Esta semana se llevó a cabo en Zapopan, Jalisco, el Foro sobre la Gobernanza del Internet. Este foro de alto nivel reunió a una gran diversidad de participantes en torno al desarrollo del Internet a nivel mundial y en particular a su gobernanza. En su origen, la gobernanza del Internet estaba bajo la tutela de la Secretaria de Comercio de los Estados Unidos de América. Este hecho, no es fortuito, ya que Internet se vislumbraba como la plataforma comercial de la globalización. Facebook, Amazon, Netflix, Google, Apple, Microsoft, Whatsapp, en fin todas estas empresas tecnológicas son de facto globales gracias al Internet. Como ejemplo del potencial global de la red, Netflix anuncio el 6 de enero de este año la puesta en marcha de su servicio en 130 países, es decir paso de operar en 30 países a 160 en un sólo día. Este hecho no tiene referente en la historia de los negocios.
Hace algunos años, en el 2008, en el foro “El Futuro del Internet”, organizado por la OECD en Seúl, Corea del Sur, me tocó compartir foro con el Dr. Tim Wu, profesor de Standford, afamado por haber acuñado la frase “Neutralidad de la Red”. El Dr. Wu, siendo uno de los grandes estudiosos sobre los fenómenos del Internet, mencionó que la gobernanza del Internet debería residir, en un futuro no muy lejano, en la Organización Mundial de Comercio (OMC). Su razonamiento era simple, el Internet se consolidaría como la plataforma de comercio mundial por excelencia.
El actual discurso anti libre comercio proveniente de los Estados Unidos y del Reino Unido contrasta fuertemente con el desarrollo y penetración del Internet y los grandes ganadores del mismo. Hoy la mitad de las 10 empresas más valiosas del mundo (Forbes 2016) dependen del Internet, de la globalización. El reciente acuerdo del TTP que fue cancelado de facto en la campaña presidencial de los EUA, buscaba facilitar el acceso de estas grandes empresas tecnológicas globales, en su mayoría estadounidenses, a los mercados de Asia. La cancelación del acuerdo lastimara a las empresas más innovadoras de EUA a cambio de proteger empleos de una base industrial tradicional que si algo requiere es más innovación, robots y mano de obra a precios competitivos.
La cancelación del TPP por parte de los Estados Unidos, merece una importante reflexión ante la inminente negociación, o no, del TLC. Es importante entender la agenda de las empresas globales provenientes de EUA y que ofrecen sus servicios a través del Internet. Sin duda cuando se redacto el tratado comercial, la red de redes no existía en la forma comercial y de uso masivo que se tiene hoy. Buscar incluir en la “modernización” del tratado lo referente a la nueva industria convergente sería útil ya que lejos del discurso populista de nuestro vecino del norte, su industria más moderna, más innovadora y de alcance global depende fundamentalmente de la apertura de mercados para seguir creciendo y consolidando su presencia. China lo sabe y México debería saberlo también.