a las necesidades de los usuarios, los dispositivos móviles han llegado para convertirse en el medio más popular para navegar y la mejor opción para estar siempre conectados.
Ciudad de México.- El Informe Global de Internet 2015 señala que la tecnología móvil ha transformado el acceso y uso de Internet; estima que las personas acceden cada vez más a Internet a través de dispositivos móviles; más de tres millones están conectadas de manera constante, para ciento de millones es el único medio de conexión a Internet.
El reporte destaca que al menos 192 países tienen redes 3G activas que cubren el 50% de la población mundial. Para 2019 se proyecta que crecerá 71% la penetración de Internet móvil, resultando con ello que se triplique el uso de dispositivos móviles.
La Sociedad de Internet señaló que a pesar de haber al menos cinco plataformas móviles, Android tiene 84% del mercado de Smartphones y el 72% de tabletas. A su vez, 94% de la población mundial tiene acceso a un teléfono móvil, mientras que el 48% cuenta con banda ancha y el 28% está suscrito a servicios de Internet móvil.
De igual forma, más del 80% de tiempo en línea en el dispositivo se consume en aplicaciones, en lugar de un navegador, incluso en la navegación de escritorio; esto se traduce en que, los usuarios pasan más tiempo en línea utilizando aplicaciones móviles.
Si bien la brecha digital en todo el mundo se está cerrando con la ayuda móvil, todavía existen algunos desafíos. Y es que dada la disponibilidad de la Internet móvil, la asequibilidad y la falta de contenido relevante ahora son las principales barreras para el acceso a Internet.
Tomando en cuento las variaciones regionales, en la mayoría de los países la disponibilidad de servicios de Internet móvil supera con creces las tasas de adopción, lo que significa que un número relevante de personas que tienen acceso al servicio, no pueden suscribirse a los mismos.
Por María Navarro