Un meteorito que se estrelló en nuestro planeta hace diez años era parte de un planeta que se formó en el antiguo Sistema Solar, tan solo unos pocos millones de años después del nacimiento del Sol.
Llamado Almata Sitta, el meteorito contiene diamantes microscópicos y se determinó que viene de un misterioso planeta que giró alrededor del Sol hace aproximadamente 4,500 millones de años.
Se cree que el planeta era un poco más grande que Mercurio y fue destruido en una colisión cósmica durante los primeros diez millones de años del Sistema Solar.
Fue nombrado Almata Sitta debido a que explotó sobre un lugar llamado así, en Sudán. Pobladores de la ciudad de Wadi Halfa y de una estación de tren en el desierto de Nubia, conocida como ‘Estación Seis’ o Almata Sitta en árabe, informaron haber visto una “bola de fuego” en el cielo cuando el meteorito cayó en la Tierra.
Los diamantes que el meteorito contiene tienen pequeños cristales dentro de ellos. Además de ser extremadamente valiosos, estos diamantes le ofrecen a los científicos una nueva visión sobre la formación de los planetas.
Tras analizar los diamantes, los investigadores encontraron que estos debieron haberse formado a presiones superiores a 20 gigapascales, o 197,385 veces la presión de la atmósfera de la Tierra a nivel del mar.
Esto es equivalente a una fuerza de miles de millones de toneladas de roca empujando hacia abajo desde arriba, una fuerza tan fuerte que debió haber ocurrido en un planeta del tamaño de Mercurio a Marte.
Al llegar a la tierra, Almata Sitta viajaba a más de 44,500 kilómetros por hora, pero explotó y se desintegró en la atmósfera de nuestro planeta, sin causar daños a seres vivos ni pérdidas materiales.
Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista Nature Communications.
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