Con una técnica no invasiva, se han analizado 135 piezas consideradas como de las de más calidad en la orfebrería precolombina de América y que están bajo resguardo del Museo de América, en España.
Ciudad de México.- El reto de descubrir cuáles cuáles fueron los materiales, aleaciones y métodos que utilizó la cultura Quimbaya de Colombia, en su desarrollo orfebre de sus piezas de oro entre los años cero a 700 de nuestra era, es algo que la ciencia del siglo XXI afrontará con ayuda de la física.
José Luis Ruvalcaba Sil, investigador del Instituto de Física (IF) de la UNAM, participó con colegas de España y Costa Rica, en un estudio, operado con aceleradores de iones que penetran la superficie de las piezas sin dañarlas, con el que se grandes pasos para saber de los procesos de orfebrería aplicada.
Encabezado por Alicia Perea, especialista en arqueometalurgia del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España, el análisis incluyó varias decenas de las 135 piezas de oro de esa civilización (colección considerada una de las de más calidad en la orfebrería precolombina de América), como figuras humanas, cascos, brazaletes, orejeras, narigueras, varillas y recipientes, entre otras.
El conjunto original, de casi 200 piezas, fue saqueado de dos tumbas en la región de Quindio, en la cordillera andina de Colombia. Luego de adquirirlas, ese gobierno regaló –en 1891– el ajuar funerario a la reina Isabel II de España, como agradecimiento por su apoyo en una querella fronteriza con Venezuela. Desde entonces, 135 piezas del tesoro se conservan en el Museo de América, en Madrid, España.
“Iniciamos el proyecto en el 2000 y tardó varios años en realizarse. Mi doctorado fue sobre desarrollo y estrategias para estudiar técnicas de dorado precolombino con aceleradores de iones como el Pelletron del IF, por eso me invitaron a colaborar en el análisis del tesoro quimbaya, una de las colecciones principales de ese museo”, señaló Ruvalcaba en entrevista.
Con Alicia Perea, experta en orfebrería de oro de la península ibérica, el universitario estableció una estrategia para analizar las piezas en el acelerador de partículas de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), semejante al Pelletron del IF, aunque casi del doble de tamaño y energía.
Se llevaron al laboratorio del Centro de Microanálisis de la UAM; para ello fue necesario obtener un proyecto para cubrir los costos de desplazamiento y seguros de las piezas quimbayas y de una parte de la colección de Costa Rica. También se invitó a Patricia Fernández, del Museo del Oro de ese país centroamericano, especialista en orfebrería. Ese tesoro sudamericano (perteneciente a los años 600 de nuestra era) es contemporáneo a la cultura teotihuacana.
Metalurgia, tarde en Mesoamérica
Aunque no está completamente claro cómo la metalurgia llegó a Mesoamérica (México), aparece de manera tardía –hacia el año 800 de nuestra era– en las regiones que hoy comprenden a Oaxaca y Michoacán.
“Luego tuvieron un desarrollo propio, con tecnologías especializadas en fundición, formas, en el trabajo de los hilos metálicos. Fue un conocimiento importado, quizá también llegaron orfebres de otros sitios. Hay piezas del occidente de nuestro país que podrían ser importadas y en Teotihuacan hay una sola pieza metálica, de cobre, que tiene características de orfebrería centroamericana; era de gran valor, por eso fue ofrendada”, finalizó.