Decreciente captación de IED mundial y del TLCAN

“De ninguna manera volveré a México, no soporto estar en un país más surrealista que mis pinturas”.
Salvador Dalí.

Tradicionalmente, México ha sido un importador neto de capitales debido a que no genera suficiente ahorro interno para financiar adecuadamente su desarrollo, por esta circunstancia, tiene que recurrir a la captación de inversión extranjera dado que estos flujos, al complementar al ahorro interno, contribuyen a propiciar el crecimiento económico; impactan favorablemente la balanza de pagos con la entrada de divisas, refuerzan las reservas internacionales y el tipo de cambio; crean activos fortaleciendo a la planta productiva; incrementan la oferta de productos, crean mayor competencia al aumentar la eficiencia de las empresas, generan productos a precios competitivos y reducen la inflación.

También generan transferencia de tecnología en los procesos de administración y producción; proporcionan canales de distribución en el país de origen del capital; y lo más importante es que generan empleos y ayudan a  elevar el nivel de vida de la población en el país receptor.

Así, en 1990 se decidió iniciar la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, cuyos objetivos generales eran establecer un área de Libre Comercio en América del Norte, la región que constituía el mercado más grande del mundo a fin de lograr una integración comercial y productiva aprovechando las ventajas comparativas de cada país en la producción compartida; incrementar la competitividad en la producción de bienes y servicios en el mercado regional y en el internacional; incrementar la captación de flujos de inversión extranjera directa en la región; y generar empleos y elevar la calidad de vida de la población.

TLCAN 1992.
De izquierda a derecha: Carlos Salinas, George W. Bush y Brian Mulroney, en la firma del TLCAN, 1992 (Fotografía: Expansión).

Durante el primer año de vigencia del TLCAN, parecía que el objetivo de captar crecientes flujos de IED se iba lograr pues la cifra captada fue de 10,647 millones US equivalente al. 3.73% del total de la IED mundial, misma que fue superior a la de 1993 de 4,900 millones US, que sólo representó el 2.07%; sin embargo, a partir de 1995, la proporción mostró una tendencia variable y decreciente que en 2017 fue de 2.08% en tanto que en el periodo 1994/2017 fue de 2.14%.

Este bajo nivel de captación de IED mundial también se reflejó en la relación con Estados Unidos, nuestro principal socio y el más cercano, pues en 1994 sólo captamos el 6.76% de los capitales que invirtió en el extranjero, con el agravante de que ese porcentaje también fue decreciente y, en 2017, se redujo a 4.06%, situación que también se presentó con Canadá en que la proporción cayó de 7.95% a sólo 3.51%.

Así, el porcentaje de capital procedente del TLCAN entre 1994 y 2017 se redujo de 6.89% a 3.96% y, el promedio de captación durante el periodo fue de sólo 4.96%.

Comentarios

Ninguno de los 5 objetivos planteados al negociar el TLCAN se ha logrado a la fecha debido a que no hubo complemento alguno que permitiera aprovechar las supuestas ventajas negociadas, en este caso en que estamos hablando de la inversión extranjera directa, la situación es muy preocupante pues Estados Unidos es el país más importante en la generación de IED a nivel mundial, sin embargo, nuestra captación de flujos de ese origen es decreciente, situación que también se manifiesta en la desaparición de más de 2,500 empresas exportadoras de nuestro país, 900 de ellas maquiladoras, en su mayor parte de origen norteamericano.

Sin duda, el marco sistémico deficiente ha incidido negativamente en la competitividad de nuestro país, mismo en el que la pésima calidad de las instituciones ha sido un factor determinante provocado por la también pésima calidad de sus funcionarios que, por ello, son incapaces de generar estrategias con programas, proyectos y políticas públicas que incidan positivamente en la atracción de IED y el desarrollo económico del país, por eso, los enormes retrocesos en todas las variables económicas de México, particularmente a partir del año 2001.

También es importante señalar que parte sustancial de la IED que recibe México es de mala calidad, pues incluye numerosas operaciones de adquisición de activos que, en ocasiones, generan eliminación de puestos de trabajo por la aplicación de tecnologías más desarrolladas y por la reestructuración de las empresas con los nuevos funcionarios originarios del país de la inversión; muchas veces la adquisición de activos no crea nuevas plantas ni nuevos empleos; normalmente la adquisición de activos se realiza sobre empresas sanas que dominan el mercado y a la larga, la inversión extranjera genera salida de divisas por la transferencia de beneficios que realizan las empresas extranjeras establecidas en el país.

