Los riesgos de la reforma hacendaria

Al inicio del sexenio de Enrique Peña Nieto discutíamos la reforma hacendaria, defendíamos el concepto del fortalecimiento de la clase media, que tiene más información y suele ser menos manipulable, sobre todo cuando ve que sus oportunidades se expanden y no depende de arreglos corporativos. A cambio, suelen enfrentar las crisis económicas profundas con buena actitud. Pero los empresarios no fuimos escuchados, nos limitaron la deducción al 10% del ingreso con un tope a $90,000.00 anuales.

Esta situación creó muchas molestias ya que la mayoría debe optar por opciones privadas, llámense escuelas, seguros de gastos médicos, consultas médicas y medicamentos, etcétera, para evitar hacer uso de los servicios que ofrecen las instituciones públicas por obligación, que son insuficientes y de baja calidad.

A las empresas nos limitaron a deducir el 52% de las prestaciones de nuestros trabajadores, obligándonos a automatizarnos para pagar menos mano de obra y poder ser competitivos. En consecuencia, nos obligaron a grabar las prestaciones que otorgábamos, como vales de despensa, de restaurante y de gasolina. El argumento del IMSS fue que los empresarios pagábamos menos salarios y más prestaciones para ahorrarnos las cuotas correspondientes, y lo único que lograron fue perjudicar a los trabajadores, que hoy por hoy reciben todo su salario en dinero y lo gastan desordenadamente en mercados formales e informales.

Con los vales de restaurante, era posible que los trabajadores comieran en establecimientos que cumplen con normas de sanidad y calidad, evitando así que lo hicieran en camellones y banquetas.

Al obsequiar vales de despensa se fomentaba que las compras fueran en locales establecidos, evitando que se hicieran en el comercio informal.

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Foto: https://blog.edenred.mx

Los vales de gasolina eran una ayuda para que a los trabajadores les rindiera más su salario, liberando espacio en el transporte público.

Esta situación ha creado que el salario sea insuficiente, lo que obliga a que en las familias mexicanas tengan que trabajar ambos padres, dejando a los hijos desatendidos y sin opción a la convivencia que promueva la transmisión de valores en las nuevas generaciones.

Todo sería diferente si la nueva política hacendaria que propondrá nuestro presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, permitiera la deducibilidad como una acción de fortalecer a la clase media logrando que sus ingresos les rindan. Con la actual reforma lo que se ha hecho es poner en riesgo las estrategias de crecimiento y la capacidad de operación de las PyMEs.

Estamos como estamos por lo que hacemos, no por lo que somos.

Requerimos creer en la imagen del país que pensamos edificar. Un país con oportunidades para todos, un país que nos diga cómo sí se puede, y que admiremos a quien lo logra.  Que no exista la envidia entre los mexicanos y que se estimule la competitividad para ser mejores.

Si realmente queremos fortalecer a la clase media y a sus familias, démosles la oportunidad a todos los emprendedores por medio de un mandato presidencial que no permita multarlos por incumplimientos administrativos sin importancia que no ponen en riesgo la integridad de la sociedad. Mejor hagamos que los inspectores de las dependencias se enfoquen en ver en qué los pueden apoyar y cómo solucionar sus deficiencias para que sigan operando y creciendo, y de esa forma generen más y mejores empleos.

Más vale que construyamos una visión de equipo donde todos nos beneficiaremos generando empleo, confianza y riqueza siendo cada día mejores mexicanos.

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Salvador Peniche

Excelente articulo que deberían de leer cuidadosamente todos especialmente los integrantes del nuevo gobierno para poder construir conciencia sobre la realidad de los salarios y no tratar de seguir exprimiendo a la sociedad

JOSE MANUEL LEYVAS

saludos Raúl lic. Leyvas.

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