El gran reto de AMLO: Que algo bueno pase

Salvo por sus homicidios, la reciente elección federal significó la culminación de la construcción de nuestro sistema electoral, comenzada a partir de la fundación del Instituto Federal Electoral en 1990, cuando los ciudadanos arrebatamos la organización de los comicios de las manos del PRI.

Este sofisticado sistema electoral que hemos creado, está permitiendo ahora que su principal impugnador llegue a la Presidencia de la República de manera democrática y pacífica, lo que justifica la primera y fundamental exigencia ciudadana a Andrés Manuel López Obrador: que reconozca la legitimidad y suficiencia del mismo y se comprometa a seguirlo perfeccionando durante su mandato y a dejarlo funcionar a su término.

Ante los numerosos y enormes retos que enfrenta el país, se hace imperioso dejar cerrado este frente, reconociendo que nuestro sistema electoral funciona, lo cual es indispensable para la vida democrática del país.

El apabullante resultado electoral en favor de AMLO, nos obliga, a quienes no apoyamos su candidatura, pero que somos demócratas, a reconocer su triunfo, a darle el bono democrático que se merece, e incluso, a brindarle el apoyo que esté en nuestras manos, para que su proyecto político sea exitoso y rinda frutos en beneficio del país. Son tiempos en que México nos exige a todos generosidad y compromiso.

El triunfo de Andrés Manuel, sin duda ofrece una liberación de la energía popular, que llevaba años cautiva a causa de las injusticias que han tenido marginadas y confinadas a la pobreza a cerca de la mitad de nuestra población, de la corrupción generalizada y de la inseguridad que mantiene a muchos aterrados.

El certero diagnóstico de la problemática nacional que presentó MORENA al electorado y que cautivó a más de la mitad, enfrenta ahora el enorme reto de tener que ser resuelto mediante estrategias inteligentes, para lo cual no basta la voluntad política ni la supuesta trayectoria de honestidad del candidato ganador. Para ello hace falta el apoyo de los profesionales en cada campo, que se encuentran en las universidades, los partidos políticos y las instituciones creadas por la sociedad civil organizada.

Toca a Andrés Manuel hacer gala de su llamado a la unidad, acercándose con su visión Juarista, a dichos profesionales que le permita diseñar y realizar todos y cada uno de los planes de gobierno para llevar a cabo el cambio ofrecido.  El principal reto que enfrenta es evitar la realidad del dicho aquél de que “En México nunca pasa nada, pero cuando pasa… no pasa nada”.  Es indispensable que ante las expectativas generadas logremos que algo bueno pase.

También hoy son los tiempos de la sociedad civil organizada, la cual, independientemente de la actitud que tome el candidato ganador frente a ella, tendrán que jugar el doble papel de encontrar las coincidencias entre sus respectivas agendas y las del nuevo régimen, a fin de impulsarlas, y de servir de contrapeso frente a posibles ejercicios excesivos de poder de dicho nuevo régimen.

Lo anterior debido a que, si bien por un lado es afortunado que el electorado le haya otorgado a la coalición “Juntos Haremos Historia” la más amplia mayoría en el Congreso, lo que le permitirá realizar las reformas legislativas que sean necesarias para implementar sus planes de gobierno, es un hecho que la falta de pesos y contrapesos provoca excesos que la sociedad civil, las instituciones y los partidos políticos de oposición tendrán que contener.

Uno de los asuntos que han generado mayor preocupación entre los opositores a López Obrador, es el de la Reforma Educativa, respecto de la cual el candidato de MORENA ha ofrecido posturas opuestas que dificultan prever lo que pueda pasar.  Será necesario que instituciones de la probada calidad profesional de Mexicanos Primero, desarrollen con el nuevo régimen, las estrategias para llevar a cabo su agenda común, tal como la mejora de la educación media superior y superior, que incluye el otorgamiento de becas, la reducción de requisitos para facilitar el acceso y la reducción de años de estudio para conseguir certificaciones que permitan la obtención de empleos.

Otro campo de clara coincidencia de agendas lo constituyen la atención a la primera infancia, el aprovechamiento y la mejora de espacios escolares y el ofrecimiento de condiciones de equidad en materia educativa a las clases sociales más desprotegidas.  Aún cuando el tratamiento a los maestros los separe, el nuevo gobierno no puede darse el lujo de desperdiciar la experiencia adquirida por Mexicanos Primero durante su primera década de trabajo, la cual es apreciada nacional e internacionalmente por instituciones tales como la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), para la cual sus publicaciones son referente obligado.

En materia de corrupción, no hay que dejar de hacer notar, la importante advertencia realizada por Andrés Manuel a sus propios compañeros de campaña y a su propia familia, de que ningún desvío en que incurran quedará impune. Lo tendrá que demostrar porque no le faltarán oportunidades para ello.

Las etapas de riesgo, como la que actualmente enfrentamos, son oportunidades de cambio. Es responsabilidad de todos que dicho cambio se dé y que el mismo sea favorable para construir el México libre de corrupción e inseguridad y con igualdad de oportunidades que todos queremos.

0 0 voto
Calificación del artículo
Subscribir
Notificar a
guest
2 Comentarios
Más viejo
Nuevo Más Votado
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
enrique cantero rodriguez

Te felicito por tu participación en el debate en Excelsior tv
El neto giro a la izquierda que supone la victoria de Andrés Manuel López Obrador es una auténtica revolución en un país necesitado urgentemente de un cambio de rumbo que ponga fin a la corrupción, al narcotráfico, a la violencia y a la pobreza que empuja diariamente a miles de mexicanos a intentar el paso al vecino del norte, indica el abismo en el que está sumido el país gobernado históricamente por la derecha del caciquil PRI y más brevemente, por el conservador PAN.
López Obrador tiene ahora la difícil tarea de no defraudar a una ciudadanía que finalmente ha visto un rayo de esperanza. Sin embargo, la tarea que tiene por delante el nuevo presidente es un auténtico órdago. Es una labor titánica combatir tanto el narcotráfico como la corrupción cuando sus tentáculos han llegado al corazón del Estado. Y no serán fáciles las relaciones con los EEUU de Donald Trump. México está renegociando con su vecino el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Su fracaso, cuando el 80% de las exportaciones mexicanas van a EEUU, sería el hundimiento del país azteca. Ante este difícil panorama el recurso fácil al populismo sería un grave error que los mexicanos no merecen. Los meses que faltan hasta el 1 de diciembre en que López Obrador asumirá la presidencia serán decisivos para crear el clima necesario de distensión.
AMLO tendrá que lidiar con serios problemas estructurales apoyado en una economía que crece poco. Más de la mitad de los 112 millones de habitantes vive por debajo del umbral de pobreza, y un 10’% en el de extrema pobreza. Más de 25 millones de mexicanos gana menos de 14 dólares al día. López Obrador limita al norte con un presidente imprevisible en guerra comercial contra todo el mundo y que blande una política migratoria que agita el odio. Y después tiene el narco, que todo lo contamina.
México no es un Estado fallido, pero sí un Estado que falla demasiado: abundan las zonas a las que no llega la ley.
López Obrador no tendrá ni cien días de paciencia en un país que se ha cansado de esperar a Godot

Antonio Prida

Gracias, estimado Enrique. Interesante aportación.

2
0
Danos tu opinión.x
()
x