Paliar o inclusive eliminar los niveles de pobreza es uno de los objetivos del Estado, especialmente en países como México, en los cuales existe un número importante de personas en pobreza, en cualquiera de sus mediciones.
Es por ello que cada gobierno prioriza los programas contra la pobreza, bajo diferentes nombres. Hoy se llama Cruzada Nacional Contra el Hambre.
Abatir los niveles de pobreza, sin embargo, con la simple acción gubernamental no es fácil. La experiencia nacional e internacional así lo indica.
Esta situación ha llevado a los investigadores a tratar de entender las decisiones y comportamientos de los pobres. Un libro en este sentido que ha tenido mucho éxito recientemente es Poor Economics, de Esther Duflo y Abijit V. Banerjee. El libro, como se publicita, busca un cambio radical en la forma de luchar contra la pobreza, básicamente basados en este nuevo paradigma, para que una política pública sea exitosa se deben entender las decisiones de los pobres.
Por ejemplo, indica el libro:
¿Por qué un pobre que no le alcanza para comer se compra una televisión?
¿Por qué es tan difícil que los niños en áreas pobres aprendan inclusive si van a la escuela?
¿Por qué en las áreas pobres los médicos no van a las instalaciones de salud?
Las respuestas, indica el libro requieren de entender la lógica de las decisiones en el contexto de la pobreza. Este entendimiento permite identificar las causas que hacen que muchas políticas públicas fallen y por lo tanto es optimista sobre el éxito de políticas públicas diseñadas considerando el conocimiento detallado del comportamiento de los pobres.
Existen políticas públicas fáciles de implementar y que su tasa de retorno es muy alta, como poner mosquiteros en lugares que sufren de dengue y malaria por ejemplo, pero otras que requieren de un diseño detallado, como por ejemplo, otorgar créditos a los pobres.
El libro acepta que mucho del nivel de desarrollo de los países está determinado por sus instituciones, haciendo referencia al libro de Acemoglu y Robinson Why Nations Fail, y que ya reseñé en una intervención pasada, pero reconoce que hay intervenciones que pueden cambiar el destino de mucha gente pobre. El libro aboga por que siga la ayuda nacional e internacional a las personas pobres.
Yo no soy tan optimista, creo que es poco lo que se pude lograr con programas específicos, y estoy convencida que las instituciones determinan en mucho el nivel de desarrollo de los países. En mi opinión deberíamos enfocarnos a mejorar los niveles de competencia en el país, a la promoción de la inversión y de la capacidad emprendedora estableciendo reglas equitativas y claras para los participantes, en general a eliminar las restricciones gubernamentales para que la innovación prospere. En esta lógica, mayor crecimiento si es efectivo para lograr mayor empleo y entonces mayor desarrollo, empezando por la educación.
Ojalá me equivoque y el nuevo programa antipobreza sea un éxito, y al mismo tiempo el país se embarque en reformas que alienten la competencia. Hoy poco sabemos de los nuevos programas de SEDESOL, falta conocer los detalles y el proceso de implementación. Debemos estar atentos de sus evaluaciones.
Por cierto el libro Poor Economics tiene su página de internet que se puede consultar en pooreconomics.com. Para los no especialistas es un libro útil pues resume la evidencia en el campo del comportamiento de los pobres, principalmente a través de experimentos sociales.