Las personas están destinadas a enamorarse siete veces en la vida
De acuerdo con investigadores mexicanos los humanos estamos biológicamente dispuestos a enamorarnos siete veces en la vida.
Eduardo Calixto González, investigador del Departamento de Neurobiología del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, señaló a Notimex, que el enamoramiento entre personas ocurre a un nivel biológico, muy básico, y el amor implica un proceso más complicado, que implica una decisión.
“Nos enamoramos con 29 áreas cerebrales que dependen de 10 sustancias neuroquímicas”, aseguró el doctor durante la conferencia sobre “el proceso de enamoramiento y el amor en el cerebro: La neurobiología del amor”.
El especialista detalló que señaló que en el proceso de enamoramiento se produce dopamina, adrenalina y endorfina, sustancias que activan las áreas cerebrales relacionadas con el placer, la recompensa y la adicción.
Por otra parte “en el amor, el cerebro se vuelve más receptivo ya que genera oxitocina, vinculada al apego; vasopresina, que incrementa la preferencia por la pareja, y serotonina, un proceso ubicado en la corteza prefrontal, que combinadas con dopamina dan paso a una fase más tolerante de la relación amorosa”, explicó Calixto González.
De acuerdo con el doctor todos los humanos estamos destinados a enamorarnos siete veces en la vida ya que “biológicamente no somos una especie monógama y tenemos un cerebro preparado para amar a dos o tres personas al mismo tiempo”. De igual forma detalló que los varones suelen tener más parejas a lo largo de su vida debido a sus niveles de testosterona.
En tanto, las mujeres poseen un hipocampo mayor y un giro de cíngulo mejor conectado por sus estrógenos, el cual está encargado de interpretar las emociones y se desarrolla entre los 8 y 12 años de edad; con mayor número de estrógenos, más espinas dendríticas, señaló el doctor.
“Dichas estructuras cerebrales dan paso a conductas distintas y el amor no escapa a eso”, acotó. “La mujer tiene un mejor cerebro que el hombre, aunque es complementario al de él. Si trabajan en asociación las relaciones personales pueden funcionar muy bien”, concluyó el también académico.
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