Es indispensable preguntarle a un político qué lee y ha leído en sus etapas formativas. Su cultura y lecturas demuestran quiénes son y su acervo de pensamiento político, es decir, su grado de estadista. Preguntar que libro te influencia y por qué es vital para conocer a una persona. Me aterra pensar que ningún libro, personaje o película ha influido a mi gobernante. Es imposible vivir sin influencias, y como político, impensable.
Por eso me parece esencial preguntar sobre la cultura alrededor de un aspirante a gobernar o funcionario de gobierno. De lo contrario, nos seguiremos llevando la desagradable sorpresa de votar por una imagen en lugar de una persona. Quedaría entonces solamente culparnos a nosotros mismos de las deficiencias ocultas de quienes nos gobiernan. Debemos preguntarnos en qué cree, qué lee y así atisbar al intelecto y alma de la persona independientemente de su presencia telegénica.
Las campañas aparecen huecas. Esto es porque la ideología política es un gran ausente de un debate donde cualquier candidato cambia impunemente de partido. Ante la intención de mercadologos políticos de llegar a todas las audiencias, para muchos identificarse con una forma de pensar asusta. Mantienen su verdadera ideología escondida. Las pifias del que se han hecho en este sentido trascienden mas allá de su impacto mediático en el ánimo del votante.
Como ya se deben haber dado cuenta, los años de bombardeo electoral y el deterioro social y político del país han hecho más inquisitivo el carácter del elector mexicano. Con las redes sociales quedan mas expuestos los candidatos y su personalidad.
Aún así, con lo poco que han dicho, podemos abrir una rica discusión:
El Sr. Enrique Peña menciono en la Feria Internacional del Libro a la Biblia:
Pasma que pasó de noche las implicaciones ideológicas de la influencia de la Biblia. No es de sorprender que esta impacte. ¿A quién no? El libro más leído de la historia y que sirve de base para muchas religiones y sistemas ético-morales.
Pero qué parte es lo que le han influenciado. ¿Cree el Señor Peña Nieto en el Derecho Divino del gobernante? ¿Es creacionista? Es decir ¿rechaza la teoría de la evolución de Darwin? En algunos países el creacionismo es una discusión del sistema de educación pública. Algunos abogan por quitar al científico Inglés de los libros de texto.
¿Acepta la interpretación católica conservadora de la planificación familiar? ¿Veremos aún menos campañas de este tema, se reducirá su recomendación en el sistema de salud pública? ¿Continuaremos así el paso al agotamiento de los recursos de un país sobrepoblado?
Piensa “que lo viejo es bueno” (Lucas: 5-39), o prefiere nuestra obligación de capitalizar talentos, es decir una cultura de trabajo y generación de riqueza responsable (Mateo:14-30).
Pero lo que más me sorprendió del Sr. Peña Nieto es que nunca leyó completo el libro que más le influenció. Eso también tiene implicaciones: se imagina si leyó y coincide con la Ley del Talión que la Biblia apoyo en algunas partes, por ejemplo, Éxodo 21:23-25 y se saltó donde Jesús la critica en Mateo 5:38-39, rechazando las personalidades retributivas. Esas si son preguntas que nos atañen a todos.
Por otro lado el Sr. Andrés Manuel López Obrador, vía la publicación del Sr. Ricardo Monreal, dice que su ideología se acerca más a Aristóteles y Jefferson.
Reconozco la valentía en el PRD de discutir también visiones ideológicas. Refresca el arrojo de ponerlas en la mesa cuando otros sólo quieren poner publicidad plástica en toda la República. Esto sí invita a la sana discusión. Aristóteles, Locke y su revisión por parte de Jefferson creen en el derecho del hombre a buscar la libertad, salud y felicidad y del estado de facilitarla, pero no todo en ellos es amor.
Thomas Jefferson fue el tercer presidente de Estados Unidos y uno de los padres fundadores de esa nación. ¿Pero el amor de Jefferson? Jefferson era una compleja personalidad, que abogaba correctamente, al igual que Locke y Aristóteles por el derecho de la búsqueda de la felicidad del individuo, tanto así que lo reflejó en la declaración de independencia de los Estados Unidos.
Pero Jefferson rechazó la abolición de la esclavitud cuando tuvo la oportunidad al comprar Louisiana a los Franceses. La pérdida de esa oportunidad desató una sangrienta guerra civil décadas después. Su amor incluía tener plantaciones llenas de esclavos (como él las tuvo en Virginia). Así, sería interesante si el Señor López Obrador o el Señor Monreal nos explican ¿a qué nos referimos exactamente?
Más aún si también nombramos a Aristóteles y su interpretación occidental a cargo de Santo Tomás de Aquino. Ahí se nos debe explicar si coinciden o no, por ejemplo: ¿Vamos a reinstaurar la pena de muerte? Aristóteles y Santo Tomas la confirma como una necesidad social; Aristóteles creía en la necesidad del gobierno por una oligarquía, tan despreciada por casi todos en México.
Sobre el PAN nadie ha expuesto que influencia formativa han tenido, tomado una ruta de lo políticamente correcto. Esperemos en breve corrijan, so riesgo de resbalar. Entre el programa oportunidades y el seguro popular, no entiendo en que derecha o izquierda están.
Ojala y el debate se abra para tener estos atisbos a la mente del candidato y no se rija por pastiches publicitarios de los que todos se quejan al tiempo que los abrazan. Sigámosles preguntando y preguntando y preguntando.