Sin duda, el gasto en ciencia, desarrollo de tecnología e innovación, no llega a ser en realidad un gasto si no constituyen una inversión para el futuro de una nación.
A pesar que han transcurrido ya más de cinco meses desde que el actual Gobierno está ejerciendo el poder, no conocemos bien cuál será su política relacionada a la ciencia. En el Plan de Desarrollo 2019-2024, la investigación merece un párrafo de cinco renglones que de forma confusa e imprecisa, menciona las líneas de acción al respecto, pero sin definir desde luego qué va a suceder. Llama la atención la brevedad con que es tratado este tema –frente a otros como el deporte, o la representación internacional del mismo, que merecen espacios mucho más amplios y precisos–, por cierto tratados inmediatamente antes que la ciencia. De ninguna manera intento menospreciar la importancia de otros aspectos incluido el deporte, pero indudablemente parece existir una asimetría entre varios temas tratados en el Plan de Desarrollo del actual Gobierno.
El Conacyt, una institución creada en 1971 y desarrollada a través de todos estos años, es un organismo público descentralizado, encargado de proponer las políticas en la investigación científica, además de administrar y distribuir los recursos públicos destinados para ello. Siempre ha funcionado de manera insuficiente porque los recursos económicos destinados resultaron escasos, pero de manera satisfactoria dado que conjuntaba y organizaba a los investigadores y sus agrupaciones. Sus labores fundamentales han sido: delinear los estímulos fiscales que se harán a los sectores públicos y privados para el impulso de la ciencia y la tecnología; administrar el Sistema Nacional de Investigadores (SNI); colaborar en los programas de investigación científica y desarrollo tecnológico de las instituciones de educación superior; fomentar la producción de material en los medios de comunicación que estén destinados a la promoción de la ciencia y la tecnología; y otorgar los recursos públicos para el apoyo de estudiantes e investigadores que se encuentren en procesos o proyectos de investigación e innovación. Su fundación sucede durante el gobierno del ex presidente Echeverría, con el Ing. Bravo Ahuja como Secretario de Educación Pública, que es su desarrollador inicial. Bravo Ahuja fue un distinguido ingeniero, investigador, funcionario público, profesor universitario, fundador de instituciones; además del Conacyt, promovió o facilitó la creación de la UAM, fue un priista de cepa. Muchos han sido los logros del Conacyt pero un punto de inflexión fue la creación de Sistema Nacional de Investigadores en 1984 –durante una de las muchas crisis económicas que hemos sufrido–, la investigación y los investigadores sufrían penurias económicas y ante la iniciativa de varios notables, los que destacan Jorge Flores, Salvador Malo y José Sarukhán, el ex presidente De la Madrid da entrada a las propuestas y se crea el Sistema para apoyar a los investigadores y sus proyectos; el articulador del plan fue Jesús Reyes Heroles, el SNI ha funcionado con pulcritud y exitosamente, constituyéndose no solamente en método de apoyo a los investigadores, si no en una forma de calificación o clasificación, siempre por los méritos de su trabajo.
La llegada de María Elena Álvarez-Buylla, como Directora del Conacyt estuvo desde el principio, llena de controversias: los anuncios acerca de restricciones presupuestales, el direccionamiento del dinero a proyectos específicos, que a los investigadores nunca les ha gustado se les indiquen sobre lo que deben que investigar; pero una polémica, aún no concluida, fue la que desató con los nombramientos de algunos de sus subalternos, que al parecer no eran (o no son) investigadores, ni tienen experiencia administrativa, incluida la administración de la ciencia. Diversos investigadores, ya sea individualmente o en los grupos a que pertenecen, buscaron acercamientos con la Dra. Álvarez Buylla, sin conseguirlo, han sido notables las controversias que algunos miembros del Colegio Nacional le han planteado, y que ella no ha contestado.
Nadie podría discutir la calidad de investigadora que es la Dra. Álvarez Buylla, es una bióloga, con maestría y doctorado en prestigiadas instituciones y que ha dedicado largo trecho a la investigación en botánica y ecología. Buscando en PubMed, una plataforma que reúne la mayor cantidad de revistas científicas de publicación periódica y muchos libros que incluye diversas ramas de la ciencia incluidas las Ciencias Sociales, la Dra. Álvarez Buylla aparece como autora de 134 publicaciones. Acentuando aún más sus características, diremos que la nueva Directora del Conacyt es miembro de una familia en que su padre, su madre y su hermano son investigadores distinguidos, a su hermano le otorgaron el Premio Príncipe de Asturias hace unos años. En la UNAM es además miembro del grupo de investigadores dedicados a las Ciencias de la Complejidad. No hay ninguna duda de sus capacidades, de lo que surge una duda razonable es qué va a pasar con la ciencia y cómo participará el Conacyt.
