La posibilidad de tener espacios libres de bacterias es real, gracias a la inventiva de un michoacano, quien logró obtener la patente de Geopolímero antibacterial. Descubre de qué se trata.
Ciudad de Méxco.- La Universidad Michoacana obtuvo una tercera patente con éxito, misma que fue presentada por la autoridad nicolaita: se trata del Geopolímero antibacterial que es un material que se puede colocar como yeso sobre muros de hospitales, cocinas, casas habitación y escuelas para exterminar las bacterias que se anidan en los recovecos porosos del material de construcción.
El científico José Carlos Rubio Ávalos logró -luego de seis años- obtener la patente del Geopolímero antibacterial , tecnología útil para preservar la asepsia en espacios de los sectores de salud, alimentos y del propio hogar.
Este Geopolímero antibacterial, explicó Rubio, fue creado a partir de la necesidad de resolver el problema de las bacterias patógenas que se alojan en cualquier superficie, incrementando su número poblacional y causando enfermedades infecciosas en cualquier lugar.
En rueda de prensa, el rector de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Medardo Serna González, anunció el éxito del investigador y destacó que se trata un trabajo con lo que se avanza en el cumplimiento de los llamados indicadores de segunda generación.
Añadió que la novedad de la tecnología desarrollada se basa en que está formada por un gel tipo “jaula” con alta afinidad al agua, lo que permite que exista una difusión bacteriana al interior del material.
Ello, incrementa la eficiencia antibacteriana y prolonga su efecto por años, al encerrar los microcristales antibacterianos, sin que puedan dejar el material, y posteriormente son eliminadas por un agente biocida -que mata las bacterias-, que forma parte de la composición de dicho material.
Parte importante del descubrimiento, añadió, es que su producción es muy barata, el desecho industrial es agua no contaminante, no libera vapores o compuestos orgánicos volátiles y tiene una duración arriba de los cien años. La base de su composición es arena de mar.
Su costo por metro cuadrado y 3 milímetros de espesor es de 120 pesos, contra los costos de las coberturas sintéticas actuales, a base de petróleo, que es de 180 pesos por metro cuadrado.
Se trata de la segunda patente del investigador Rubio Ávalos, ya que en el primer caso obtuvo el reconocimiento del material de construcción denominado Geopolímero fotoluminiscente, útil para la industria de la construcción.