El crecimiento de la delincuencia, de la informalidad y de la emigración en nuestro país es resultado de la carencia de una estrategia y de políticas públicas realistas que permitan generar empleos y riqueza de acuerdo con las necesidades del crecimiento de la población.
Las palabras del Secretario de Economía en sus recientes declaraciones, en el sentido de que el milagro económico no ha sido suficiente para lograr el desarrollo y generar bienestar, son una confesión, pero reconocer que la simple apertura no fue suficiente, oculta todo lo que irresponsablemente dejaron de hacer; peor aún, no deja conocer todo aquello que era indispensable para que el TLCAN fuera exitoso y que, con su posición dogmática, impidieron que se llevara a cabo durante los 25 años más recientes, pues nunca hubo complemento alguno para instrumentar una estrategia y aprovechar el TLCAN; en su lugar, compulsivamente firmaron TLC’s con las mismas carencias, lo que agravó la situación de México, pues nuestras reducidas fortalezas fueron atomizadas al querer integrarse alocadamente con todo el mundo sin antes hacerlo con nuestros socios más cercanos y estratégicos: Canadá y Estados Unidos.
Hoy, las consecuencias son desastrosas para la planta productiva nacional y para el bienestar de grandes núcleos de la población mexicana.
En este contexto, resulta sorprendente que al enorme retroceso que han registrado las variables económicas de nuestro país le llamen “Milagro económico”, especialmente, desde el año 2001 en que, prácticamente, estuvieron en vigor los TLC’s con 48 países y 33 APPRIs que firmaron nuestros teóricos, porque supuestamente iban a generar enorme desarrollo económico del país y bienestar para todos sus habitantes.
En este periodo, la caída de México como economía mundial, de la 9ª a la 15ª posición, nos dice que mucho no se ha hecho correctamente para lograr el desarrollo y, lo que era verdaderamente el proyecto más idóneo e importante de México para avanzar, el TLCAN, fue miserablemente desperdiciado por el esquema de improvisación y simulación que ha prevalecido, “buscando” una diversificación geográfica de nuestro comercio exterior basada en un liberalismo dogmático y, como consecuencia, sin bases realistas.
Esto se tradujo en una apertura de la economía totalmente irresponsable y desordenada; primero, a través de la firma compulsiva de numerosos TLC’s hasta completar 48 países, sin antes posicionar y consolidar la presencia de nuestro país en el mercado más grande del mundo, el del TLCAN, situación que fue agravada por una desgravación unilateral totalmente ilógica y que no tiene parangón en el mundo, pues en ningún otro país se ha actuado de manera tan irresponsable y desordenada.
Según decían los teóricos del comercio exterior mexicano, con esta apertura se logrará mayor competitividad de la economía mexicana, porque ello obligará a alinear los precios internos con los externos, teoría que en la realidad está muy lejos de lograrse.
Por eso, también nuestra caída del PIB per cápita, del 48º al 73º lugar, lo que es resultado del creciente número de países con los que firmaron TLC’s y con los que se registra déficit, según se puede ver en el siguiente cuadro. Esto ha generado un decreciente valor agregado en nuestra exportación, mismo que en el periodo 1993/2016 se redujo de 59% a 38%, debido al carácter de maquilador básico de ensamble al que han reducido a nuestro país.
Sin embargo, la historia de terror no termina ahí, ahora firmaron el TPP y, con otra usual, rápida, irreflexiva e irresponsable ratificación por parte del Senado, automáticamente añadieron 5 países a nuestra colección de países con los que tenemos TLC’s y con los que también registramos déficit, en este caso, por un total adicional de -131,030 millones US, mismo que, sin duda, seguirá creciendo, debido a la carencia de una estrategia de fomento y de competitividad, así como la ausencia de una política y una estrategia de comercio exterior realista, con programas y proyectos que permitan que nuestro país sea un verdadero ganador en el concierto internacional.
¡Ah! También añadieron a otro país del TPP, Brunei, el único país de la región con el que registramos un superávit en el periodo 1993/2017, en este caso, por la fabulosa suma de 23 millones US.
Sin duda alguna, es necesario establecer una verdadera política de comercio exterior y una estrategia realista de promoción de las exportaciones a fin de aprovechar adecuadamente la serie de oportunidades que presenta el mercado internacional, estableciendo prioridades y llevando a cabo una reestructuración del esquema de promoción de la exportación y de la IED; pues, desgraciadamente, esta estructura fue destruida y sus funciones atomizadas, ejerciéndolas bajo un esquema de simulación e improvisación que ha generado enormes daños a nuestro comercio exterior y, consecuentemente, a la economía mexicana.
Las elecciones de 2018 constituyen una oportunidad de oro para ello. La propuesta de los candidatos a la Presidencia de la República deberá ser lógica e integral, es decir, incluir un programa serio que termine con todos estos vicios y deficiencias, a fin de que se propicie un verdadero desarrollo económico de nuestro país.