El aumento de nevadas en la Antártida contuvo parte del deshielo, producido por el calentamiento global, pero no compensa el hielo perdido en esa zona del planeta, alertó un estudio de la NASA.
Las llamadas de advertencia acerca del deshielo de la Antártida señalaban como preocupante que en los pasados 8 años la costa este del continente de hielo hubiera perdido 25 centímetros al año de su masa, situación producida debido al calentamiento global, pero en días pasado el reporte del aumento de nevadas a lo largo del siglo XX parecía que era la respuesta de la naturaleza para intentar mitigar ese cambio climático.
Esta teoría parece no ser del todo acertada ya que acuerdo con un estudio realizado por la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) el aumento de nieve no compensa el hielo perdido.
A través de un artículo publicado en Nature Climate Change, Brooke Medley, glacióloga de la NASA, y Elizabeth Thomas, investigadora del British Antarctic Survey, señalan que la masa de hielo adicional acumulada gracias a la nieve solo puede compensar un tercio de la perdida actual de hielo.
Para obtener estas conclusiones las científicas analizaron 53 núcleos del hielo antártico y rehicieron un análisis de tres modelos climáticos basados en observaciones por satélite. De esa forma descubrieron que la acumulación de la nieve había aumentado en el siglo XX, mitigando el aumento de nivel del mar en unos 10 milímetros desde 1901.
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“Nuestros resultados no significan que la Antártida esté creciendo: sigue perdiendo masa, incluso con la nevada adicional”, explicó, Medley, añadiendo que “sin estos aumentos de nieve, habríamos experimentado una subida mayor del nivel del mar en el siglo XX”.
Como parte de los resultados del estudio las investigadoras compartieron un video donde se aprecia una simulación gráfica de las precipitaciones de nieve durante el siglo XX, apareciendo en rojo las zonas donde nevó menos y en azul aquellas donde se registró una mayor acumulación de la nieve.
Otro de los análisis registrados indicó que el aumento de la nieve era consecuente con el calentamiento de la atmósfera, que contiene más humedad, junto con los cambios de los vientos antárticos circumpolares del oeste que están relacionados con el agujero de ozono.
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“El hecho que los cambios en los vientos de oeste, a consecuencia de disminución de la capa de ozono, jueguen un papel en la variabilidad de la acumulación de la nieve en la Antártida, indica que incluso este lugar remoto y deshabitado se ha visto afectado por la actividad humana”, subrayó Medley.
“Las nevadas juegan un papel crítico en el equilibrio de masas en la Antártida y continuarán haciéndolo en futuro”, afirma la autora . “De momento, están ayudando a mitigar las pérdidas del hielo, pero no están compensándolas totalmente”, concluyó.