Conviene señalar que cuando mayor proporción de IED mundial captó nuestro país fue en los años 2001 y 2002, con la venta de los bancos privatizados mexicanos a los bancos extranjeros.

Flujos de inversión.
Fotografía: Diario Los Tuxtlas.

Apuntes finales

La existencia del TLCAN no ha influido positivamente en la captación de flujos de IED porque no hubo estrategia alguna con ese objetivo, como tampoco la hubo para hacer más competitivo a nuestro país debido a la concepción dogmática de nuestros altísimos funcionarios quienes señalaban que con la apertura, los precios internos se alinearían con los externos, además de que así, los empresarios contarían con insumos a precios competitivos para abastecer al mercado interno y para la exportación, lo que en la realidad generó una competencia desleal para la planta productiva nacional que ha tenido que trabajar en un medio sistémico nada competitivo que genera costos muy superiores a los de la competencia que viene del exterior.

Por eso el decreciente valor agregado neto mexicano en los bienes orientados a satisfacer al mercado interno así como al de exportación, ha convertido a México en un maquilador básico que realiza fundamentalmente, labores de ensamble, ya que las empresas transnacionales establecidas en nuestro territorio, aplicando políticas corporativas muy exitosas, realizan operaciones intrafirmas, utilizando nuestro territorio como un centro de costos.

Sin duda, la tarea a realizar por la 4ª Transformación es muy difícil pues tendrá que eliminar la improvisación y simulación que ha caracterizado a nuestra política y estrategia de promoción de las exportaciones y la IED en los 25 años más recientes, en que estas funciones han sido ejercidas por improvisados burócratas habilitados como “expertos” en comercio internacional y en promoción de inversiones.

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Ricardo Rodríguez

Este es uno de los puntos de vista más acertados y objetivos que he leído en varios años, coincido con usted en el sentido de que sin ahorro interno no podemos financiar nuestro crecimiento, por tanto requerimos el ahorro externo. Desgraciadamente nuestros gobiernos anteriores poco o nada hicieron para trabajar en esta variable y ahora el reto está en comenzar a subir la cuesta en este sentido como lo hicieran en su momento los países desarrollados.

Arnulfo R. Gómez

Estimado Don Ricardo:
Muchas gracias por su comentario. Como usted señala, Desgraciadamente nuestros gobiernos anteriores poco o nada hicieron para trabajar en esta variable y ahora el reto está en comenzar a subir la cuesta en este sentido como lo hicieran en su momento los países desarrollados, y yo digo que tampoco se trabajó en muchas otras variables para sentar las bases para poder generar riqueza en nuestro territorio.

La “estrategia” de fomento de nuestros teóricos fue la mejor política industrial es la que no existe y en materia comercio exterior fue la firma irresponsable de TLC´s al por mayor sin que nunca hubiera complemento alguno que permitiera añadir valor en nuestro territorio.

En esencia, durante los 25 años más recientes, nuestra política y estrategia de comercio exterior estuvo caracterizada por enorme simulación y mayor improvisación, motivo por el cual México no pudo de aprovechar los beneficios que normalmente genera el libre comercio y, como consecuencia, tenemos un creciente déficit de México con cada día mayor número de países con los que los improvisados burócratas habilitados como expertos en comercio internacional han firmado dichos instrumentos.

Arnulfo R. Gómez

Comentario:
Estimado Don Ricardo: Muchas gracias por su comentario. Como usted señala, Desgraciadamente nuestros gobiernos anteriores poco o nada hicieron para trabajar en esta variable y ahora el reto está en comenzar a subir la cuesta en este sentido como lo hicieran en su momento los países desarrollados, y yo digo que tampoco se trabajó en muchas otras variables para sentar las bases para poder generar riqueza en nuestro territorio. La “estrategia” de fomento de nuestros teóricos fue la mejor política industrial es la que no existe y en materia comercio exterior fue la firma irresponsable de TLC´s al por mayor sin que nunca hubiera complemento alguno que permitiera añadir valor en nuestro territorio. En esencia, durante los 25 años más recientes, nuestra política y estrategia de comercio exterior estuvo caracterizada por enorme simulación y mayor improvisación, motivo por el cual México no pudo de aprovechar los beneficios que normalmente genera el libre comercio y, como consecuencia, tenemos un creciente déficit de México con cada día mayor número de países con los que los improvisados burócratas habilitados como expertos en comercio internacional han firmado dichos instrumentos.

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