Existen en el planeta taurino quienes creemos que los que le tienen amor y respeto no solo lo declaren, sino con hechos palpables procuren ir más allá en búsqueda de la preservación para las futuras generaciones,
Ciudad de México (elsemanario.com).- La semana no pudo ser más memorable, el anuncio en España de la formación de la Fusión Internacional de Tauromaquia, es un hito en la historia del toreo pues nunca antes un empresario mexicano, en este caso el licenciado Alberto Baillères, había estado a la cabeza de un proyecto que abarcara tres países taurinos, México, España y Francia. Antonio Barrera, por parte de Espectáculos Taurinos de México, el francés Simón Casas y José Cutiño hicieron el anuncio en Madrid que ha causado mucho revuelo.
Las declaraciones de Juan Pedro Domecq respecto a su agradecimiento y confianza en el licenciado Baillères por invertir en el proyecto, reflejan que existen en el planeta taurino quienes creemos que para que subsista, es vital que los que le tienen amor y respeto no solo lo declaren, sino con hechos palpables procuren ir más allá en búsqueda de la preservación para las futuras generaciones, tal es el caso de la Fusión Internacional de la Tauromaquia, un proyecto global empresarial para apalancar y abrir espacios para la tauromaquia tan vituperada en tiempos actuales.
Para todo el mundo taurino es una gran noticia, pero para México en especial más, por lo que significa abrir ventanas de oportunidad en los principales países taurinos para nuestros coletudos actuales y potenciales.
Con esa buena vibra el domingo 18 de enero de 2015 asistimos a la plaza México, para la reaparición de Enrique Ponce, después de dos años de haber estado alejado del coso capitalino. Para tal suceso el cartel completo lo integraron Emiliano Gamero, la confirmación de alternativa de Juan Pablo Llaguno y el testimonio de Juan Pablo Sánchez. Con toros de Rancho Seco para el rejoneador y de Teófilo Gómez para los de a pie.
La actuación de Emiliano alentadora ante las dificultades que le ofreció el toro tlaxcalteca. Llaguno bien en sus turnos en los que comprobamos que tiene el potencial para lograr convertirse en un matador de toros de importancia, pues con sus dos toros tuvo detalles de gran torería y clase para ejecutar el toreo.
Los toros de Teófilo Gómez bien presentados físicamente y desde el punto de vista de comportamiento, proclives a la extrema nobleza que es el sello de la ganadería, algunos quisiéramos más codicia y acometividad pero cada ganadero tiene su forma de entender lo que calificará como apropiado y si es con la presencia digna, el concepto ganadero es asunto de cada casa ganadera y en el caso de la ganadería queretana, es la nobleza extrema su principal preocupación para tener sello.
Enrique Ponce en su primer turno con Libertador ejecutó una faena inolvidable, de campeonato, de las que lo han convertido en ídolo de la afición capitalina, con una gran claridad ha entendido las condiciones de lidia que le ofrecía el astado queretano y lo ha toreado con la maestría amalgamada en más de 25 años de matador de toros, el público quedó ronco al corearle cada bello trazo que surgió del brazo y prolongaba la embestida con la muñeca de privilegio que posee un torero de época, si acaso por la estocada un pelo caído no obtuvo el tercer rabo en su carrera en La México pero a punto estuvo de conseguirlo. Lo que es indudable es que disfruta del cariño de una afición que lo ha visto por un poco más de 40 ocasiones desde 1994 en el ruedo capitalino.
Por su parte la tarde de Juan Pablo Sánchez fue muy importante, demuestra que el temple que atesora en su tauromaquia, es de los que calan hondo en los tendidos de la plaza de la capital del país, en los tres toros (pues regaló uno) mostró cadencia y hondura en los lentos muletazos, se pudo ir por la puerta grande con Ponce, pero sus fallas con el acero le privaron en sus turnos regulares de obtener trofeos. En el de regalo merecidamente recibió una oreja.
Así las cosas. Fue vibrante la semana pasada y el próximo domingo Morante de la Puebla en La México ¡Viva la fiesta brava!