Los partidos políticos están consientes de cómo llegar a los votantes y es por ello que editan y adaptan los mensajes de campaña en base a las señales cerebrales de las cuales no eres consciente.
Como sacado de una película de ciencia ficción, la neuropolítica es hoy una realidad. Tus expresiones, las señales que recibes de tu entorno y como envías información al cerebro es todo un negocio en la política.
Los partidos políticos están consientes de cómo llegar a los votantes y es por ello que editan y adaptan los mensajes de campaña en base a las señales cerebrales de las cuales no eres consciente.
Uno de los casos más sonados fue el de Cambridge Analytica, compañía que recopiló los datos de millones de usuarios de Facebook para estudiar sus preferencias políticas. Lo anterior, en comparación a la neuropolítica es nada. El objetivo es influenciar el voto de la población.
Reconomiento de microexpresiones
La fundadora y directora de Emotion Research LAB, Maria Pocovi, empleó técnicas de la neurociencia en el campo de la mercadotecnia.
“Usamos reconocimiento facial de emociones y eye tracking (rastreo ocular) para entender cómo la gente siente en la vida real y en tiempo real. Nuestro software captura emociones de cualquier rostro. Algoritmos de análisis facial transforman los datos en emociones”, se puede leer en el sitio web de su compañía.
Con esta tecnología, la cual utiliza algoritmos, se leen seis emociones universales según Paul Ekman: tristeza, felicidad, sorpresa, asco, miedo e ira, 101 emociones secundarias y ocho estados de ánimo con la finalidad de tener un mapa más preciso sobre el comportamiento del objetivo.
En entrevista con la BBC, Pocovi comentó “cuando hablamos de neuropolítica estamos hablando de la posibilidad de comprender mejor el comportamiento de los ciudadanos. Tratamos de descubrir cómo funciona su cerebro. Para eso usamos el reconocimiento facial de emociones”.
Un ejemplo es cuando vemos un spot publicitario de una campaña, la tecnología buscará detectar nuestros movimientos faciales a través de una laptop o un celular que tenga cámara para comprender con profundidad nuestras microexpresiones.
Emociones ocultas
La científica Elizabeth Svoboda habló sobre el tema para la revista tecnológica MIT Technology Review, la cual es publicada por el Instituto de Tecnología de Massachusetts en Estados Unidos.
Svoboda probó el software de Pocovi y dijo al respecto que observó un bebé riendo y sonriendo, mientras que el software monitoreaba sus expresiones.
Al respecto, Svoboda dijo que pensó que sus resultados mostrarían felicidad ya que es madre y los bebés siempre la hacen sonreír. No fue así. El análisis de sus emociones faciales indicó que no estaba feliz. Al pensarlo detenidamente, Svoboda reconoció que el software podría estar en lo cierto, ya que cuando vio el video era la medianoche y estaba sumamente cansada. Lo anterior le hizo pensar que probablemente es muy difícil engañar al sistema.
Impacto de las emociones
En una campaña política, el uso de este software es muy valioso. Algunas de las personas son buenas al leer las emociones de los demás pero no con gran precisión. Estos software están diseñados para medir las pequeñas diferencias que nosotros expresamos inconscientemente.
Gracias a esta tecnología se busca crear un fotograma segundo a segundo para ver la reacción emocional a ciertas campañas políticas o comerciales.
“Hay un gran número de herramientas que los especialistas en neuromarketing pueden utilizar”, afirma Svoboda. “Una que lleva tiempo dando vueltas son los EEG, electrodos que indican la actividad en ciertas partes del cerebro en respuesta al video de un candidato o a sus afirmaciones”.
Otra tecnica son los test de respuesta implícita (IRT) los cuales miden la rapidez con la que la gente reacciona a cierto mensaje, esta herramienta puede resultar muy benéfica para las campañas políticas.
De este modo, los partidos políticos subcontratan empresas encargadas de diseñar algoritmos que puedan leer nuestras expresiones para modificar su discurso político. ¿Crees que es un tipo de manipulación mental?
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