Aunque el vínculo entre los seres humanos y los perros parece una parte natural de la vida, un estudio demuestra que no siempre fue así y tuvieron que pasar miles de años de evolución para que fuera así
Un nuevo estudio ha identificado un marcador genético en los perros que los distingue de los lobos cuando se trata de interactuar con humanos, lo que sugiere que los perros desarrollaron una condición genética a través de la domesticación que hace que sean sociables, informa BBC News.
Según los investigadores, este marcador es el mismo que se encuentra en las personas con síndrome de Williams-Beuren, una condición que esencialmente hace que la gente ama a todos.
En el estudio, que fue dirigido por la bióloga Bridgett von Holdt de la Universidad de Princeton y los investigadores de la Universidad Estatal de Oregón, el equipo puso a prueba a 18 perros domesticados y 10 lobos en cautiverio, acostumbrados a interacción humana, mediante tareas de resolución de problemas.
A los caninos se les dio una caja de rompecabezas que contenía una salchicha, que debían abrir en dos minutos. Pero, una persona estaba presente durante la tarea.
El experimento reveló que los perros eran más propensos a renunciar a la tarea y mirar al humano, mientras que los lobos persistieron y lo resolvieron, independientemente de la presencia de la persona.
En la segunda prueba, se pidió a un participante humano que se sentara dentro de un círculo marcado.
Para la “fase activa”, la persona llamó al animal por su nombre y alentó el contacto, pero no abandonó el círculo. En la “fase pasiva”, se sentaron en el círculo e ignoraron al animal, y solamente miraron hacia el suelo.
Según los investigadores, los perros y los lobos se acercaron a la persona en el círculo de inmediato. Pero, después de unos segundos, los lobos se alejaron.
Los perros, por otro lado, permanecieron al lado de la persona durante largos períodos de tiempo, y esto ocurrió con personas familiares y desconocidas. Después de los experimentos, el equipo recolectó muestras de sangre de los animales.
Utilizando herramientas moleculares para analizar las muestras, el equipo descubrió que los perros domésticos comparten los marcadores genéticos de una persona con síndrome de Williams-Beuren.
En los seres humanos, esta condición se caracteriza por características faciales distintivas, discapacidades cognitivas y tendencias hipersociales.
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“La base genética para la divergencia de comportamiento entre perros y lobos ha sido mal entendida, especialmente en lo que respecta al éxito de los perros en los entornos humanos”, dijo Monique Udell, científico animal en la Universidad Estatal de Oregón.
“Se pensó que durante la domesticación los perros habían desarrollado una forma avanzada de conocimiento social de la que los lobos carecían. Esta nueva evidencia sugiere que los perros en su lugar tienen una condición genética que puede conducir a una motivación exagerada para buscar contacto social en comparación con los lobos”.
Según los investigadores, el descubrimiento añade una nueva comprensión a las diferencias de comportamiento que aparecieron cuando los perros y los lobos comenzaron a divergir miles de años atrás, informa Science Magazine.
Los experimentos mostraron el efecto de la presencia humana en el comportamiento de los animales.