Nunca es tarde

Hay algunas versiones sobre ciertos hechos que se manejan a la ligera entre los supuestamente entendidos del toreo y que no son como mucha gente los platica. En esta ocasión me referiré a dos; el primero es que Palomo Linares recibió los máximos trofeos incluyendo un rabo de un toro de Atanasio Fernández en Madrid, para minimizar el triunfo de Curro Rivera en la plaza de las Ventas el 22 de mayo de 1972 en la que el capitalino se llevó en la espuerta 4 orejas.

Rotundamente falso; el cartel por orden de alternativa fue Andrés Vázquez el llamado Brujo de Zamora, Palomo Linares quien recientemente partió a la Gloria, y nuestro paisano al que allá alcanzó a Palomo. El juez Pangua después fue corrido del biombo por otorgar el trofeo del rabo; lo hizo bajo su criterio y sin pretender disminuir el triunfo de uno de los toreros mexicanos más importantes en España.

La faena contuvo, según rezan las crónicas, 41 muletazos. Al día siguiente de la gran faena en la delantera de la andanada del tendido 8, aparecieron crespones negros; el presidente de la corrida como ya lo relaté, fue cesado a los pocos días.

También en varios documentos se afirma que Luis Francisco Esplá, después de su confirmación de alternativa el 5 de febrero de 1984, de manos de Manolo Arruza y de testigo Ricardo Sánchez, quien esa tarde obtuvo los máximos trofeos del toro de Capitán de Santiago, declaró en su país que el público de La México era festivalero.

Me lo topé en los pasillos de las Ventas en Madrid y acudí al consejo de una tía soltera que me dijo “soy quedada pero no con la duda”. Le pregunté sobre aquellas declaraciones y, sobre todo, qué tan ciertas eran como se interpretaron. Me pareció claro su punto y le doy la razón de que en la mayoría de los casos predomina la curiosidad sobre el conocimiento; así es la fiesta, no nos hagamos patos y que no tuvo la intención de ofender a la afición capitalina.

Regreso a México y en la memoria guardo la faena de Talavante al tercer sobrero del Conde Mayalde, quien tuvo suerte después de que devolvieron dos del Puerto de San Lorenzo; ya por ahí dice el adagio que la tercera es la vencida y lo fue para el extremeño, quien incluso encaró a los necios solones del tendido 7, toreando bellamente con la izquierda.

También se destacó la gran actuación de Diego Ventura que con los de Espartales, propiedad de José Luis Iniesta, obtuvo un gran triunfo; su primero muy noble, y el segundo de más pujanza que, de haber sido certero en la suerte suprema, cuatro hubieran sido los trofeos obtenidos y no dos, los cuales le sirvieron para su salida 13 en hombros de Las Ventas.

Valdría la pena que viniera a México para que en competencia con Pablo Hermoso saber de cuál cuero salen más correas, lo cual serviría a otros rejoneadores mexicanos de estímulo para hacer más festejos de puros rejoneadores.

No me cabe duda que esas corridas llenan plazas y el público es muy distinto al del toreo de a pie, que resulta más simplista en general y aplaude, por ejemplo, los actos de acrobacia de Andy Cartagena sin toro, aunque el espectáculo cumple a cabalidad con la premisa de que el público salga a gusto de las plazas y hablando de toros y caballeros.

Finalmente saborear a Antonio Ferrera es deleite, pues demuestra que los toreros con el tiempo pueden afinar su concepto. Se retiró por dos años del toreo y regresa a los ruedos con maestría, clase y sabor en la interpretación, que no le conocíamos tan a plenitud, pero que seguramente en su arcano la tenía guardada y en algunos esbozos anteriores se intuía.

Bien por Antonio, mejor por el toreo eterno.

Ya veremos cómo le va a nuestros paisanos en su turno.

0 0 voto
Calificación del artículo
Subscribir
Notificar a
guest
0 Comentarios
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
0
Danos tu opinión.x
()
x