Puestos en el camino y tratando de conocer los conceptos que la ciencia y la utilidad acarrea a una sociedad, me puse a revisar si alguno de los miembros del gabinete tenía publicaciones científicas, una forma de calificar a los investigadores. Busqué en la misma plataforma y sólo el Dr. Jorge Alcocer aparece como autor de 155 trabajos, todos dirigidos a lo que ha sido su interés científico: la inmunología. Ningún otro de los Secretarios de Estado tiene publicaciones en PubMed.
Observando la participación en la ciencia de los miembros del gabinete de Salud, encontré que, quienes ocupan las posiciones subalternas al Secretario o Director General, son notables. Asa Cristina Laurell, Subsecretaria de Integración y Desarrollo del Sector Salud, tiene 29 publicaciones, la mayoría sobre aspectos sociales de los sistemas de salud; Hugo López-Gatell, Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de la Secretaría de Salud, tiene en la plataforma PubMed 32 publicaciones. En el IMSS Mauricio Hernández Ávila, Director de Prestaciones Económicas y Sociales, es un distinguido investigador, prolífico autor que tiene 386 publicaciones registradas, que abarcan un amplio espectro del estudio de la Salud. Víctor Hugo Borja, Director de Prestaciones Médicas, aparece en 90 publicaciones registradas en la plataforma, muchas de ellas, especialmente en los últimos años, estudian la problemática en el primer nivel de atención. Ramiro López Elizalde, Director Normativo en Salud en el ISSSTE, tiene 7 publicaciones, todas al respecto de su especialidad: la neurocirugía. Estoy seguro que todos ellos podrían destacar la importancia de la ciencia, los resultados de la investigación y su repercusión en la solución de los problemas de Salud y en general en todos los problemas de la sociedad. Con los del IMSS no estoy tan seguro porque con los cambios de ayer es posible que no alcanzaran a dar su opinión.
Desde luego, lo irrefutable es que sin apoyo a la ciencia, sin nuevos conocimientos, sin sustento para la generación de nuevas tecnologías, sin apuntalar a la innovación, los logros a corto, mediano y largo plazo serán pobres.
Atinado como siempre el tema y los contenidos que escribe, sin embargo cabe mencionar que el letargo de la reacción y cuestionamiento sobre las políticas en ciencias por los mismos científicos es notable, afortunadamente ya se alza la voz y un poco desafortunado es que se haga en pos de un propósito político.
sin duda las trayectorias y las bases académicas son importantes, aunque no necesariamente implique el involucramiento directo de los autores en los artículos.
a nivel particular dentro del IMSS es absurdo por momentos los dichos separados de la realidad. ya que por una parte exigen satisfacción al 100% de indicadores de investigación y producción científica, y niegan beca o se cierran al apoyo para la realización de proyectos para dar oportunidad a que los médicos hagan maestrías o doctorados. imposibilita y dejan en la indefención para los permisos para acudir a seminarios, diplomados para ingreso a dichos postgrados, toda vez que exigen la formación de dichos postgrados. es un oximoron. se requiere que se voltee a este rubro de otra manera seguirá el instituto con una baja producción científica y podre producción de maestros y doctores en ciencias.
Saludos y gracias Dr Ramiro muy completo y diferente su opinión.
Bravo Dr Ramiro alguien lo tiene que mencionar Muchos saludos y eres la luz al final del túnel. Sofía Scholar MD
Excelente artículo, como siempre gracias Dr Manuel Ramiro.
Es triste qué algunos trabajos que se venían realizando con presupuesto asignado antes dela 4T se encuentren suspendidos o en espera de asignación el recurso para compra de insumos y reactivos para concluir y publicar
Como en otros casos el Sr presidente tiene otros datos, desafortunadamente solo el los tiene y los científicos paradójicamente tendrán que tener sólo fe en este sexenio
Como siempre muy interesante sus comentarios
Desafortunadamente para la 4T, que en realidad es T4 (Transformacion de Cuarta), y aqui el orden de los factores si altera el producto, y el Sr. Lopez, lo unico que importa es el logro político de control de masas, lo demás no, incluyendo la vida y la investigación para el desarrollo, tema que tampoco importa. Con su idelogía de 1906 y cerrazón a la razón, al Sr. Lopez solo le interesa mantener sus programas clientelares y hacer como que hace para implementar en México el sistema socialista bolivariano.
Que bueno que alguien como el Dr. Ramiro alce la voz, pero hay que secundarlo para que el señor de Palacio Nacional abra el cerebrito.
Doctor Ramiro siempre sus artículos están muy bien documentados y de temas variados, es de notar sus grandes conocimientos.
El señor Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, tiene que arreglar, componer a un país que se encuentra en ruinas, como dijo el abogado Santiago Nieto, los anteriores gobiernos “no dejaron piedra sin labrar”, lo cual por supuesto que es cierto.
En casi seis meses del actual gobierno es notable su trabajo, es de esperar y desear que el CONACYT pronto de buenos resultados.