“Lo que buscamos en el laboratorio con este producto y otros es poder usar el conocimiento que hay en la ciencia para resolver algunos problemas que hay”, asegura Eva Ramón Gallegos, quien descubrió una técnica económica para la detección de VPH.
Ciudad de México.- Los investigadores en México deben de participar en todo el concurso y convocatoria que se les presenta para poder hacerse de recursos y terminar sus investigaciones, debido a los ajustados presupuestos que les entregan entidades como el Instituto Politécnico Nacional o la UNAM.
Una vez que se han hecho de los recursos e invertir de su presupuesto personal es que logran avances significativos, pero llegan a otro impedimento que retrasa la comercialización, difusión y conocimiento público de sus investigaciones: la institucionalidad.
Debido a que los descubrimientos que se hacen en el IPN o la UNAM pertenecen a dichas academias, la relación con laboratorios o empresas para la explotación de las investigaciones se vuelve prácticamente imposible, debido a la institucionalidad, cambio de administraciones y largos periodos de tiempo que muchas de estas investigaciones tardan para lograr resultados concretos.
Prueba de ello es la técnica económica para diagnosticar el virus de papiloma humano y que desarrolló la doctora Eva Ramón Gallegos, experta en el estudio de VPH y cáncer cervicouterino, en colaboración con otros investigadores.
“Este producto es un proyecto que se inicio desde el 2004, tiene diez años, lo que hemos hecho es primero verificar que realmente lo que vimos con pequeñas muestras, asegurarnos de que tiene una alta sensibilidad para detectar las células de VPH, esa prueba obviamente requiere de algunos cuidados como guardar el anticuerpo en refrigeración y aunque se hace sobre una citología como se hace el papanicolau, es tan sencillo como poner la muestra en un portaobjeto, con alcohol y esperar la reacción”, explica.
De acuerdo a Gallegos, para avanzar con su investigación ha tenido que hacerse de apoyos con algunos proyectos que lanzó el Conacyt, el Instituto de Ciencia y Tecnología del DF, el IPN.
“Son pocos los recursos aunque con eso ya hemos podido avanzar”, asegura.
“Kener de México se interesó muchísimo en nuestro anticuerpo, incluso invirtieron doce millones de pesos en el escalamiento de este producto, desafortunadamente cambió de giro la empresa y la nueva administración decidió ya no seguir apoyando el proyecto, también tuvo que ver que el proceso de investigación en el Politécnico fue muy lento y perdimos la oportunidad”, describe en entrevista a elsemanario.com.
“Perdimos otra empresa interesada, se llama Alvartis, sin embargo, la relación con el producto, debido a que todo lo que hacemos es propiedad del IPN, la comunicación entre el instituto y las empresas es lenta, cambian de administración y todo se atrasa”, reseña.
El gran descubrimiento hecho por la doctora Gallegos permite incursionar con una prueba sencilla y barata para poder complementar la prueba del papanicolau.
“Lo que buscamos en el laboratorio, con este producto y otros, es poder usar el conocimiento que hay en la ciencia para resolver algunos problemas que hay”, explica al tiempo en que destaca que “la ventaja de nuestra prueba es que, aún antes de que las células se transformen, ya se te da una indicación de infección que a veces no se puede ver”.
De acuerdo a la investigadora, la prueba reacciona en cualquier parte del cuerpo, aunque el estudio se ha probado ampliamente en áreas genitales de mujeres.
Gracias a la investigación desarrollada por la doctora Gallegos, hasta ahora es la única técnica en México que constituye una alternativa viable de diagnóstico, debido a las ventajas que representa el hacer muestras citológicas fijadas con alcohol al 96 por ciento, sin importar si las muestras tienen mucho moco o sangre, es fácil de realizar, sólo se requiere un microscopio y tendrá un costo tan bajo como el de la citología de Papanicolaou y la sensibilidad y especificidad de la PCR.
En el proyecto la doctora Gallegos contó con la colaboración de la doctora Rubí Juárez Palafox; las maestras en ciencias Anabell Manzo Sandoval, Fabiola Cabrera Cedillo y Claudia Martínez García, egresadas del programa de Biomedicina y Biotecnología Molecular de a ENCB; del doctor José Luis López Velázquez, del Servicio de Ginecología del Hospital Regional “Adolfo López Mateos”, del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE); de Consuelo Villafañe Cerda, Araceli Espinoza Montesinos y Dionisio Parra Roldán, del Servicio de Ginecología del Hospital Regional General “Ignacio Zaragoza” del ISSSTE, así como de la doctora Alejandra Martínez Guzmán, del Hospital México España, quienes han jugado un importante papel en la consecución de los resultados.
Por Octavio N. Cervantes.
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